Nación sugiere conformar comités de ética desde agosto de 2020, mientras que provincia envió un nuevo protocolo este viernes un nuevo protocolo «de preparación para la respuesta ante la contingencia de enfermedad por coronavirus 2019».
Por estos días se habla mucho del Comité de Ética que las autoridades villeguenses están evaluando conformar a causa de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia que golpea, con inusitada crudeza, a nuestro Partido.
Las palabras del director del Hospital, Dr. Raúl Sala, levantaron una polvareda que será difícil de aplacar. ¿Por qué? Porque básicamente un Comité de Ética tiene la espinosa e ingrata tarea de decidir quién accede a un respirador y quién no. Dicho de otra manera más descarnada: quién vive y quién muere.
Por supuesto que esa decisión tan trascendental no se toma nunca en el vacío. Los profesionales médicos brindan todo el soporte de datos para que las personas que integran ese comité tengan a disposición la información necesaria a fines de dilucidar y determinar quién tiene más chances de sobrevivir si se lo conecta a un respirador. La decisión -difícil si las hay- no recae en una sola persona, sino en un órgano consultivo y resolutivo conformado por profesionales idóneos y gente de las comunidades religiosas.
Lo que hoy acontece en General Villegas también afecta al mundo entero, y sucede por igual en países subdesarrollados y del primer mundo: los respiradores no alcanzan para los requerimientos de tantos infectados. Sucedió en algunos países de Europa al inicio de la pandemia, también en Brasil, en Perú y ahora -en esta segunda ola- le toca a la Argentina.
Lo cierto del caso es que el Dr. Sala pagó, está pagando y seguirá pagando un costo político enorme por sus dichos, por el momento específico en el que fueron enunciados (cuando, en realidad, la gente quería escuchar alternativas de acción o iniciativas que permitan albergar un mínimo de esperanza) y por la dureza de sus palabras. Es muy probable que el profesional de la salud haya querido asustar o alertar a esos rebeldes que no usan barbijo y ponerlos en órbita acerca de cuán grave es la situación sanitaria del distrito. Sin embargo, sus palabras fueron nafta en el incendio.
Desde el punto de vista sanitario, Sala no mintió: es la triste realidad de nuestro municipio. Quizás faltó una mirada más política del asunto o ser más prudente a la hora de comunicar algo tan sensible.
La oposición lo criticó duramente y las redes sociales se llenaron de mensajes de repudio hacia la decisión de conformar el Comité de Ética. El intendente Campana y el director del Hospital fueron blancos de los dardos del arco opositor, quienes no dejaron pasar por alto el tema.
Ahora bien, lo que la oposición ignora -o deliberadamente decide obviar- es que son los protocolos de los gobiernos de la Nación y de la Provincia los que sugieren la conformación de un Comité de Ética para afrontar la pandemia.
El protocolo del Ministerio de Salud de la Nación es de agosto de 2020 y plantea lo siguiente:
«El colapso de varios sistemas de salud en el mundo ante la pandemia de coronavirus ha mostrado que ante esa situación las decisiones se tomaron en modo confuso y caótico sin legitimidad ética. El aumento de las personas afectadas de COVID-19 amenaza con ese colapso en Argentina.
En este documento se presentan criterios focalizados en el derecho integral a la salud y la delimitación de responsabilidades éticas para el uso de los recursos críticos ante esa situación.
Se distingue así entre la universalidad del derecho que alcanza a toda persona con su carácter inalienable y la universalización de los recursos para garantizar el goce de ese derecho que se sujeta al criterio del nivel más alto posible que se pueda brindar a cada persona según la disponibilidad que la situación de emergencia sanitaria imponga».
Por su parte, este viernes llegó un nuevo protocolo de Provincia que insta a «conformar Comités de Ética hospitalarios para asesoramiento en los aspectos éticos de la atención de casos».
En definitiva, General Villegas no sacó «los pies del plato» o, dicho de otra forma, la idea de conformar el Comité de Ética no se le ocurrió al Dr. Raúl Sala o al intendente Campana. El dilema, claro está, radica en qué se hace para darle batalla al virus. Si solamente se conforma el Comité de Ética para elegir quién vive y quién muere sería una abominación. ¿Qué hará el municipio y el Hospital para levantar la guardia frente al ataque del virus? El nuevo esquema de atención, seguimiento y tratamiento del paciente COVID es un adelanto porque permite descomprimir un poco el sistema y evitar que los pacientes lleguen «estallados». El diálogo con Región Sanitaria II (y la llegada de dos respiradores) también es una buena noticia.
La pregunta es: ¿Será suficiente?