El vecino de Bunge es integrante «Autoconvocados por la 33», grupo que viene pugnando por el arreglo de la Ruta 33. Tras conocerse la postergación de la apertura de sobres para la licitación de la obra, entre los «Autoconvocados» reina el enojo y la desilusión. «De ninguna manera ese enojo nos va a paralizar. Sabemos que tenemos que seguir peleando porque es una causa justa, necesaria y que implica una vida mejor», reflexionó.
La noticia de la postergación de la apertura de sobres -que se iba a llevar a cabo este jueves 26 de agosto- para la licitación de la obra de repavimentación de la Ruta 33 (tramo Rufino-General Villegas) cayó como un baldazo de agua fría para toda la comunidad y, más específicamente, para el grupo «Autoconvocados por la 33», un colectivo de instituciones y vecinos que se unieron con el objetivo de hacer visible el problema del mal estado de la Ruta y reclamar su urgente reparación.
Orlando Guzmán es uno de los referentes de ese grupo. En diálogo con FM Actualidad dejó en claro cuáles son las sensaciones, puertas adentro de los «Autoconvocados», luego de que se conociera la mala noticia.
«En principio un gran sentimiento de preocupación porque esto implica que la ruta va a seguir en las mismas condiciones: con un bacheo deficiente, con reparaciones que a los dos o tres días se vuelven a romper y con pozos cada vez más grandes. Cuando hablamos que la ruta va a seguir en las mismas condiciones sabemos a lo que nos estamos remitiendo: a la posibilidad de accidentes con pérdidas materiales y de vidas humanas. Empieza así una especie de orfandad, de abandono por parte del Estado. El eslogan ‘El Estado te protege’ no se cumple en este caso», afirmó Guzmán.
Y agregó: «La otra sensación es una gran frustración. Nosotros somos gente común y todavía seguimos creyendo en la palabra, en ese compromiso que tomás cuando decís algo. Y la verdad que los distintos funcionarios nos han venido diciendo que estaba la apertura. Hace muy poquito tiempo (Patricio) García nos dio una clase de ética de la gestión, diciendo que había respetado siempre la palabra y que no se había movido un ápice de todo lo propuesto. Ahora esto nos pegó fuerte. Ocho meses lleva este proceso de licitación. Y a los 8 meses, cuando hay que abrir los sobres, te dicen ‘vamos a tener que reajustar algunas cositas porque faltan detalles’. Tiran para adelante un mes o dos meses… En realidad no se sabe porque es un final incierto. Si eso no se llama ineficiencia no sé cómo se llama. Esto puede ocurrir nada más en el Estado, donde los costos no los paga nadie y, en definitiva, los pagamos todos. Si esos funcionarios hubiesen hecho en lo privado lo que hicieron en el Estado, se quedan sin trabajo. Si lo hubiesen hecho en la función privada, se funden. Eso explica por qué esta gente se prende al Estado. En el Estado los costos no los paga nadie o lo pagamos todos, pero nunca la ineficiencia la paga el funcionario a cargo. Eso genera enojo y te pone mal».
Guzmán remarcó que «muchos nos decían que no íbamos a lograr nada, que nos iban a caminar. Cuando pasa esto y ves que esa gente que pensaba en negativo tenía razón, ahí te das cuenta hasta dónde estamos enterrados. Si en una sociedad los que no son optimistas tienen razón quiere decir que esa sociedad no tiene futuro, que nos espera la miseria, la desazón, la depresión. En una gestión donde hay un mínimo de ética, la ineficiencia es inaceptable. Acá está a la vista que lo patean para adelante, que esto no va a salir, que la ruta sigue en las mismas condiciones y que siguen en la función pública porque el costo no lo paga nadie».
Si bien reconoció que el sentimiento generalizado es enojo, el vecino bungense destacó que el grupo «Autoconvocados por la 33» no se va a quedar de brazos cruzados: «Convocamos a toda la sociedad para seguir reclamando porque el único éxito que puede tener la sociedad es cuando la gente de bien se junta, reclama y va en búsqueda de un objetivo. No nos podemos dejar vencer por esta desidia, por esta ineficiencia, por esta charlatanería. No nos pueden ganar los Garcías de la vida porque sino no tenemos futuro. Esto generó mucho enojo, pero de ninguna manera ese enojo nos va a paralizar. Ese enojo nos va a seguir traccionando. Ahora más que nunca estamos convencidos de que esa ruta tiene que tener un arreglo. Sabemos que tenemos que seguir peleando porque es una causa justa, necesaria y que implica una vida mejor», concluyó.