Vigésima emisión de «GPS, villeguenses por el mundo» y una nueva historia. Magdalena Ruete Aguirre fue la protagonista, que dialogó junto a Esteban Mutuberría sobre su vida en el extranjero.
La banderolense lleva casi tres décadas fuera del país. Actualmente se encuentra viviendo en Colombia junto a su hermosa familia, pero siempre con el sueño intacto de retornar a sus tierras, a pesar de tantos años a la distancia.
Primer salto al exterior
Por medio de un Intercambio de Rotary, Magdalena partió rumbo a Estados Unidos en 1995, luego volvió y terminó el secundario en General Villegas.
Posteriormente se mudó a Buenos Aires para comenzar con sus estudios en Abogacía y Comercio Exterior. «Tuve la fortuna de trabajar desde muy chica, eso me sirvió mucho para ir escalando desde joven», aclaró.
Asentamientos definitivos en el extranjero
No era su primera experiencia por el mundo. Magdalena viajó a Sudáfrica en 2001 y, a partir de allí, se fue estableciendo en distintos países del planeta. Los siguientes destinos fueron Israel y China.
La banderolense aclaró que estos viajes estuvieron relacionados a su vida laboral. «Yo trabajaba para una empresa argentina que estaba en el rubro de la Industria, donde manejaba el departamento de Comercio Exterior».
Arribo a Colombia y matrimonio
Su trabajo tuvo un papel fundamental para conocer otro destino del mundo: Colombia. Llegó a estas tierras por medio de una empresa colombiana que la contrató y, en el trayecto, se mantuvo en lugares como Medellín y Bogotá.
«Siempre que pueda, voy a tratar de dejar mi huella a donde vaya, ya sea desde la docencia o lo que me toque ejercer», dijo.
En su último destino colombiano conoció a Jorge Andrés, su esposo, que trabaja de diseñador gráfico. «Él es independiente, está muy inmerso en el mundo tecnológico y en diseños y estrategias de comunicación», contó.
Su familia está conformada por su esposo y sus dos hijas: Elena, que tiene 6 años, y Victoria, de 3. «Como familia, en todo lo que hacemos tenemos que tener un propósito y llevarlo a cabo con mucho compromiso social», manifestó.
Sus emprendimiento revolucionarios
Ante la necesidad de una conexión con lo propio, más allá de la distancia, Magdalena comenzó con un proyecto que trajo fruto: la Casa del Argentino.
«Fue una iniciativa que no se planificó tanto, empecé haciendo alfajores de maicena, mandé un mensaje y al otro día tuve muchísimos pedidos. A los tres meses abrí mi primer local en un centro comercial de Barranquilla y fui creciendo. Luego me llamaron para representar a Argentina en un evento y fue un boom total», explicó.
Magdalena definió a Argentina, según la mirada del mundo (no solo de los colombianos), como la «Europa de Latinoamérica». Y subrayó: «Respetan mucho al argentino, nos tienen como personas cultas».
Pero «la Casa del Argentino» no fue el único proyecto que llevó a cabo la banderolense: «Arrancamos con una movida en Argentina, donde patrocinamos escuelas rurales de Corrientes. El programa fue creciendo y la escuela mejorando cada vez más con esta iniciativa solidaria».
Asimismo, comenzó con una propuesta para terminar con la pobreza y desnutrición en el mundo, luego de comprobar científicamente que hay suficiente cantidad de alimento para lograrlo.
Planes para el futuro
Las ideas de Magdalena, a largo plazo, estarán sustentadas en el bienestar de su familia. «La realidad de Colombia cambió, así que esperamos continuar acá, sino estaremos en el lugar más cómodo para nosotros», aseguró.
No obstante, reconoció que todavía le queda mucho terreno por recorrer en el extranjero. «Creo que muchas cosas cambian, por el momento estamos en Barranquilla, pero mañana veremos. Somos jóvenes y no estamos cerrados a las oportunidades que nos pueda dar la vida», indicó.
Por su parte, mencionó que las condiciones no están dadas para un posible regreso a Argentina, más allá de que lo consideran como un sueño.
¿Qué se extraña de General Villegas y Argentina?
«Villegas siempre está en mi corazón, siempre que tengo la oportunidad me doy el gusto de visitar a mi familia y seres queridos, aunque nunca es suficiente», afirmó.
Sin dudar, Magdalena comentó que lo que más extraña son los amigos. A su vez, añadió: «Los argentinos somos muy leales, eso se echa mucho de menos y me da ganas de mostrar lo mejor de mi hermoso país».
Algo que destaca la banderolense de Argentina es la nostalgia que siente por su patria y la bandera: «Cuando escucho el himno me emociono mucho, a pesar de tantos años en el exterior».
A su vez, mencionó que volver a Banderaló, su pueblo de origen, es casi una necesidad: «Han pasado 8 años desde la última vez que visité mi pueblo, la pandemia también ha hecho muchos estragos».
¿Cómo es Colombia?
Si bien es un país sudamericano, Magdalena mencionó que Colombia tiene una cultura muy diferente a la de Argentina, en temas lingüísticos, en cuestiones climáticas, gastronómicas y folclóricas.
«Colombia es un país que estuvo en guerra en los últimos 60 años, y hay zonas que todavía lo padecen. Es un país de guerra y los argentinos no conocemos de eso. Hay muchos grupos ilegales que son dueños de varios territorios, es complicado», comentó.
No obstante, también reconoció que Colombia es una tierra muy alegre;y que aprendió a ser feliz en medio de todas esas cuestiones políticas y económicas que desembocan en la violencia.