El título fue publicado por el sitio Bichos de Campo y hacía referencia a la advertencia que el productor agropecuario y ex presidente de AACREA y del INTA en la gestión de Cambiemos, hizo tras exponer en el Primer Foro de Medio Ambiente que organizó Carbap en Trenque Lauquen.
En ese momento, sorprendió al mostrar una faceta conservacionista y amante de los animales que no era muy conocida en él, cuando pidió a sus pares: “Cuando vean un puma, no lo maten”.
El ingeniero agrónomo conversó en la radio con Edgardo Bonetto en su programa de FM Actualidad y afirmó que «yo quería dar un mensaje sobre la salud de los ecosistemas» y por eso «arranqué la charla planteando si estábamos mejor o peor que hace 30 años con los ecosistemas de nuestra zona y pongo el ejemplo del puma como el máximo predador de la cadena alimenticia y tenerlo hoy entre nosotros, significa que los ecosistemas están sanos.»
Balbín destacó que «el puma retornó por varios motivos y por varias circunstancias, pero pero ante mucha presión de ambientalistas y ecologistas, tenemos un ejemplo concreto de algo que está funcionando porque si no, el ecosistema no lo mantendría.»
Según el ingeniero agrónomo «hay varios factores, por un lado las inundaciones que hemos tenido, la tendencia de la gente de vivir en el pueblo e ir nada más que ir a hacer actividades al campo, ha generado oportunidades a la naturaleza de recuperarse y de volver a interactuar con nosotros en una forma que antes no se daba por esa presencia humana en los campos que, de alguna manera expulsaba a determinados predadores.»
Si bien eso tiene su ventaja y su desventaja, lo cierto es que «es un sello de calidad de lo que está pasando en todo el ecosistema en el oeste bonaerense», aseguró.
Según Balbín, la presencia del puma «nos ha controlado totalmente el tema de peludos», ya que «hace 15 o 20 años con la siempre directa, todas las lomas estaban minadas de peludos rompíamos fumigadores, sembradoras. Teníamos que muchas veces que limpiar los bloques por los desastres que nos hacían los peludos. y hoy, han disminuido muchísimo y es el puma el que lo está controlando.»
El productor refirió, por otro lado, que aunque «genera temor, es un animal arisco y no hay casos de ataque al hombre. Ha rayado algún potrillo o ha hecho alguna macana, pero hay que convivir y tratar de mitigarla.»
Para lograr esto, Balbín contó que «cuando empieza a andar el puma andamos de noche con reflectores y cuando hacemos movimiento se va.»
«Tenemos que empezar a entender que dentro de la naturaleza estamos todos, tenemos un lugar y podemos llegar a una convivencia acotada y con algunos problemas y con algunos inconvenientes, como está pasando muchas partes del mundo», aseguró.
Lo mismo pasa con el carpincho, que está empezando a colonizar cada vez más la provincia de Buenos Aires y aunque se hizo famoso en el Delta «entre Pehuajó y Bolívar, de noche de no chocar uno», apuntó.
Para el ingeniero agrónomo, son temas que tienen alcance a nivel mundial y hay que entender que «la naturaleza ocupa los nichos que uno está dejando y otros nichos que provoca. Por ejemplo, los maíces de segunda generan una superficie donde el animal recibe protección desde fines de noviembre, que ya tiene más de un metro de altura, hasta que se cosechan en septiembre.»
«Eso genera una adaptación que está permitiendo, sobre todo al jabalí, una explosión de crecimiento que a la larga vamos a tener lidiar y ver cómo manejar. Pero hoy es una realidad», señaló.
Otro capítulo abarca a las liebres y a los zorros. La liebre no es autóctona sino que fue importada de Europa y encontró aquí un ecosistema sin depredadores, porque «ver un zorro hace treinta años en esta zona era fortuito, porque la piel era carísima», explicó.
Pero cuando se dejó de consumir el tapado de piel de zorro y eso generó que no hubiera mercado para el cuero de zorro. Hoy ha controlado a la libre y está en equilibrio.
La presencia del zorro también disminuyó la población de ratones que transmitían el Mal de los Rastrojos y que son el principal alimento del zorro. La población de lauchas y ratones a nivel rural ha bajado muchísimo y es porque tenés más predadores dando vueltas.
La gaviota ha adaptado su régimen y comen granos de maní. «La naturaleza tiene una capacidad de adaptación y una capacidad de reciclaje muy importante. Y permite que determinados nichos que uno crea que el hombre crea de alguna forma sean ocupados», sostuvo Balbín.
Para este productor, lo importante es entender el equilibrio que busca la naturaleza y «convivir sin buscar atajos fáciles».
«Hay un montón de especies que hace 20 años era inimaginable que pudieran estar y hoy están apareciendo y es muy sano», concluyó.