El Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Feedlot habló con ACTUALIDAD. Pidió a los concejales que trabajan en un proyecto de ordenanza para regular la actividad que piensen más allá de un caso concreto, en referencia al establecimiento Doña Luisa, «o se va a errar el camino». También destacó que no puede ser retroactiva, sino que «regula para futuro»
La actividad de los feedlots en nuestro distrito y su intento de regulación a través de una ordenanza municipal está en el ojo de la tormenta en los últimos días, aunque el tema da vueltas en el Concejo Deliberante desde hace un par de años.
Actualmente hay dos proyectos en danza. Uno desde el oficialismo, que propone una distancia de 1.000 metros de los cursos de agua y 3.500 de la zona urbana; y otro desde la oposición, específicamente el Frente de Todos, que amplía esa brecha a 3.000 para el primer caso y 5.000 para el segundo.
En este marco, los concejales están tratando de llegar a un acuerdo para presentar en el Cuerpo Legislativo un único proyecto, con la intención de que el funcionamiento de los engordes a corral tenga finalmente su regulación antes que termine el 2020.
Ya hubo un encuentro para hablar del tema y estaba previsto que durante esta semana se realizara otro, pero consultados los presidentes de ambos bloques (Ignacio García por UCR-Juntos por el Cambio; y Sol Fernández, por el Frente de Todos), manifestaron que aún no hay una fecha definida.
Si bien la ordenanza busca regular la situación en todos los feedlots que pertenezcan al Partido de General Villegas, la atención está dirigida desde hace mucho tiempo al establecimiento «Doña Luisa», propiedad de Ricardo Lago, que se encuentra sobre Ruta 33, detrás de barrio El Cruce, y en reiteradas oportunidades ha despertado la queja de los vecinos por los olores que emana.
¿Qué piensa la Cámara Argentina de Feedlot?
Para poder contar con todas las voces, además de hablar días atrás con los concejales, ACTUALIDAD también dialogó este miércoles con Patricio Reviriego, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Feedlot.
Reviriego manifestó haber estado en General Villegas en varias oportunidades, debido a que distintos productores están asociados a la Cámara, «una Asociación Civil sin fines de lucro que nuclea productores de engorde a corral, es privada y de adhesión voluntaria. Es nacional y llegamos a distintas provincias», explicó al comenzar la charla.
El Director Ejecutivo estuvo en nuestra ciudad en el mes de noviembre de 2019. «Hubo una jornada sobre cría de engorde a corral y tuvimos una reunión con el Concejo Deliberante para poder intercambiar algunas ideas respecto al primer proyecto que nos habían enviado como borrador de una ordenanza», sostuvo.
Reviriego aclaró que desde la Cámara «celebramos y apoyamos la regulación de la actividad, justamente para evitar este tipo de cuestiones a futuro y para que aquellos productores que hacen bien las cosas puedan tener una seguridad jurídica mayor al que no las hace. En Argentina tenemos productores que están inscriptos en el registro de engorde a corral y otros que no. Por eso vale la pena separar en dos ítems».
Y en este sentido agregó que «por un lado está la legislación, la ordenanza en cuanto a la actividad del engorde a corral; y por el otro lado, el caso puntual de Ricardo Lago. Creo que, lejos de existir un vacío legal, hay una superposición de normas que los productores inscriptos oficialmente deben cumplir, tanto a nivel nacional como provincial y en cada municipio».
"No es una actividad clandestina o informal"
Reviriego explicó que «la actividad no se desarrolla en forma clandestina o informal, sino por el contrario, tiene diversos y superpuestos registros en donde tiene que inscribirse. La más importante de todas es la habilitación sanitaria, que es nacional y es la que otorga Senasa. Después existe otra habilitación a nivel nacional, que la otorga el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que es el famoso RUCA (Registro Único de Operadores de la Cadena Agroalimentaria), que regula toda la parte comercial».
«Tenemos también toda la parte fiscal e impositiva dentro de la Afip, que son los registros fiscales de operadores de granos y de carnes; y además hay un código específico para lo que es la actividad del engorde a corral. A esto también podríamos sumarle la Ley de Marcas y Señales, la Ley General del Ambiente… hay un montón de cuestiones que abarcan a nivel nacional la actividad», agregó.
En el plano provincial -continuó- «tenemos distintos organismos que también regulan la actividad en forma directa. No es interpretación de alguna norma, sino que directamente tenemos la Autoridad del Agua por un lado, del Organismo de Desarrollo Sostenible por otro, cada uno con sus potestades, que también tiene resoluciones específicas para la actividad».
«Y finalmente la habilitación municipal o local, donde muchas veces hay o una ordenanza específica que regula la actividad; o un permiso de uso de suelo o de zonificación, dependiendo de cada municipio. Nosotros no vemos la hora de que salga la ordenanza para que todos los productores puedan tener esa seguridad jurídica el día de mañana en General Villegas», añadió.
