La convivencia pacífica entre el intendente Eduardo Campana y los concejales del bloque oficialista duró lo que duró la campaña. A nada de comenzar el 2022 ya se produjo un nuevo cortocircuito en una relación que siempre fue tormentosa y difícil. Más allá que el intendente y los concejales son del mismo palo político nunca han podido trabajar de manera armónica y aceitada. Siempre hubo disputas, tensiones, idas y venidas. Muchas veces fueron discusiones subidas de tono entre cuatro paredes y en otras tantas oportunidades se ventilaron «los trapitos al sol».
Ahora se suma un nuevo capítulo. Y es que en la mañana de hoy los concejales del bloque Juntos presentarían una nota en el despacho del intendente Campana donde le solicitan que no se entrometa en la función legislativa del bloque. Además, manifiestan que no se obstaculice su tarea como representantes del pueblo. Los ediles dejan en claro que se sienten parte de la gestión, pero que su obligación no es hacia el jefe comunal sino para con el pueblo que los eligió. En tal sentido remarcaron que ellos son mediadores entre las necesidades de los habitantes del distrito de General Villegas y las áreas del Ejecutivo y que, por lo tanto, su trabajo es el de responder a esas demandas que les trasladan los propios vecinos.
Una concejal de Juntos electa en noviembre de 2021 le dijo a Actualidad que el intendente Campana había intentado coartar la libertad de acción de un miembro del bloque, pidiéndole que reporte ante él cada movimiento y cada acción de los concejales.
Todo surgió cuando los concejales tomaron la necesidad puntual de un vecino y gestionaron la solución en la Secretaría de Desarrollo Social. El hecho llegó a los oídos del intendente, a quien no le habría gustado esta «gestión por la espalda».
El pedido del jefe comunal no cayó bien y habría existido una tensa discusión. El resto de los ediles de Juntos -con excepción, tal vez, del presidente del Concejo Juan José Tomaselli- reaccionó en sintonía: hubo enojo e indignación.
Ese malestar derivó en la nota que se presentaría esta mañana en el despacho del Ejecutivo.
Tras el episodio se abren un montón de interrogantes: ¿Es tan desmesurada la reacción del intendente de pedir que sus concejales se alineen con la gestión o reporten ante él? ¿Es una actitud poco democrática y verticalista? ¿La gestión para hallar una solución a los problemas de los vecinos es una potestad única y exclusiva del Ejecutivo o los concejales pueden mediar? ¿Esto demuestra un cierto temor por parte del intendente a que alguien gestione a sus espaldas y se lleve los «laureles»? ¿Hay miedo a que las figuras del bloque de concejales «asomen la cabeza» como posibles candidatos a intendente?
Estamos en 2022, año donde no hay elecciones, pero lo cierto es que las aguas por las que navega Juntos General Villegas no se calmaron. Parece que nos aguardan dos años complicados para la gestión. Y ya hay un cierto aroma electoral.