Sandra Ravera presentó una nota renunciando a la Secretaría de Seguridad, agobiada por las vicisitudes de los últimos días en su área y en desacuerdo con algunas medidas tomadas, todo en el marco de blindaje de General Villegas tras la aparición de un caso de coronavirus.
Pero hay un detalle: se la dejó a un funcionario de alto rango y no al intendente Eduardo Campana, que es a quien debe rendirle cuentas, en definitiva. Y quien la puso en el cargo, huelga decirlo.
«No hay ninguna confirmación, pero hay un desgaste propio de todo lo vivido desde que arrancó la pandemia, ¡no es fácil! Las flexibilizaciones, los controles, la presión de la gente y de los comerciantes, es una situación muy compleja. De ahí deben venir los comentarios, pero no hay nada hasta el momento…», ensayó una tenue explicación un compañero de gabinete de la renunciante.
En cambio, Ravera recogió el guante y en un breve mensaje de texto confirmó su intención de dejar el puesto a otro.
Se espera que en la mañana de este viernes Ravera se siente con Campana, que este jueves tuvo un día de intensa actividad y seguramente dispondrá de algunos minutos para escucharla. ¿Intentará retenerla?