Así se lo denominó en un pasacalle al geriátrico acusado de maltrato a los abuelos. Un grupo de vecinos se movilizó hasta el lugar y realizó un escrache
El Hogar San Nicolás fue epicentro ayer de una manifestación en su contra, luego de que se hiciera público lo que allí pasaba con los abuelos alojados en el lugar.
La convocatoria surgió en las redes sociales, a partir de la indignación que los vecinos sintieron al conocer el caso, que tiene denuncias radicadas en la Comisaría de la Mujer y en el que ya está interviniendo la justicia.
Por el momento, la única medida tomada fue la colocación en el Hogar de una custodia policial, para evitar que haya más inconvenientes que los que se habrían registrado hasta el momento.
«Me siento impotente ante todo lo que vivió mi tía acá adentro. Los dueños son malvados, sinvergüenzas, delincuentes, porque nos sacaban el dinero para cuidar a los abuelos. Se los confiábamos pensando que tenían un buen pasar y cuando las puertas se cerraban era un infierno. Por eso le pusimos el ‘hogar del horror'», expresó en el lugar del escrache Susana Alonso.
Comentó que allí su tía «estaba atada de pies y manos en la cama; y también cuando estaba sentada en la silla. Pero le hacían muchas cosas más»; y en este sentido mencionó que «diversas abuelas hablaban de prácticas sexuales. Queremos que cierren el Hogar y encierren a los dueños», sostuvo la mujer.
Si bien a su tía la retiró el sábado del lugar, «todavía hay algunos abuelos. Yo a ella la llevé al Hospital donde le constataron los golpes, después a otro Hogar, pero ahora está con neumonía».
Y nombró a los dueños del Hogar San Nicolás. «Adriana Álvarez y Daniel Moussegne. Parecían buenos con los abuelos. Pero son pésimos como personas», concluyó.
Movimiento San Martín busca explicaciones
Los concejales de Movimiento San Martín, Susana Brime y Pablo Castagno, se hicieron eco del caso y elaboraron un proyecto de comunicación en el que le piden al Departamento Ejecutivo los antecedentes de habilitación de la residencia geriátrica ubicada en la calle Cetrángolo, entre Brown y Castelli.
También le solicitan en el artículo 2º que entregue detalles al Cuerpo Legislativo sobre la «fecha del último control realizado por el municipio a cada uno de los geriátricos de nuestra ciudad, si la cantidad de internados coincide con la cantidad de camas habilitadas, estado de los trámites, de las gestiones realizadas y/o de las instancias administrativas».
Entre los considerando, el bloque recuerda que «la Ley 14.263 tiene por objeto regular el funcionamiento de los establecimientos geriátricos de gestión pública y privada, con o sin fines de lucro, en todo el territorio de la Provincia de Buenos Aires»; y que «como lo establece el Art. 11 la habilitación, categorización y fiscalización de los establecimientos geriátricos será otorgada por la Autoridad de Aplicación de la presente Ley».
También que «una vez otorgada la habilitación provincial, las municipalidades deberán registrar dicha habilitación, y tendrán competencia concurrente con la Autoridad de Aplicación, en la forma y condiciones que fije la reglamentación, debiendo percibir por parte de los establecimientos geriátricos las tasas por seguridad e higiene».
El proyecto de comunicación de Brime y Castagno sostiene que «de manera continua escuchamos quejas y reclamos con respecto a diferentes falencias de geriátricos en nuestra ciudad, de la atención, de la falta de personal especializado, de la infraestructura, etc.»; y que «debe ser el Estado quien tiene la función de registrar, habilitar, controlar y supervisar los hogares de ancianos privados que funcionan en nuestro Partido, prestando servicios a los adultos mayores».
«Es un deber y una función del Estado Municipal, a través del área que corresponda, atender los derechos de los adultos mayores alojados en dichos establecimientos geriátricos, cuidando el bienestar físico y psíquico de quienes se alojan. Y que los titulares responsables de los mismos cumplan con sus obligaciones», concluyen.
