En el día mundial del Braille, recibimos la visita en FM Actualidad, de Patricia Jaime, vicedirectora de la Escuela de Educación Especial N°501 y de Yohanna Aguirre, profesora de ciegos y disminuidos visuales en el mismo establecimiento.
Día Mundial del Braille
El Día Mundial del Braille, que se celebra desde 2019 el 4 de enero, pretende crear mayor conciencia sobre la importancia del braille como medio de comunicación para las personas ciegas y con deficiencia visual.
Qué es el Braille
Se eligió el 04 de enero, Día Mundial del Sistema de Lecto-Escritura Braille; en honor a Louis Braille (1809-1852), pedagogo de origen francés, quien tras un accidente quedó ciego de muy chico y creó un sistema de lectura y escritura para ciegos que les permitiría no sólo leer textos, sino también escribirlos con un simple método de fabricación de puntos en relieve.
El sistema Braille consiste en un código de 63 caracteres, constituidos por un rectángulo de seis puntos que conforman una figura determinada. Estos caracteres Braille están unidos en líneas sobre el papel y pueden leerse pasando las yemas de los dedos suavemente sobre el escrito.
Enseñar y aprender
Patricia Jaime contó que cuando estuvo como docente «aprendí a la par de los alumnos, porque en esa época no había docentes ya recibidos y yo tomo el cargo por una emergencia. Mientras me capacitaba, junto a Raquel Pinto, teníamos que atender toda la demanda de Bunge más la de Villegas.»
La vicedirectora hizo hincapié en que en este momento, Betina Ullúa, una joven ciega, se encuentra trabajando en la biblioteca, lugar al que «podría acercarse la gente que tenga ganas de aprender, porque ella está enseñando a quienes tengan interés en aprender.»
Yohanna Aguirre, profesora de ciegos y disminuidos visuales manifestó que si bien «se trabaja en Braille con las personas no videntes, cuando vemos que algún niño disminuido visual que por su patología va a perder la visión, también se lo prepara para trabajar con este sistema».
En este último caso, en la escuela se comienza con pre Braille «donde realizamos actividades para trabajar la lateralidad; que se sepa ubicar en la hoja de izquierda derecha, arriba, abajo, el centro, que lo va a ayudar después cuando tenga que recordar la numeración en los puntos en Braile.»
La máquina Braille facilita el aprendizaje, porque cuenta con seis teclas y se cuenta de adentro hacia afuera. En el caso de la regleta y el punzón, otros métodos de escritura, es más complejo, porque «se escribe al revés», explicó Jaime.
La profesora señaló que existen dos tipos de Braille: el integral, que es lo básico, donde se aprende el abecedario y el estenográfico, donde aparecen las abreviaturas de las palabras.
A partir de la tecnología, las personas no evidentes hacen mucho de la computadora y los celulares con aplicaciones y programas que leen las páginas.
Yohanna tiene un alumno en secundaria que presenta los trabajos a sus profesores directamente desde su celular, pero «no tienen que perder esto de aprender a escribir en Braille o dejar de utilizarlo, porque es una herramienta más de inclusión», aseguró la docente.
El proceso de enseñanza aprendizaje
Más allá del Braille, por ahí tiene que existir un trabajo especial en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Yohanna contó que tiene un alumno en secundaria que pasó a sexto, con quien «vengo trabajando desde la primaria y él ya ya sabe cómo pasarme los trabajos. Cuando el profesor le da trabajos en clase, sabe cómo pasármelo en formato pdf o en formato word para que yo se lo pueda transcribir o en el para trabajar todo con el celular, ya que su máquina en este momento, está rota y no es fácil de arreglar.»
«Trabajamos orientación movilidad, no solo Braille. Trabajamos otras cosas con las personas ciegas, hay distintas áreas. La especificidad se ve en la escuela especial y además trabajamos en el nivel con ellos, a la par que sus compañeros y haciendo las mismas actividades», expresó Yohanna.
«He tenido la posibilidad de poder trabajar en un montón de lugares porque he estudiado mucho, pero siempre elegí especial. Ahora estoy hace poco con adultos también y me encanta, es desafiante», aseguró Patricia Jaime, que desde hace 27 años es docente en la Escuela Especial N° 501.
Sobre el nuevo director del establecimiento, Franco Borda, afirmó que «es joven, tiene un montón de cosas para hacer por la escuela y yo lo voy a acompañar desde mi saber unos tres o cuatro años y ya después tendrá que ocupar mi lugar a otra persona que tenga mucha ganas.»
La vicedirectora aseguró que «los que tenemos que estar ahí, tenemos que querer la escuela.»
Abrir las puertas de la escuela para que la población sepa lo que se hace por la formación de todos los alumnos que ingresan, «porque la gente tiene que ver lo que uno hace», advierte Jaime.
Todavía hay una cierta reticencia en los padres «que tienen miedo de mandar a los nenes a la escuela especial. Pero nosotros enseñamos en la escuela. Y los alumnos aprenden. Esa es nuestra visión de la escuela. Educamos para que ese niño esté mejor en la sociedad, que se pueda insertar laboralmente», manifestó.
Existe articulación con el taller protegido, por lo que los egresados podrán trabajar allí «aunque como institución debemos seguir preocupándonos por ese alumno», explicó.
Patricia confesó que «hemos llorado mucho este año porque fueron muchos los que egresaron. Alumnos que estaban hace muchos años en los grupos de motores junto con sus familias. La escuela especial cobija, ayuda, contiene que y hay familias que necesitan la escuela.»
Trabajo de la comunidad
Lo cierto es que los no videntes se enfrentan a un montón de obstáculos día a día en nuestra comunidad. Veredas rotas, agua en todas las esquinas, bicicletas, motos, mesas, ventanas abiertas hacia afuera son parte de una innumerable cantidad de barreras que han generado más de un accidente.
No se trata solo de empatía por el otro, se trata de responsabilidad social, de crear una sociedad que nos incluya a todos.