El caso sospechoso de coronavirus -que luego fuera descartado tras los estudios realizados- dialogó con Actualidad y contó cómo fue vivir esa semana en aislamiento total aguardando los resultados. «Hay que calmar los ánimos y no vivir la psicosis de las grandes ciudades», aconsejó.
Juan Reimers, el transportista de Cañada Seca que estuvo internado en el Hospital Municipal bajo la sospecha de tener coronavirus, ya regresó a su hogar luego de que los resultados confirmaran que todo había sido una falsa alarma.
Ya con la tranquilidad del alta definitiva que le dieron los médicos, Reimers charló con Actualidad y relató cómo fue su experiencia.
«Yo no creía que fuesen síntomas de coronavirus, pero por las dudas consulté a un profesional. En realidad a mí me dolía la garganta y estaba afónico. No presentaba fiebre, no presentaba tos y no tenía dificultades para respirar. Cuando consulté a un profesional había algunos signos que a él le parecieron que podían ser de coronavirus y, en este contexto donde hay miedo por la pandemia, aseguró la bocha: por eso se activó el protocolo y se tomaron todas las medidas del caso», narró Reimers.
El cañadense le dijo a toda la comunidad villeguense que se puede quedar tranquila, ya que desde el Hospital se está trabajando con mucha seriedad: «Han puesto toda la energía en esto. Se cumplía a rajatabla con todas las medidas de prevención. El equipo que me atendía era espectacular», describió.
Al mismo tiempo que se activó el protocolo de prevención para el transportistas, también se disparó para familiares, vecinos y gente con la que el caso sospechoso había tenido contacto. «Se armó un revuelo bárbaro. Cuando quisimos acordar estaba medio pueblo en cuarentena», dijo.
Para Reimers lo importante es no generar más psicosis alrededor de esta pandemia: «El riesgo está. Hay que tener respeto del coronavirus, pero nososotros estamos viviendo en un contexto muy distinto al de las grandes ciudades. Nos conocemos todos, sabemos quién fue a tal lado, quien no, conocemos si hay o no posibilidades de contagio. No hay que generar miedo, hay que tomar las medidas del caso, pero calmar los ánimos y no vivir la psicosis de las grandes ciudades».
Luego de estar una semana en el Hospital sin manifestar ninguna clase de síntomas, el cañadense regresó a su hogar. Muy pronto deberá subirse nuevamente al camión, ya que en época de plena cosecha el transporte es vital. Y si bien hay peligros de contagiarse al acudir a los puertos de Rosario, Reimers comentó que se han tomado medidas preventivas: «Hay cero contacto personal en los pueblos, no es como era antes. En los puertos hay buenas medidas de seguridad. Está todo automatizado. Uno pone los papeles que uno lleva, los deja en un buzón, le extienden una tarjeta y con eso uno se maneja durante todo el proceso de cargado o descarga. Es todo automático», explicó.
La posibilidad del primer caso de coronavirus en General Villegas tuvo en vilo a toda la comunidad local. Afortunadamente Reimers dio negativo en COVID-19 y goza de buena salud, una noticia que celebramos todos, particularmente los cañadenses.