Javier Ahumada, relojero monumental, restaurará el reloj del campanario de la iglesia de General Villegas, que ha sido una guía en la ciudad.
El proyecto ya fue autorizado y el reloj podría estar en marcha en una semana o diez días, a partir del momento en que comiencen los trabajos.
La restauración del reloj monumental recuperará algo de la historia y el patrimonio de la ciudad, que contará con un faro único y un sonido familiar.
Javier Ahumada, expresó sentir «una alegría muy grande, algo que que quería que que ocurriera todas las veces que iba a Villegas y veía que que no funcionaba el reloj, porque me daba mucha tristeza» y cuando hace unos días «se me dio la noticia de que lo podíamos poner en marcha, que me daban la autorización, me dio mucha felicidad.»
Sobre el tiempo que le llevará hacer el trabajo, «Cucú» manifestó que «primero tengo que descubrir qué hay detrás de toda la mugre acumulada por el desecho de las palomas, porque si bien fue limpiado y prepararon el lugar, no se alcanza a ver el desgaste que tienen algunas de las piezas.»
De todas maneras, cree que «el reloj estará para ponerse en marcha en una semana o diez días» y consideró que «es un paso muy importante que ha dado la gente de la iglesia y quienes colaboran.»
Falta menos para que el histórico reloj del campanario se vuelva a ver y a escuchar desde distintos puntos de la ciudad. En Villegas todavía tenemos la suerte de que al no haber tantos edificios altos, sigue siendo el faro de la ciudad.
Muchos comentarios de las notas que ya publicamos en nuestro diario hablan del sonido y según el relojero «no sé qué alcance tendrá, pero al ser una ciudad que no tiene edificios altos, la onda sonora se extiende mucho más que cuando hay edificios que tapan y cortan ese sonido.»
Javier explicó que «es un reloj que suena cada media hora y a la hora que corresponde da las campanadas que corresponden a ese horario y, a la media hora, da una sola campanada.»
Ahumada, que es la mano que ha recuperado varios relojes monumentales, afirmó que «es importante recuperar un patrimonio semejante porque no son muchas las ciudades que ponen el ojo y y las ganas de recuperar este tipo de mecanismos que ya están en desuso.»
Añadió que «muchas de las personas que están a cargo, ya sea de instituciones públicas o de las iglesias, prefieren poner mecanismos electrónicos, que quitan la esencia de lo que realmente es tener una historia en esa altura.»
Nuestra tierra está llena de historias mínimas que cuentan grandes historias y esas son las que hacen al verdadero desarrollo y crecimiento de la ciudad.
Recuperar estas historias de pueblo, distinguiéndolo con esa connotación afectuosa, con el orgullo de pertenecer, de ser de este pueblo.
Aun se siente conmovido y muy emocionado, porque aunque haya arreglado decenas de relojes de este tipo en diversas ciudades del país, en estancias, bancos, edificios públicos, esta vez es para poner en marcha el reloj de Villegas, ese espacio al que mientras fuimos chicos, todos queríamos llegar.
Cada tanto, alguien se cruza para contar que «yo iba a darle cuerda o yo tocaba la campana», pero Javier pondrá su corazón nuevamente en marcha.
«Espero poder cumplir con esta tarea para que toda la gente de mi pueblo pueda disfrutar del sonido de este reloj histórico.»
Se estima que en todo el país, existen alrededor de dos mil relojes monumentales y General Villegas es uno de esos lugares.
El del Banco Provincia fue, en su momento un reloj monumental, pero después se cambió por un mecanismo eléctrico (que tampoco funciona), pero dejó de tener esa esencia, esa mística de la máquina, como el que se va a recuperar, ubicado en el campanario de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, el faro de la ciudad.