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General Villegas
viernes, 19 abril, 2024

ESPACIO SOLICITADO / La E.P. 17: Una escuela que abraza y una Cooperadora que avanza

Nuestra escuela está en pleno avance de la infraestructura del Nuevo Edificio, pero se continúa manteniendo y reacondicionando el edificio existente, ya que el mismo será parte del futuro bloque edilicio y necesita variadas reparaciones.

Los calefactores, algo más que imprescindible en esta época invernal, están en pleno funcionamiento en las aulas, previa inspección técnica (por parte del Consejo Escolar) y las necesarias reparaciones. Pero aún quedaba sin calefacción el espacio común de uso exclusivo de Dirección, Secretaria y Prosecretaria. Los docentes que integran el Equipo Directivo, con la buena voluntad que siempre ponen lo docentes, trajeron un calefactor eléctrico y así han llegado al mes de junio.

Pero la Asociación Cooperadora se puso en marcha y con fondos propios se adquirió un calefactor (según modelo y características que los técnicos gasistas del Consejo Escolar indicaron). Y sí es que nuevamente los Cooperadores (con el aporte societarios de las familias y de la comunidad) hoy muestran orgullosos y felices la nueva adquisición, que de alguna manera hacen más saludable el trabajo dentro de la escuela.

Por su parte, por decisión de la Asociación Cooperadora, ha quedado institucionalizado, a partir del ciclo lectivo 2022 la entrega de un Pin recordatorio para los alumnos de 4ªaño que realizan la “Promesa de Lealtad a la Bandera.” Pequeños, pero grandes logros, para confirmar una vez más que la Escuela Primaria Nº17 “Es una escuela que abraza”.

Pero como siempre “la historia es noticia” (Martín Miguel de Güemes Arruabarrena, abogado e historiador), bien podríamos repasar: ¿Cuándo y por qué se institucionalizó el acto de la “Promesa de Lealtad a la bandera”?

…” Según nos cuenta el sitio del Instituto Nacional Belgraniano, el gran experto en el tema, todas las civilizaciones practicaban y practican juramento. La promesa que hoy prestan los niños se manifestaba usualmente como un juramento que implicaba el compromiso de cooperar en la defensa de la comunidad, si era preciso tomando las armas y, en ocasiones, hasta perder la vida.

… La promesa a la bandera arraiga en prácticas sociales ancestrales y consiste en una reelaboración del antiguo juramento. La costumbre universal se inspira en el juramento de fidelidad que prestaban las tropas. Por esto, quién requiere la promesa es una autoridad, en lo posible aquella que tenga la mayor jerarquía de entre los presentes al acto.

La promesa es pública, se concreta ante toda la comunidad educativa y, eventualmente, frente al pueblo en general reunido con ocasión de alguna fecha patria. Se patentiza a partir de una fórmula que ha ido variando con los tiempos. En algunas provincias está expresamente prevista en la normativa vigente. En otras, cada entidad puede definirla libremente…”

… Al parecer, su práctica en el ámbito escolar llegó a la escuela argentina por conducto de las maestras estadounidense traídas por Sarmiento, quienes replicaron la usanza vigente en su país.

Fue así, que por muchas décadas los niños prestaron juramento a la Bandera Nacional. Más tarde y debido a las implicancias religiosas que tiene un juramento, donde se pone a Dios por testigo del acto, pareció una desmesura pedirlo a los niños por entenderse que su edad (aproximadamente 10 años) limitaba la total comprensión sobre las implicancias de su decisión. Además, se tuvo presente que la sensibilidad de algunas confesiones religiosas suscitaba cuestiones que convenía evitar en beneficio del pluralismo propio de una sociedad democrática.

En consecuencia, las autoridades nacionales tomaron la decisión de cambiar el tradicional juramento por una solemne promesa…”.