Leandro Díaz, el joven piedritense involucrado en el choque frontal de dos camiones sobre Ruta 33 este domingo, habló con ACTUALIDAD de lo ocurrido.
«Leo», como todos lo llaman en Piedritas, tiene 23 años de edad, pero desde hace alrededor de seis años es chofer de camión. «De chiquito ya andaba con los camiones, es lo que me gusta», dijo.
Esta fue la primera vez que tuvo un accidente viajando. «Justamente había hablado de eso con unos chicos. Yo les decía que gracias a Dios nunca me había pasado nada. Me ‘quemé’ solo. Al otro día me pasó», expresó.
El joven maneja desde hace unos veinte días un camión lechero de Emilio V. Bunge. «Todos los días estaba haciendo el recorrido Fortín Olavarría, América y de ahí a la fábrica de Remotti. De lunes a lunes», contó en diálogo con Edgardo Bonetto.
«Me voy a tener que cambiar la fecha de nacimiento», dijo; y respecto al accidente comentó que «vi que el camión cerealero (que viajaba en dirección contraria) se fue en una parte a la mitad de la ruta, pero volvió enseguida. Lo primero que se me cruzó por la cabeza es que iba con el celular; y no le di importancia. Ya cuando lo tenía muy cerca, se empezó a venir para el lado mío, le hice señas pero no respondía y no me quedó otra que ‘tirarme’ a la banquina».
Relató que en el sector donde se produjo el choque «hay muchas plantas, así que sólo alcancé a sacar la cabina para no irme contra las plantas, me agarró el equipo entero. Primero pegó en la rueda de atrás del camión, después se chocó todo el acoplado también; y cuando mordí la banquina el camión se dio vuelta».
«Lo primero que intenté, por cómo yo sentí el vuelco, fue pararme y salir por la puerta de arriba, pero me choqué con los asientos. Estaba desubicado, no me daba cuenta cómo estaba el camión. No me di cuenta que se había dado vuelta entero. Finalmente pude romper el parabrisas y salí por ahí. En ese momento vi todo en el medio de la ruta. Me miré y no tenía nada, más que los cortes en la desesperación para salir de ahí adentro», agregó.
En ese momento dos efectivos de América que habían terminado su turno venían circulando detrás del camión conducido por el otro chofer. «Pararon ellos y enseguida llegaron la policía y los bomberos. Los propios efectivos vieron todo. Y según algunos camioneros que llegaron, habían dado aviso a la policía de que ese chofer venía durmiéndose. A lo mejor se podría haber evitado. Fue el destino», dijo.
El piedritense reconoció que no usaba el cinturón de seguridad en el momento del choque. «Creo que si hubiera ido atado hubiera sido peor, porque la parte mía fue donde se rompió todo, quedó todo muy chiquito», expresó.
Y reflexionó que «cuando hay sueño hay que dormir, no hay otra, siempre digo lo mismo. Hoy me tocó a mí y gracias a Dios no me pasó nada. La saqué muy barata. Lo primero que se me vino a la cabeza fueron mis hijos, que a veces viajan conmigo. Quedé asustado y no me dan ganas de seguir llevándolos».
«La verdad que si mirás el camión, es raro que no tenga nada», concluyó «Leo», que este 14 de noviembre cumple 24 años, aunque ahora asegura que los festejos serán dos, incluyendo también el 8, día en que se produjo el tremendo impacto.