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domingo, octubre 6, 2024

Sócrates, el cazador de historias: Hoy, el ingeniero Carlos Leiva Zallocco

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Rebautizado en su madurez como Sócrates, Daniel Provazza hace gala de su impronta en un reportaje imperdible. No es ni será el filósofo griego, mucho menos el excelso volante de la selección brasileña de fútbol. Este, nuestro Sócrates, sale a cazar historias.

Esta vez el elegido es Carlos Leiva Zallocco, un Ingeniero Electromecánico con Orientación Electrónica de perfil bajo, pero que se brindó por completo a un diálogo muy íntimo.

Si tuvieras que elegir una tarjeta de presentación imaginaria para darte a conocer, ¿cómo sería?

Arregla Tuti.

Cuando alguien quiere conocernos, nos pregunta: ¿Qué sos?

Un ser humano bastante complejo.

¿Sentiste que El Nacional te preparó para ingresar a la Facultad?

En cierto sentido sí; y en cierto sentido no. Había profesores que eran exigentes y respecto de esas materias fui preparado, otros profesores no me prepararon. Pero en general, el modo de estudiar en el colegio secundario, no nos prepara bien para la facultad.

¿En qué facultad te recibiste?

En la UBA.

¿Cómo es la preparación actual para que un estudiante ingrese a la Facultad de Ingeniería de la UBA?

Peor que en mi época. No tengo un contacto directo con los colegios, pero en mi trabajo tengo contacto con estudiantes secundarios que dejan bastante que desear hasta en su manera de hablar, o en su entendimiento de las cosas que necesitan.

¿Pensás que se está subestimando el daño que se les causa a los estudiantes con algunas insuficiencias educativas?

No se subestiman, directamente se ignoran. Creo que el estudiante, a esta altura del partido, está en el último escalón de toda esa estructura.

¿Crees que hay un efecto traumático en los estudiantes que se van a estudiar?

Sí. Yo mismo lo sentí.

¿Cómo lo tramitaste?

Con perseverancia. Yo me fui a estudiar en el ’76, en los años de plomo, pleno gobierno militar, el abandonar o cambiarse de carrera no era una opción, por lo menos para mí.

¿Qué anécdota de tu vida de estudiante publicarías en un libro?

No tengo anécdotas; y menos en un libro, que se supone que es algo grueso, pesado de leer. A lo sumo, tengo un par de situaciones. Además, no tienen demasiado que ver con la Facultad, sino más bien con la vida de estudiante. En casa, sobrevivir y manejarse todos los días.

¿Cómo fue el vínculo con tus padres?

Siempre excelente. Yo no pensaba irme a estudiar. Mi vieja insistía y mi viejo me dijo: andá y probá. Según mis calificaciones en el colegio Secundario, la idea no estaba mal. Voy y pruebo. Mis viejos siempre me bancaron. Ellos consiguieron un lugar donde alojarme, me bancaron con la plata y con todo lo demás.

Carlos Alberto Leiva Zallocco. Algunos amigos me dicen que el segundo apellido es ocioso e inútil. ¿Qué pensás que hubiese dicho tu madre?

No, para nada. En realidad, mi vieja fue la que consiguió que yo me recibiera, porque tardé un montón de tiempo en cursar la materia y otro montón de tiempo en rendir los finales. La carrera duraba seis años y yo tardé diez en recibirme. Y cada vez que venía a Villegas, mi vieja me preguntaba: ¿y el título?.

¿Cuál es tu mayor virtud?

La perseverancia. Si hay que intentar quince veces la misma cosa, hasta lograr el resultado, lo intento.

¿Cuál es tu principal defecto?

Soy haragán.

¿Sos consciente de que sos un Ingeniero de la UBA, catalogada como una de las Universidades más prestigiosas de Latinoamérica?

Sí sí, soy consciente.

Si pudieras volver atrás un momento, una jugada donde pifiaste una decisión, ¿cuál sería y cómo deberías haberlo resuelto?

Yo tendría que haberme asesorado mejor respecto de qué orientación tenía cada una de las facultades o universidades, porque la UBA, en mi opinión, es excesivamente académica. Es muchísima teoría, un montón de materias densas y trabajosas y, en realidad, lo que tendría que haber hecho de movida es inscribirme en la tecnológica, que va más a la práctica.

¿A quiénes invitarías a comer un asado?

Al que se me cruce. Alguien con quien haya tenido una conversación agradable a la tarde, en un rato compro un par de costillas y lo invito a comer un asado.

¿Algún profesor que te haya marcado?

No. Solamente tengo recuerdos buenos de los profesores de la Secundaria. En la Facultad había eminencias, pero estaban en un pedestal. Uno los veía desde la tribuna, dando clases magistrales, pero no me quedó algo que me marque.

¿Por qué accediste a darle una entrevista a Sócrates?

Porque me convenció. Me paró en la calle y me dijo: ¿vos sos consciente de que sos un Ingeniero de la UBA?. Ahí me puse a pensarlo y dije: si vos crees que merece una entrevista, hagámosla.

Ante un cortocircuito importante en una placa madre, ¿qué elegís: pienso, pego o rompo?

Pienso.

¿Qué es mejor, paralizarse o moverse de gusto?

Ninguna de las dos rinde. Si te paralizás, no hacés lo que tenés que hacer; si te movés de gusto, lo más probable es que gastes energía, tiempo y tampoco resuelvas lo que tenés que resolver.

¿Enfrentar o buscar una vía de escape paralela?

Enfrentar.

Uno se levanta a la mañana diciendo: hoy voy a imponer mi punto de vista, ejercer visibilidad, mis leyes; y se acuesta a la noche diciendo… (completá la frase).

Yo no pienso eso cuando me levanto, no es mi estilo. No quiero imponerle nada a nadie.

¿Champagne o whisky?

Champagne.

¿Qué es un límite para vos, más allá del análisis matemático?

Una frase dicha con firmeza. Tengo ejemplos bien claros de cosas que nos decían mis viejos respecto de lo que no había que hacer. Uno tiende a no darle bola a esas cosas, pero a medida que va pasando el tiempo y te encontrás con ciertas situaciones, te das cuenta que tenían razón y que, el hecho de haberlas dicho o repetido, formaron en mi mente un límite que tal vez, si no me la hubieran dicho, a lo mejor no existía.

Si el Ingeniero es creativo e innovador, ¿cómo junta las partes de la familia, con el trabajo y con los amigos?

Racionando el tiempo de manera coherente. No hay una manera simple. No solamente al Ingeniero le pasa. Cada uno de nosotros tiene dificultades para hacer que todo eso encaje como corresponde.

¿El ser o el deber ser?

Ser.

¿Cómo desfragmentas tu disco rígido interno?

Durmiendo. Después de dormir, el disco rígido está desfragmentado y la PC está reseteada. Soy un pibe a la mañana.

Buscá una foto de tu infancia y con tu experiencia actual, ¿qué recomendación le darías a aquel de la imagen.

Qué siga divirtiéndose. Siempre lo charlamos con mis hermanos. Tuvimos una infancia feliz, divertida, muy pasable, muy vivible.

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