Las altas temperaturas y el cambio climático contribuyen a la proliferación del mosquito vector, que ha invadido en masividad la zona.
Para el doctor Carlos Palombo, ex director del Hospital municipal de General Villegas, que se encuentra trabajando en el Hospital «René Favaloro» de La Matanza, la situación del dengue es casuística, donde intentan trazar las estrategias para brindar respuestas a la comunidad, quien diariamente satura las guardias y los sistemas de salud.
La demanda se incrementa de forma exponencial en corto plazo, mientras que desde salud recomiendan la colaboración comunitaria, ya que es un mosquito domiciliario y requiere el seguimiento de las medidas.
Ante esto, recomendó no juntar agua, mantener el pasto corto, limpiar las canaletas, dar vuelta las macetas y cuidar el bebedero de los animales, así como también usar repelentes (sin diferencias entre el industrial y casero), usar determinada ropa y evitar la exposición.
«Es un mosquito que no se desplaza mucho en distancias laterales ni en altitudes, pero no se tiene una precisión definitiva. Tenemos que estar atentos al cuidado domiciliario y alertas ante cualquier síntoma que surja, para tomar precauciones», detalló.
Paralelamente, explicó que la primera infección no trae consecuencias graves, más allá de que la mayoría de las pacientes la pasa mal, con dolores articulares, retrooculares, de cabeza, picazón y gastrointestinales. «La primera infección es muy invalidante desde los síntomas, además del peligro de la segunda o tercera, que ya pueden traer dengue hemorrágico», manifestó.
Por otro lado, expresó que no hay un tratamiento específico, sino que se deben controlar las complicaciones con hidratación, evitar la baja de plaquetas y contener los síntomas. «No hay un método determinado ni un remedio específico. Es como el Covid-19, es un virus y solo se puede controlar, pero no erradicar por el momento. No hay muchas herramientas para combatir la enfermedad y eso genera angustia en el mundo de la salud. Lo más importante es la prevención», afirmó.
Al mismo tiempo, aclaró que las fumigaciones, ya sean aéreas o terrestres, «no pueden hacer mucho contra el Aedes, porque éste se encuentra dentro de las casas». Y agregó que «la fumigación combate al mosquito charquero y de ciudad, pero no al que causa las enfermedades».
De acuerdo a las vacunas contra la enfermedad, opinó: «La vacunación ya está aprobada, pero se encuentra en evaluación para ver si se incorpora en el calendario nacional de forma gratuita. La recomendación es que se vacunen las personas que ya han tenido dengue, lo cual evita una posible segunda infección, que es mucho más grave. No se puede evitar el dengue, pero sí la gravedad de las infecciones».
Pese a querer mostrarse optimista, el doctor aseguró que todavía falta mucho para atravesar estos tiempos complejos en cuanto a la enfermedad; y estimó que para mayo se mejorará la situación. «Creemos que en marzo tendremos un nuevo pico, en abril disminuirán los casos y en mayo se suprimirá, al menos por esta temporada», concluyó.