"No hay que pensar en un caso concreto, o se va a errar el camino"
«Hay que sacar la mejor ordenanza pensando en la actividad, para cuidar el ambiente y el bienestar de la ciudadanía, pero no pensando en un caso concreto, porque sino se va a errar el camino en cuanto a lo que hay que regular, porque muchas veces por una connotación negativa de algún caso concreto, se termina regulando algo en forma incorrecta y termina pasando lo que pasó, por ejemplo, con la Ley de la provincia de Buenos Aires, que es la 14.867 de 2016, que no es de las mejores para la actividad; y tal es así que no se está aplicando. Nunca se reglamentó porque se tornó inaplicable», sostuvo Reviriego.
Para el Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Feedlot «se puede hacer una excelente ordenanza, dando un paso más adelante. Creo que lo ideal es, que si estamos pensando en el ambiente y en la ciudadanía, hay que pensar en legislar todas las actividades intensivas, no solamente las de engorde a corral, porque al lado de eso también hay granjas porcinas, avícolas, un montón de actividades productivas. De hecho Villegas tiene una superioridad en todo lo que es el sistema de producción de las distintas especies. Entonces estaría bueno que se de un debate técnico de lo que hay que legislar y no sólo por un caso concreto».
¿Qué sería una buena ordenanza?
Desde la Cámara «siempre se trata de buscar el ambiente necesario para el crecimiento sostenible de la actividad, que es lo más importante. Eso va a abarcar el bienestar animal, del ambiente y de la ciudadanía. Lo más importante es, primero, la zonificación debida y adecuada del territorio y, segundo, la presentación de un buen estudio de impacto ambiental. Esto último va a contemplar todas las cuestiones que hacen a la actividad que uno está presentando o el proyecto que uno está tratando de desarrollar», dijo Reviriego.
«Un estudio de impacto ambiental va a contemplar, sin que una ordenanza me diga a cuánto tengo que estar o no, para dónde tengo los vientos predominantes. Escuché que se hablaba mucho de la cortina forestal, que es espectacular, pero mal puesta o mal orientada puede hacer que yo tenga más barro en el corral y ese piso genere más olor; y que genere hacienda embarrada y termine complicando toda la situación de los efluentes», añadió.
Para el Director Ejecutivo hay que «buscar una buena ordenanza para evitar la contaminación de las napas y los olores. Hay que decir que cualquier actividad pecuaria va a tener siempre algún grado de olor. Pero se puede trabajar para disminuirlo al máximo».
"Lago es uno de los casos más prolijos"
Reviriego hizo hincapié en el establecimiento del que más se habla en la ciudad al hacer referencia a feedlot y la necesidad de una regularización.
«Lago es uno de los casos más prolijos que me ha tocado ver a mí durante 14 años dentro de la Cámara. Tuve la oportunidad de recorrer el lugar, sé todo lo que están haciendo y encarando, más todo el equipo de profesionales que tiene alrededor, de consultores ambientales trabajando, porque Ricardo vive ahí, tiene sus familiares y amigos; y lo que menos quiere es generar un malestar», sostuvo.
«Es sumamente consciente de lo que está haciendo y empezó hace varios años un montón de tareas. Pero hay que evitar los olores, la propagación de patógenos, hay que favorecer la descomposición de los cadáveres, evitar roedores y moscas, proteger a los operarios y la gente que trabaja. No nos olvidemos que en esta actividad trabaja mucha gente porque no se para, hay que estar las 24 horas los siete días de la semana. Una buena ordenanza tiene que lograr como mínimo estas cuestiones», añadió.
«Por eso -dijo Reviriego- sostengo la importancia de un buen estudio de impacto ambiental, porque contempla todo eso, las distancias a los distintos cursos de agua, los vientos predominantes, cortinas forestales, canales-lagunas, un montón de aspectos. Como Cámara, creo que esto es lo más importante de destacar».
Doña Luisa tiene "corazón e inversión"
El Director Ejecutivo de la Cámara visitó el establecimiento Doña Luisa. Y sobre él sostuvo que, «por lo que pude observar a grandes rasgos, hay limpieza de corrales superior al estándar de lo que suelo ver en los corrales que visitamos a nivel nacional, tiene un debido y adecuado tratamiento de efluentes, con canales y lagunas impermeabilizadas, hace un tratamiento por demás de cuidadoso de animales muertos, tiene un tratamiento exclusivo para moscas y roedores, limpieza de alambrados, comederos, bebederos, hay patio de comidas».
«Lago le pone corazón e inversión que no suelo ver a nivel nacional. La realidad es que su preocupación máxima es molestar lo menos posible, o generarle la menor molestia posible a los vecinos que hoy tienen esta problemática. Realmente es digno de ver. La mejor manera de derribar el mito es que abra las puertas, muestre lo que hace, lo que genera y lo que se ocupa de estas cuestiones para mejorar todo lo que tiene que ver con el ambiente», agregó.
