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sábado, octubre 5, 2024

La «Futbolización» de la Política/Por Omar Emin*

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«La verdad es irrelevante». «Lo importante es lo que la gente cree que es la verdad». (Mark Twain)

«Las mujeres recuerdan todo y los hombres nada, por eso necesitan tantos replay cuando ven deportes». (Rita Rudner)

«En política, lo opuesto de hablar no es escuchar, sino esperar que el otro termine de hablar» (George Bernard Shaw)

Con lo últimos ecos de los festejos por la obtención de la Copa Mundial Quatar 2022 y después de ver la recepción popular a cada jugador en su lugar de origen, la opinión de sus familiares y otras notas que llenaron las pantallas y medios periodísticos en general, no podemos ignorar las ganas que tenían los políticos de subirse al carro de los vencedores (ómnibus en realidad) para «salir en la foto», aparecer sonriendo junto a los jugadores, robar cámaras tratando de adjudicarse un logro cuya obtención esta muy lejos de las pautas empleadas por la política para lograr sus objetivos, que a su vez distan de manera significativa de las expectativas del común de la gente, los haya votado o no.

Algunos llamaron a este fenómeno «la futbolización de la política»; aunque a esta altura permítaseme hacer algunas reflexiones al respecto; en realidad el fútbol no tiene las características que lo hagan parecer a la política ya que:

a. Tiene pocas reglas y muy claras que son entendidas por todos; excepto por – para algunos -, la ley del offside.

b. Las citadas reglas mantienen la estabilidad a lo largo del tiempo (el arco mide lo mismo que en el siglo XIX cuando se inventó el deporte) y en general han sufrido muy pocas modificaciones desde mediados del siglo XIX, hasta la actualidad.

c. La justicia es rápida aún con errores y actualmente con la introducción de la tecnología se han disipado (o no) algunas discrepancias históricas (fue penal o no ?, fue offside o no ?, fue gol o no ?).

d. No se cuestionan las reglas aunque las mismas provengan del exterior, aduciendo que nos quieren explotar o perjudicar con cuestiones coloniales.

e. No existe refugio alguno en excusas para competir con cualquier equipo, ni que lo Alemanes son muy desarrollados, ni que los Ingleses usurparon la Islas Malvinas, ni que tal o cual país tiene problemas con su forma de gobierno o con los derechos humanos; la excepción a esto son las recientes directivas de la Federación Internacional (F.I.F.A.), relacionadas con las sanciones a Rusia a causa de la guerra con Ucrania, acompañadas también por federaciones representativas de otras disciplinas deportivas.

Así las cosas, en el fútbol, la única ideología válida es que el esfuerzo, el estudio de técnicos y el funcionamiento personal y de equipos rinden su premio. Nada mas lejos de la ideología política imperante y del funcionamiento institucional del país.

En lugar de referirnos a «futbolización de la política» (término contradictorio si lo hay, de acuerdo a lo expuesto previamente) quizá debiéramos asimilar la política a un apéndice del mundo del fútbol como lo son los barras bravas (1), aunque es muy difícil pronunciar la «barrabravización» de la política, por eso el título fue adaptado.

Estos elementos (los barras bravas), viven de «negocios» derivados y vinculados con el fútbol como el estacionamiento cercano a los estadios, el «cuidado» de los vehículos estacionados, la obtención de entradas, el pedido de sumas de dinero a dirigentes y jugadores y otras actividades aún mas ilegales que las nombradas.

Además, sus actitudes son mas cercanas a un montón de cosas que ocurren en la política como por ejemplo que ese ámbito se esta volviendo tan básico y tribal como el de la afición futbolística, hay un retorno a la sencillez de la polarización; se es leal a un equipo (el mío, el bueno) y se odia al resto de los equipos rivales (los malos). Las decisiones de los jueces son siempre acertadas si favorecen a mi equipo y escandalosamente erróneas si van en contra, generando cánticos agresivos en clara oposición al manual elaborado por Victoria Donda, quejas y otras cuestiones (les suena esto en el contexto de la política ?).

Las cosas comienzan a ir mal cuando la política termina reducida a esa dicotomía «lo mío bueno»/»lo tuyo malo», «la verdad es solo lo que quiero ver desde mi lugar y todo lo demás es mentira».

Estos problemas están ocurriendo en general en toda América Latina y por supuesto nuestro país no es la excepción, donde tras la pasajera unidad que generó la Copa el Mundo, ya se está retornando al modo confrontativo básico, característico de los hinchas de fútbol.

(1) Barras Bravas: Personas sin el mas mínimo apego al Club que dicen tener en lo mas profundo de su corazón.

Lecturas inspiradoras:

Todos Deberíamos Aprender del Futbol – Enrique Blasco Garma – Ambito Financiero 11.07.01.

Vivimos la Epoca de «mi verdad» – John Carlin – Clarín 31.12.22.

*Omar Emin es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora con Actualidad en temas fiscales, laborales y económicos. También suele compartir sus opiniones y semblanzas sobre deportes, educación, historia, política y viajes, entre otros temas de interés.

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