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General Villegas
jueves, 28 marzo, 2024

«El campo puede ser una buena muleta para que el sistema educativo pueda estar mejor»

En la columna «La Voz del Campo» hablamos con Lorena Elorriaga, ingeniera agrónoma, productora agropecuaria, contratista rural y la primera presidente mujer de la Asociación Rural Salliqueló. Participa activamente de la comisión de Educación de CARBAP y nos contó en qué se está trabajando desde hace meses. El objetivo es protocolizar metodologías para que las asociaciones rurales puedan brindar becas, los productores puedan abrir sus tranqueras para prácticas profesionalizantes y para que, en definitiva, la educación rural gane en calidad. 

 

El campo es mucho más que exportaciones o retenciones. Hay múltiples aristas para abordar la ruralidad y hay muchas problemáticas de la sociedad en las que el campo se interesa. Una de ellas es la educación, más específicamente la educación rural. Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) se organizó una comisión de Educación para trabajar en una temática que preocupa a muchos productores, quienes ven que las familias rurales migran hacia el pueblo al no acceder a las mismas posibilidades o servicios que sí se encuentran en las comunidades urbanas.

Para tratar de que la educación rural sea de calidad y que no se produzca un mayor desarraigo en el campo, la comisión de educación -de la que participa Guillermo Chapado representando a la Sociedad Rural del Partido de General Villegas- se organizó para empezar a trabajar.

Lorena Elorriaga -ingeniera agrónoma, productora y primera presidente mujer de la Asociación Rural de Salliqueló- lo explica mejor que nadie: «Empezamos a ver que hay muchos productores que hacen mucho por la educación, pero queríamos mapear cómo estaba esa situación y qué era lo que podían aportar los productores desde sus rurales. Hicimos una encuesta base y llegamos a unos 936 productores desparramados en las 8 regiones que tiene CARBAP. Pudimos ver todo lo que los productores estaban haciendo en sus lugares de origen. Cuando recibimos la encuesta dijimos ‘¿Qué hacemos con todo esto?’. Detectamos que había mucho trabajo y muchos casos de éxito, pero estaba todo desparramado. Entonces lo primero que hicimos fue visibilizar y reconocer las acciones que se estaban haciendo. Había muchas rurales que tenían becas primarias o secundarias, había productores que abrían las tranqueras de sus campos para que los niños hagan prácticas profesionalizantes, había algunas rurales que estaban trabajando con ONG y estaban armando un entramado social, hay muchos productores que colaboran económicamente. Lo que hicimos fue organizar esa información y nos organizamos en cuatro grupos de trabajo. Nos pusimos a entender cómo funcionaba el sistema educativo, a trabajar en los manuales de procedimiento para las prácticas profesionalizantes con el objetivo de volcar estos casos de éxito en un documento donde quedara visible para todas las rurales y si algún productor quería abrir sus tranqueras no se chocara contra el sistema. En todo eso hemos estado trabajando. Ahora estamos con la última etapa, donde vamos a poner todo esto a disposición de la Confederación».

«Todo esto que rescatamos de territorio, lo organizamos y lo vamos a dejar disponible y de fácil acceso para que cualquier productor agropecuario, en cualquier rural de la Confederación, pueda accionar sobre educación si quiere hacerlo. Algunos querrán implementar becas, otros prácticas profesionalizantes… La idea es que la comisión de Educación deje toda la metodología como para que esto se potencie a todo el territorio», añadió.

¿El objetivo es que se evite el desarraigo en el campo?

Lorena Elorriaga: El primer objetivo era que todos los chicos en la ruralidad tengan una educación de calidad. Si eso sucede, las familias no se van del campo a los pueblos para brindarles educación a sus chicos. Si logramos que la educación en la ruralidad tenga la misma calidad es probable que el desarraigo disminuya, sino las familias terminan buscando lo mejor y lo primero que sucede es que se van al pueblo y se produce el desarraigo del campo.

Otros problemas que abordan desde la comisión son los caminos y la conectividad…

LE: Esas familias no tienen los dispositivos para que lo que parece simple en una comunidad urbana, que es que un chico se conecte a un zoom, en la ruralidad se complique más. No es que no hay señal de internet, no hay señal de teléfono. Ni siquiera se pueden usar los datos de teléfono. También eso se ha mapeado para que en los lugares donde se pueda instalar un equipamiento y se pueda mejorar la conectividad se logre mejorar la educación.

La red vial es algo que siempre empujamos desde las rurales. Dicen que los del campo se quejan por los caminos porque por ahí saca la producción. Sí, por ahí se saca la producción; pero los caminos son los que hacen que las maestras y los chicos lleguen a las escuelas, y sirven para cuando alguien necesita llegar al hospital. La tasa vial no es un impuesto, es una contraprestación de servicio. Eso hay que pelearlo porque ese servicio no está brindado. El tema de caminos y conectividad son temas que nos preocupan muchísimos.

Empezaron a trabajar en el nivel secundario, pero las perspectiva de la educación que tienen en la comisión es mucho más amplia…

LE: Nosotros estamos enfocados en trabajar en lo que los asociados contestaron en la encuesta, donde se contestó que deberíamos accionar sobre escuelas secundarias. A medida que vamos tocando los temas van surgiendo nuevas necesidades y temas: la educación primaria rural nos preocupa mucha, la educación tecnológica en la ruralidad, la capacitación de los docentes para la ruralidad. En esas cosas estamos trabajando y nos estamos vinculando con fundaciones.

¿Cómo puede colaborar el sector para tener una educación rural de calidad?

LE: Somos conscientes que no somos formadores de políticas públicas de educación, pero el campo colabora mucho con las instituciones educativas. El campo puede ser una buena muleta para que el sistema educativo, que tiene algunas deficiencias, pueda estar mejor. Si seguíamos trabajando de manera disociada este trabajo iba a ser menos influyente. Estamos trabajando para que todo esto esté organizado y sea más fácil apuntalar un sistema educativo que, en la ruralidad, tiene hoy muchas deficiencias. Por eso invitamos a los productores a que se acerquen a sus rurales o que nos escriban a educacion@carbap.org para que nos hagan llegar sus inquietudes y así trabajar por una educación rural mejor.