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General Villegas
jueves, 28 marzo, 2024

Hugo Gissasola, un central tan fuerte como caballero

Hugo Gissasola fue un marcador central extraordinario. Veloz, tiempista, arriesgado. Tenía todo. Pero además un señor dentro y fuera de la cancha, querido y respetado por todos sus rivales.

Nació en Villegas pero todos lo relacionan con Banderaló. «Es que me crié en la estancia Santa Elena, de White. Ahí estaban Juan y José Echenique, que vivían ahí. Después me fuí al mejor pueblo del mundo, que es Banderaló. Gente de buena madera, solidaria. Ellos me vieron crecer. Estoy orgulloso de mi pueblo», se asume banderolense aún hoy, muchos años después de radicarse en General Pico, donde vive actualmente.

«A los 6 años mi papá ya me llevaba al club. Yo lo acompañaba a todos lados. Mi madre me armó una camisa y yo era mascota del equipo del ’66, donde Juventud fue campeón. Entraba a la cancha con Ullúa, un señor grandote que jugaba de 9, y para mí era un sueño. Me encantaba», sacó a relucir sus primeros recuerdos en el club.

«De a poquito fui creciendo hasta que Guido Poma nos probó en tercera. Íbamos atrás de la camioneta a todos lados, llenos de tierra, pero nos encantaba. Hasta que debuté en primera división contra Sportivo, de número 4. A mí siempre me gustó jugar de 6, pero lo tenía a Román Busto, a Antonio Rosales de 2, a Horacio Ruiz de 3… el día del debut me tocó marcar a Concebat… no sabés el baile que me dio», admite, toda humildad.

«En el ’81 Juventud no participó de la Liga de General Villegas y nos fuimos jugar a Villa Francia de Coronel Granda con el zurdo Duarte y Rubén Poma. Después Me fui a vivir a Larroudé y jugué para Centro Recreativo en una liga independiente, donde ganamos dos campeonatos, en 1984 y 1985. También jugué para Fútbol Club de Larroudé», resume en pocas líneas parte de su trayectoria.

Elegido en dos oportunidades el jugador de mejor conducta, no se ufana de sus condiciones y ni sus logros. Privilegia otras cosas: «No tengo grandes glorias ni campeonatos ganados, pero en el fútbol gané muchos amigos. Sixto Moussegne, Raúl Baños, el Cholo Onni, Daniel Panadeiro, Nicolás Pedraza», va enumerando rivales de esos tiempos. En su diccionario, amigos.

En los clásicos con Ingeniero recuerda haber sufrido a Tito Mansilla. Se hicieron grandes amigos. La distancia no enfrió la relación. Estuvieron 30 años sin verse, el sábado 26 se reencontraron en Santa Rosa.

Su padre, Francisco, fue utilero, masajista y cantinero de Juventud Unida de Banderaló. Hugo también fue conserje de la Juve. Más muestras de la identidad familiar con el club.

«¿La verdad? Rejuvenecí 10 años con la llamada. Es muy lindo que nos recuerden después de tantos años», le dijo a Ovación.

Hugo Gissasola. El marcador central que nadie quería enfrentar, el amigo que todos desean tener.