22 C
General Villegas
viernes, 19 abril, 2024

Gustavo Figueroa: «Sentimos impotencia de no poder rescatar gente con vida»

Gustavo Figueroa es el segundo jefe de Bomberos de Piedritas y estuvo trabajando en el fatídico accidente en el que perdieron la vida Rosanna Baggini (46) y su hija Giovanna Baggini Vasconi (de apenas cuatro años de edad).

Rosanna era oriunda de Villa Saboya, pero estaba radicada en General Villegas donde ejercía la docencia.

El luctuoso hecho se produjo en la ruta 33, entre Villegas y Piedritas. Por causas que son motivo de investigación -aunque se presume que están relacionadas con el mal estado de la ruta- el automóvil Volkswagen Gol en el que transitaban las dos víctimas fatales volcó y fue a parar al préstamo lleno de agua. Infortunadamente el rodado quedó con las ruedas hacia arriba, sumergido casi por completo en el agua.

Como los pastos en ese sector de la ruta están muy altos, el auto y las dos personas que iban en su interior permanecieron en el agua por mucho tiempo (se presume que entre 8 y 10 horas) hasta que alguien divisó el vehículo.

«Fue algo trágico, lamentable, un día muy feo. Nos avisa gente que pasa por la ruta que ve parte del auto. Nos avisaron a las 18.30 horas. Damos toque de sirena y salimos. Se movilizaron dos dotaciones, se trabajó en el lugar con SAME, con gente de Cooperativa Eléctrica y con el médico de Piedritas. Lamentablemente nos encontramos con esta situación. El préstamo es un lugar profundo, del auto prácticamente no se veía nada, solamente una partecita de las cubiertas», comentó Figueroa.

«El auto estaba dado vuelta completamente. Pusimos en marcha el protocolo de rescate, se metió el personal en el agua y se pudo sacar a las dos personas. Pero fue solo eso, sacar a las personas del lugar y nada más, otra cosa no podíamos hacer. El médico constató que no había mucho más por hacer. Sentimos impotencia de no poder rescatar gente con vida. Es un momento complicado, de mucho estrés para el personal», añadió Figueroa.

El segundo jefe de Bomberos de Piedritas remarcó que la visión estaba completamente obstaculizada por los pastos altos: «Estaba todo cubierto, no se veía nada», afirmó.