«La riqueza de los pueblos depende mas del nivel de conocimientos promedio de sus habitantes, que de sus recursos naturales». «Costa de Marfil y Ecuador son grandes productores de cacao, pero la tecnología permite a suizos y belgas producir los mejores chocolates». (Eugenio Bezzola)
«Los políticos y los pañales han de ser cambiados a menudo… y por los mismos motivos» (George Bernard Shaw)
En muchas oportunidades hemos escuchado a los políticos actuales, a los candidatos a algo, sindicalistas, integrantes de entidades intermedias y miembros de la clase política en general, pronunciar frases tales como «… vamos a salir adelante porque el mundo necesita de nuestras materias primas y alimentos …», «… estamos parados sobre una inmensa cantidad de riqueza …», » … nuestros recursos naturales nos salvarán de esta situación …», «… no podemos estar como estamos con las riquezas que tenemos …». En mi opinión, estas ideas fuerza o similares, relacionando nuestra riqueza derivada de los recursos naturales, con las probabilidades de salir adelante o de movernos de la situación en que nos encontramos actualmente (en épocas pasadas el argumento era el mismo), indican una ignorancia superlativa en relación a por que camino esta pasando la evolución del mundo. Si pretendiéramos resumir la expresión «evolución el mundo», podríamos decir que el concepto se asemeja al de bienestar de la población tanto desde el punto de vista médico – sanitario, tecnológico, laboral, educativo y otros tópicos que demuestran que una sociedad ha evolucionado, prescindiendo de las banderías políticas; es decir, hay actividad política, hay políticos, pero existe una base sobre la que todos (no importa el bando) están de acuerdo y esos principios son intocables, cualquiera sea el signo político de quien gobierna (esto para Argentina es ciencia – ficción).
Lo certero es que desde que éramos el «granero del mundo» hasta la actualidad (y han pasado mas de cien años), teniendo los recursos naturales que dicen que tenemos y habiendo exportado toda esa riqueza durante todos esos años no hemos mejorado la tecnología, el mundo laboral, el ámbito educativo y otros aspectos vinculados con el bienestar de la gente que en algunos lugares hace popó en un balde; otros países, sin poseer nuestros recursos naturales, lo han logrado ampliamente en los últimos cien años o en períodos mas cortos aún.
Los cambios significativos en nuestro país no han sido generados porque a alguna mente iluminada se le ocurrió algo; mas vale, se han producido «porque no había mas remedio» (p. ej. el advenimiento de Internet y la telefonía celular). Si casi todo el mundo utiliza o se vale de alguna mejora tecnológica, a menos que vivas en Cuba, Irán, Iraq, Pakistán, Nigeria, Venezuela o algún país donde la política, la religión, la pobreza, la corrupción o un armónico y coordinado desarrollo de esas variables, no permiten que se produzca una innovación, a la larga los cambios se producen (de la misma manera que la fruta madura cae del árbol), aunque ya con un nivel de menor calidad tecnológica (p. ej. estamos esperando el 5 G). Adviértase que me he referido a «cambios» y no a «evolución».
Actualmente, el nivel de prosperidad ya no depende de los recursos naturales. Los países que están en los primeros lugares no son los que poseen mas petróleo, gas, soja, sino los que tiene mejores sistemas educativos, desarrollo científico y creatividad e innovación. El resultado de esto deriva habitualmente en programas de computación, utilización de nuevos materiales, evolución de las comunicaciones, cuyo valor es superior a grandes cantidades de materia prima. Los países con recursos naturales como Venezuela y Nigeria (petróleo), Argentina (soja, petróleo, reservas de agua, litio y seguimos contando) y otros; andan por el fondo de la tabla de todos los indicadores económicos, de bienestar, de transparencia (como opuesto a corrupción), de empleo, de calidad educativa y de cualquier otra variable que se les pueda ocurrir que represente estos conceptos.
Esto explica porque empresas como Apple Corp., Google, Facebook y otras manejan valores rayanos con lo pornográfico, en relación a cualquier número indicador de los países del fondo de la tabla, donde estamos orgullosa y esforzadamente incluidos y parece que de acuerdo a los pensamientos expresados al comienzo, vamos a permanecer.
Solo nos queda saber de que manera erradicar de la corteza cerebral ideas tan anticuadas que se transmiten por algún extraño y complicado mecanismo (ignorancia repetitiva?, ósmosis inversa?, viento sur? … andá a sabé…).
Quizás, también esta confianza en los «recursos naturales» y cierto pecado de los jóvenes actuales consistente en desconocer cosas que ya existían antes que ellos nacieran, afectó seriamente la performance del Seleccionado Nacional ante el de Arabia Saudita, equipo no muy dotado naturalmente pero con un plan a desarrollar, cumplido a la perfección.
Para no aburrirlos demasiado, hace casi 50 años los equipos dirigidos por Cesar Luis Menotti, caracterizados por poner muchos jugadores en posición de ataque, utilizaban este recurso adelantándose y dejando en posición fuera de juego (off side u orsai en lenguaje de la tribuna) a los atacantes del equipo rival. Tampoco Cesar Luis Menotti inventó esta estrategia, Osvaldo Zubeldía, aquel DT de Estudiantes de La Plata multicampeón de fines de la década del ’60 (destrozado en cada oportunidad por el inefable Dante Panzeri que consideraba a la estrategia un agravio deportivo), también la utilizó con éxito. Por otra parte, fue Carlos Salvador Bilardo quien utilizó esta estrategia y también instrumentó formas de vulnerarla, ya sea gambeteando o saliendo desde atrás de la línea de defensores que se adelantaban, para dejar fuera de juego a los rivales.
Resumiendo, Arabia Saudita nos ganó con una estrategia utilizada, al menos en nuestro país, hace mas de 50 años. El baño de humildad y de realidad que nos dio esta situación, es quizás mas importante que la imprevisión del cuerpo técnico para resolver esa contingencia y nos ha servido de manera significativa para depositarnos, una vez mas, en la última instancia de la Copa Mundial.
NOTA para los lectores «no futboleros»: pueden buscar en Internet de acuerdo al siguiente glosario: Cesar Luis Menotti, Carlos Salvador Bilardo, Osvaldo Zubeldía, posición fuera de juego, Dante Panzeri, ley del offside, trampa del offside, gambetear.
*Omar Emin es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora con Actualidad en temas fiscales, laborales y económicos. También suele compartir sus opiniones y semblanzas sobre deportes, educación, historia, política y viajes, entre otros temas de interés.