Parecía que esta vez sí. Que la necesidad de hallar un marco regulatorio para Defensa Civil que allane el camino para que Provincia y Nación manden fondos antes las emergencias haría posible el milagro.
Dijeron sí, claro. No podía ser de otra manera. Pero la lista de peros excede estas páginas.
Sorprendió la convocatoria a extraordinarias dispuesta por el intendente Campana. «¿Por qué tanta premura?», disparó Silvia Alvarez desde el Frente Renovador, antes de descerrajarle no menos de diez preguntas sobré cómo va a ser el protocolo a seguir en caso de tormenta, inundación u otra catástrofe.
«A la ordenanza le falta anexo con acciones concretas. Se puede trabajar sin tanta burocracia, pero hace falta idoneidad», remató su faena.
Susana Brime, del Movimiento San Martín, fue más medida. Anticipó respaldo y dejó en claro su idea de «respetar la institucionalidad: quien decide en Defensa Civil es el intendente. Hay que mejorar la coordinación y la capacitación. Tener claros los roles, aunque los protocolos de acción ya deberían estar».
Sol Fernández, de Unidad Ciudadana, expresó: «No vamos a obstruir este marco regulatorio, aunque el intendente tiene las facultades para actuar sin esta ordenanza. Pero queremos que el intendente demuestre el compromiso para responder pedidos de informes, cumplir las ordenanzas sancionadas y adoptar políticas que beneficien a la gente».
La radical Claudia Esain fue la cuarta oradora. Todas mujeres. Es que en el Concejo el Patriarcado parece ser un recuerdo. «Ahora sí», habrá pensado algún distraído. «Es del oficialismo. Va a respaldar sin medias tintas la idea del gobierno». Error. «Estoy de acuerdo con todos los concejales que expusieron. En realidad el proyecto de Defensa Civil siempre estuvo, pero el intendente nunca se mostró interesado. Es una constante. Está gestión siempre reacciona tarde. Como dijo la concejal Fernández espero que respondan informes en tiempo y forma. Y que ni bien se sancione el intendente informe», selló el trámite.
En ausencia de Alicia Laino fue Sebastián Cerrajería quien ensayó una tibia argumentación, más de forma que de fondo. Se votó y quedó aprobado, con la abstención de los concejales renovadores.
«Esta Extraordinaria es más un capítulo de la interna entre Tomaselli y Campana que otra cosa», sentenció en los pasillos del municipio un concejal.
En un tema si se quiere menor, no por menos importante sino por tratarse de una cuestión meramente burocrática, una vez más la oposición y los concejales disidentes pasearon al gobierno por el legislativo. ¿Qué será esto cuando el almanaque nos acerquen a las elecciones?
