Todo está inventado por el recuerdo. Frase conmovedora con la que cierra el emotivo corto que se expuso durante los tres días del Festival Querido Manuel, en el escenario del Centro Cultural Molino Fénix.
El marco para el trabajo de los directores pampeanos Oskar Aizpeolea y Francisco Martín y de actores que se mueven a través del hilo conductor que propone el personaje del escritor, es el sonido.
La música para Tarde de Verano, que fue especialmente compuesta especialmente para el cortometraje por Fernando Giusiano, «un amigo que trabaja siempre con nosotros, a quien le mandamos las imágenes y compuso la música», acompaña las imágenes y conmueve.
Una historia inventada, ficticia, como las del propio Puig, pero que podría haber sucedido en cualquier pueblo de la pampa argentina.
Y la pregunta que queda flotando en medio de recuerdos inolvidables, para que el escritor continúe con su obra.
Los directores estuvieron en el día de apertura de Querido Manuel, para la presentación de su cortometraje y agradecieron la posibilidad de formar parte del homenaje en el festival.
Por qué el homenaje a Manuel Puig
Oskar Aizpeolea fue contundente ante la pregunta sobre por qué eligieron este homenaje al escritor villeguense: «primero porque nos gusta», pero luego agregó que «primero íbamos a hacer uma obra de teatro inédita de Puig, pero para la puesta había que filmar partes y después llegó la pandemia y mutó en el corto Tardes de verano.»
El joven director Francisco Martín, reconocido como Nuevo Talento Cinematográfico por DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) destacó el Premio del Público, recibido en el Festival de Cine de General Pico (La Pampa) donde se estrenó el corto.
Para Francisco «eso fue muy emotivo, porque desde el primer momento, cuando nos pusimos a pensar cómo contar esta historia, pensamos en un vínculo directo con el público y recibir el premio del público es como un candadito que se ha cerrado por algo que se cumplió.»
Aizpeola recordó que el protagonista, Fabio Aste, «ya hizo de Manuel Puig en la película Vereda Tropical (2004)», mientras Martín advirtió que «me gustan las puestas al aire libre, porque hay una sensación como de que llena el espacio» y agregó que «creo en esas distintas plataformas o espacios donde exhibir los trabajos y la obra cambia.»
Cuando una obra se proyecta, pasa a ser «de los que la ven», por eso Oskar manifestó que lo movilizó mucho la puesta en Villegas, como parte de un festival en homenaje a Manuel Puig, sobre todo porque varias veces habían planeado venir, pero siempre se postergó.
Pero, «estar acá por el homenaje y como invitados es mucho más movilizador», aseguró Aizpeola.
Por último, Francisco Martín afirmó que «cualquier recorrido que haga el corto, ningún espacio va a ser tan significativo como este.»