Catriona Kirkwood y Sandra Heredia -responsables de ambas Direcciones- agradecieron a los empleados que nunca le sacaron el cuerpo a los controles y constituyen la primera barrera de ingreso en los accesos a nuestra ciudad.
Durante la cuarentena las áreas de Cultura y Deportes estuvieron completamente paralizadas. Ambas Direcciones se caracterizan por organizar eventos y actividades que siempre congregan mucha gente, lo cual está terminantemente prohibido por el aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en nuestro país desde hace más de 100 días.
No obstante, eso no significa que el personal de ambas áreas haya estado de brazos cruzados. Desde el 9 de abril la gente de Cultura y de Deportes permanece firme en los distintos controles y accesos a nuestra ciudad, llevando un registro de todas las personas que ingresan y transitan por la ciudad cabecera.
Catriona Kirkwood, directora de Cultura, reconoció la encomiable tarea llevada a cabo por los trabajadores municipales: «Nos tocó encarar esto y queremos agradecer encarecidamente a todos nuestros empleados que están en los controles desde el 9 de abril. Ninguno de ellos está preparado para hacer este trabajo y estar tantas horas en el frío; pero son áreas que están paralizadas y no podemos trabajar en lo que nos compete, así que nuestro personal se vio obligado a esa tarea. Todos lo tomaron con un compromiso excelente, con la responsabilidad de estar siempre ahí. Toda la comunidad de Villegas tiene que agradecerles», enfatizó.
Sandra Heredia, directora de Deportes, agregó: «En un primer momento tuvimos gente de Seguridad; pero eran controladores de la ciudad que tuvieron que volver a su trabajo normal cuando entramos en fase 4 o fase 5: recorrer comercios, gimnasios y distintos lugares que abrían actividades. Ahí empezaron a colaborar pequeños grupos de otras áreas, como las chicas de la guardería municipal. Nos pasó que tuvimos que abrir un control más, que fue el del barrio El Cruce. Eso requiere un montón de gente más. Hay muchos viajantes y camioneros que bajan en el barrio el Cruce y a esos se les toman los datos, no a los vecinos que cruzan en bicicleta».
Por último, ambas funcionarias municipales destacaron que «la gente de los controles no son policías, no tienen autoridad para frenar el ingreso de nadie. Tampoco tenemos una autoridad provincial para frenar el ingreso. Lo que sí tenemos es un protocolo, y el protocolo dice que la gente que viene de las zonas calientes debe llamar al 103 y hacer una cuarentena de 15 días. No podemos obligar a nadie ni poner un policía afuera de la casa. Hay una delgada línea entre la libertad y la obligación cívica de cada persona. Ahí es donde entran los vecinos: si ven que alguien vino de Buenos Aires y no hace una debida cuarentena hay un número donde denunciar anónimamente y luego se hace un seguimiento».
«Todos tenemos una responsabilidad cívica de usar barbijo, de limpiarnos las manos, de limpiar las cosas que traemos del supermercado, de tener un cuidado personal y un respeto hacia el otro para cuidarnos y cuidar al vecino. Sin la responsabilidad de cada uno es imposible. Las transgresiones provocan un daño a la comunidad y lo pudimos ver en distintos países», concluyeron.