La institución celebró a lo grande un nuevo aniversario. Hubo distinciones, discursos y la cena tradicional junto a las familias en el SUM de Bomberos.
Los festejos por los 53 años de Bomberos Voluntarios de General Villegas comenzaron con un acto protocolar que contó con la presencia del intendente Gilberto Alegre, el presidente de la Asociación, Julio Torres; y el jefe del Cuerpo Activo, Pedro Pablo Piñas. Fueron quienes, entre otros, se dirigieron a los presentes.
Luego, se entregaron reconocimientos al personal esencial para el desarrollo de la institución; y también plaquetas y obsequios a Bomberos de los distintos pueblos del Partido.
La celebración finalizó con la habitual cena junto a familiares en el SUM de la institución, donde hubo una importante convocatoria en el marco del 53° aniversario.
ACTUALIDAD dialogó con el Jefe del Cuerpo Activo, Pedro Pablo Piñas, al finalizar el acto protocolar. «Uno tiene muchas emociones juntas. Agasajar a todos por el esfuerzo que hacen es hermoso. La institución sigue creciendo y siento mucho orgullo. Todos sentimos lo mismo. Esperemos seguir muchos años más».
Para Piñas, en este servicio que se brinda a la comunidad «la familia es fundamental. Sin el apoyo de ellos, sería imposible. Es el pilar de todo».
El jefe del Cuerpo Activo sostuvo que no es fácil mantenerse tanto tiempo, más aún con los cambios tecnológicos que van surgiendo. «Uno se tiene que amoldar a las épocas. Esto es vocación de servicio. Acá no estamos por un sueldo, solo por el reconocimiento y el agradecimiento de la gente, que nos acompaña y colabora en todo lo que emprendemos. Esto es por el bien de la comunidad».
Actualmente la institución tiene ocho aspirantes que terminaron el curso de ingreso. Y el 30 de junio finalizará la preinscripción para abrir un nuevo curso. «Bomberos necesita gente. Requerimos de personal con vocación de servicio. Los esperamos, porque ayudar a le comunidad es muy lindo. Es gratificante», manifestó Piñas.
Expresó, al mismo tiempo, que «la comunidad fue muy generosa con nosotros con las rifas, las cuotas de socios o las donaciones. Somos unos bendecidos. En casi todas los establecimientos pasa lo mismo. Pero Bomberos es algo más que una asociación. Entran todas las emociones».
Pablo Piñas ingresó al cuartel en 1994 y no se arrepiente en absoluto. «Uno empieza a ser hincha de Bomberos. Uno entra para ayudar. Alguien lo tiene que hacer. Los que trabajan por vocación de servicio son muy pocos. Hay que tener apoyo familiar y mucho tiempo. Estamos felices. Espero estar al menos un año más, ya pensando en el retiro», comentó; al tiempo que destacó: «Que la gente se quede tranquila, porque Bomberos cuenta con personal capacitado y a la altura».
