Pablo Servin se crió en el campo en Las Alazanas, Banderaló, trabajando junto a su padre entre caballos. De joven supo jugar al fútbol en Ingeniero. Actualmente es domador y fue quien encabezó el equipo que le preparó los caballos a Victorino «Torito» Ruiz, el segundo villeguense en disputar el Abierto de Palermo.
«Cuando el ‘Torito’ me dijo que iba a jugar Palermo no lo podía creer. Por la corta edad que tiene. Son pocos los chicos que llegan. El Torito nos sorprendió y bien», contó Servin.
«Siempre anduve con caballos, enseñándoles y sin maltratarlos. El caballo es muy inteligente. Cuanto mejor lo tratas, rinde más. Siempre con cariño y con paciencia. También hay que tener un poquito de calidad», señaló Servin.
«A los dos años y medio o tres podes empezar a domarlos. Quieras o no te lleva un año. Cuando tenga cuatro va a estar domado, va a conocer la bocha y va a empezar a jugar despacito. Un año más de polo tranquilo, ya llegamos a los cinco. A los seis lo podés apretar un poco más. Antes no están maduros los caballos. Para el ritmo de Palermo tienen que ser caballos de ocho o nueve años», reveló.
«Todos los partidos en el Abierto son difíciles, porque están los mejores del mundo y está la mejor caballada del mundo. No se puede dar ventajas. Es impresionante. Fue un debut para el Toro debutó y para mí también», concluyó.
Dentro del equipo de preparados hay otro villeguense, Luciano Fenocchio, una persona de Realicó y otro de Río Cuarto.