Rita Fernández, vecina bungense, le puso palabras al malestar que se vive en Emilio V. Bunge por el regreso a fase 1 ante el brote de coronavirus que sufre dicha localidad.
Actividades prohibidas, gente que no puede trabajar, hacer deporte o ni siquiera sentarse en el jardín frontal de la casa, algo que es tan común en la vida de los pueblos del interior. El fastidio en Bunge es generalizado y muchos consideran la medida como una exageración.
«Lo que molesta mucho es la inequidad: ¿Por qué nosotros y la ciudad cabecera no? Después está el tema de las actividades alcanzadas. Acá son todas actividades al aire libre porque vivimos en el medio del campo. Hay dos barrios que se están construyendo en el medio del campo, pegado a las vacas y los albañiles no pueden trabajar. Un pintor que pinta la casa del lado de afuera no puede trabajar», comenzó diciendo Rita.
«Lo mismo pasa con los gimnasios. Algunos hicieron una inversión en aparatos. Al principio estuvieron parados por la ley nacional, después los habilitaron y ahora los vuelven a parar. La gente tiene que pagar alquileres, servicios e impuestos, porque nadie prorrogó un impuesto, por lo menos los municipales. ¿Cómo hace la gente que ya estuvo parada y ahora le mandan 14 días más? Encima con la incertidumbre de no saber cuándo termina esto porque si sigue habiendo casos…», agregó la vecina bungense.
Rita Fernández advierte sobre un peligro: muchas personas ocultan sus síntomas. «Hay gente que trabaja por su cuenta que ni loca dice que tiene síntomas porque los encierran 14 días. Va a haber gente que probablemente esté enferma y no va a ir a consultar porque tiene miedo que le cierren el negocio. ¿Cómo hace la gente que no tiene un sueldo para vivir sin laburar? Encima incentivan a denunciar. Me han comentado que hay causas abiertas a gente que quiso trabajar. Te tratan como un delincuente por hacer algo que no tenés más remedio: tenés que trabajar para comer», enfatizó.
Malestar e incertidumbre
Otro tema que genera fastidio es la imposibilidad de hacer deporte. «Todo se suspendió. Primero nos decían que hacer actividad física te generaba muchas defensas y ahora nos dicen que no podemos hacer. Es una situación que nos está afectando muchísimo. Hay gente que ni siquiera tiene un patio para poder salir. Es ilógico que prohíban actividades al aire libre. Entiendo que quieran parar al contagio, pero están logrando lo opuesto a lo que buscan porque la gente que tiene síntomas los oculta para que no la encierren», remarcó.
Los vecinos de Bunge tienen una incertidumbre absoluta, puesto que no se sabe si el retorno a fase 1 concluye luego de transcurridos 14 días desde que se anunció o si la medida continuará por más tiempo.