«Lo que hay que buscar es un equilibrio entre todos -continuó- para que la productividad pueda seguir en forma normal y que los vecinos tengan el menor malestar posible, o disminución de olores. Lago está trabajando en un cambio de la dieta de los animales y eso es elemental, porque cuanto más eficiente sea va a haber una disminución mucho mayor de los olores. Pero lleva un tiempo, no es un proceso que cambie de un día para el otro, por los ciclos del engorde a corral. Hay que empezar a buscar el equilibrio».
"No se trata de distancias"
Reviriego se preguntó en este marco: ¿qué va a pasar con los establecimientos que no cumplan con las distancias?, «porque en Villegas hay un montón. Pueden poner 3.000 o 5.000 metros, pero si hay un viento predominante que va en forma contraria a la ciudad, ¿cuál sería el problema?. No se trata de distancias o de capacidad de animales, sino de un buen manejo de la actividad y de un buen estudio de impacto ambiental. Creo que hay que trabajar para ese lado y sobre los persistentes, para que no aumenten la carga que hoy tienen y que presenten un proyecto al que puedan acceder tanto la Municipalidad como los vecinos, para que sepan qué es lo que se está haciendo y vean que se están ocupando de la situación con la cual tienen hoy algún inconveniente».
Doña Luisa ¿tiene todas las habilitaciones?
Reviriego aseguró que Lago «tiene todas las habilitaciones desde hace mucho tiempo y se las fueron otorgando en base a las normativas que hoy están vigentes. La Municipalidad le dio la zonificación y le dio todas las habilitaciones».
Sin embargo, en ese momento se comunicó con ACTUALIDAD el ex intendente Horacio Pascual, asegurando que nunca había firmado una habilitación municipal, aunque sí existe una provisoria que fue firmada en agosto de 2015 por Marcelo Ochoa, por aquel entonces a cargo de la secretaría de Vivienda y Medio Ambiente (Pascual terminó su mandato en diciembre de ese año).
«El organismo competente de la Municipalidad tuvo su debida participación y luego extendió dicha habilitación provisoria. Por lo tanto, se ha expedido de manera positiva y ha sujetado la misma al cumplimiento por parte de Lago de ciertos requisitos y/o tareas a desarrollar, las que se han cumplido en su totalidad. La Municipalidad (independientemente de quien firme) no puede ir en contra de sus propios actos y, en este caso, le otorga una habilitación provisoria supeditada al cumplimiento de requisitos y tareas que fueron debidamente cumplimentadas. Es decir, la Municipalidad se comportó como si dichos requisitos se hubieran cumplido. Caso contrario, ¿le hubiera permitido seguir funcionando? ¿emitiendo guías? ¿cobrando tasas, etc.? Entonces no venció y tampoco le comunicaron algo al respecto», sostuvo Reviriego.
En este contexto, «no hubo falta por parte del productor y ahora no puede pretenderse perjudicarlo sobre un derecho adquirido», añadió; y fue más allá al plantear que «habría que revisar si el barrio El Cruce se encontraba y/o se encuentra debidamente encuadrado como zona urbana, o si por el contrario también hubo allí una omisión o ausencia de la propia Municipalidad. Ya que esto claramente perjudica a Lago, que había obtenido todas las habilitaciones nacionales, provinciales y municipales existentes».
«De todas formas, entiendo que eso es materia de análisis de los profesionales que asesoran a Lago desde lo jurídico. En nuestro caso, desde la CAF, bregamos por una buena ordenanza para la actividad y buscar una solución que contente a todas las partes, para que nadie se sienta perjudicado», agregó.
La ordenanza, ¿es retroactiva o legisla a futuro?
El Director Ejecutivo de la Cámara sostuvo que las leyes «siempre legislan para futuro. No tienen efecto retroactivo y no deberían poder quitar derechos ya adquiridos. Ojalá que la ordenanza sea la mejor posible, contemple los preexistentes, pero hay un principio general de derecho que establece que no se puede aplicar en forma retroactiva y se aplica para futuro. «Lo que no quiere decir que se busque el consenso y se redacte un artículo para que no aumenten la capacidad, que presenten un plan de trabajo para mitigar las connotaciones negativas; y que el municipio vaya viendo y controlando ese plan de trabajo».
«La ordenanza regula para futuro. En el caso particular de Lago ahora no podrían decirle que hubo un cambio y que se tiene que ir. El establecimiento de engorde a corral tiene mucha inversión, más allá de las cuestiones diarias. Lo tiene en lo edilicio, en mantenimiento y en todo lo que genera la actividad. Hay que buscar el equilibrio de todas estas cuestiones», concluyó.



