Mónica Spertino, secretaria de Medio Ambiente de General Villegas; y Adrián Carenzo, concejal del partido gobernante, desmenuzan el “gravísimo problema ambiental” que afecta no solo a Villegas, sino a decenas de localidades bonaerenses vinculadas a ABSA , la empresa provincial de saneamiento.
Los carros atmosféricos y el colapso en la planta de ABSA
El primer tema es la reciente crisis con los carros atmosféricos, encargados de retirar líquidos de pozos negros. “Hubo un problema para descargar cerca de la planta de ABSA , en un predio municipal”, explica Carenzo. “Se resolvió rápido, pero al llegar ahí, nos encontramos con una pérdida masiva de agua cloacal que amenazaba con colapsar el acceso a la planta”.
Spertino detalla: “ABSA no permitía ingresar los líquidos, así que desde el municipio habilitamos una cámara de filtración alternativa. Pero al inspeccionar, vimos que el agua sucia avanzaba por una bomba rota cerca del cementerio. Si no se frenaba, ni los camiones de ABSA ni los atmosféricos podrían entrar”. La solución temporal incluyó una reunión urgente con la gerencia local de ABSA y la intervención de una escribana para documentar el daño. “Fue una reunión constructiva. Ahora se gestionan obras para reparar cañerías y bombas, aunque requieren fondos enormes”, añade Spertino.
Doble imposición y el sueño de los biodigestores
Amarga ironía, “los vecinos pagan a ABSA por un servicio que no funciona y además financian al municipio para que ponga parches a los problemas”. Carenzo asiente: “Es inaceptable. Por eso buscamos alternativas como los biodigestores”.
La apuesta es ambiciosa: convertir desechos cloacales en energía. “Un ingeniero alemán nos propuso implementar biodigestores, como ya hacen en una campo de Carlos Tejedor y en Estancia San Marcos”, revela Spertino. “Es carísimo, pero transformaría la basura en recurso. Incluso ABSA debería apoyarlo, porque todos queremos soluciones”. Carenzo agrega: “Visitamos proyectos que convierten efluentes de tambos en electricidad. Si Alemania lo hace, ¿por qué Villegas no?”.
La crítica política y el reclamo unificado
No todo es técnico. La tensión política asoma cuando se menciona a Analía Balaudo, concejal de Villegas Avanza, quien cuestionó la falta de denuncias contra ABSA. “Ella habla sin conocer la carpeta de reclamos que tenemos desde 2024”, responde Spertino, mostrando un grueso legajo. Carenzo es más contundente: “Esto excede mezquindades. Es una causa de todos: provincia, nación y vecinos deben unirse”.
El concejal, elogiado por su labor territorial, le baja el tono a su tarea: “Solo hago mi trabajo. Estar en la calle me permite resolver cosas chicas, que para algunos vecinos son enormes”.
La planta de ABSA, construida para un pueblo que por entonces no tenía más de 8.000 habitantes, hoy colapsa por su falta de mantenimiento y porque General Villegas ya tiene más de 20.000. Spertino insiste en los biodigestores como salida, mientras Carenzo mira al hospital y la educación: “Ampliar el hospital y traer carreras técnicas evitará el desarraigo juvenil. Todo está conectado: saneamiento, salud, educación”.
ABSA
Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) es la empresa estatal responsable de la provisión de agua potable y servicios de saneamiento en más de 90 localidades de la provincia de Buenos Aires, entre las que está General Villegas. A lo largo de los años, ha sido objeto de diversas críticas en distintos municipios debido a problemas relacionados con la calidad del servicio, la cobertura y la infraestructura.
Una de las principales críticas hacia ABSA se centra en la insuficiente cobertura de los servicios de agua potable y saneamiento cloacal en varias localidades. Por ejemplo, en los partidos de José C. Paz y Malvinas Argentinas, se ha reportado una ausencia total de servicios de saneamiento cloacal y una cobertura de agua potable que apenas alcanza el 8%. Esta situación es preocupante, ya que la falta de acceso a servicios básicos de saneamiento puede derivar en problemas de salud pública y contaminación ambiental.
Además, se ha señalado una baja inversión en obras de infraestructura esenciales para mejorar la calidad y alcance de los servicios. A pesar de la existencia de un Fondo Fiduciario creado en 2010, que destina el 10% de la factura abonada por los usuarios de ABSA para financiar inversiones en agua y saneamiento, y de un préstamo de 240 millones de dólares firmado con el Banco Interamericano de Desarrollo en 2014, las inversiones no han sido suficientes para abordar las necesidades existentes. Esto es evidente en áreas como la Cuenca del Río Reconquista, donde se registran los mayores índices de falta de cobertura de agua potable y saneamiento cloacal.
La expansión de ABSA en 2006, al asumir el área de concesión de Aguas del Gran Buenos Aires (AGBA), amplió su radio de acción a la Región Metropolitana Oeste, que incluye distritos como Merlo, Moreno, San Miguel, General Rodríguez, Escobar, Malvinas Argentinas, José C. Paz y Campana. Sin embargo, en esta zona persisten desafíos significativos, especialmente en términos de abastecimiento de agua segura y la necesidad de fuentes de agua de origen superficial o mezclas con aguas subterráneas libres de contaminación.
En respuesta a estas críticas, ABSA ha presentado modificaciones en su régimen tarifario con el objetivo de mejorar la calidad del servicio y ampliar la cobertura. Estas modificaciones incluyen la creación de una categoría «No Residencial» para diferenciar a los usuarios cuyo consumo de agua está ligado a sus condiciones básicas de vida y un incremento escalonado en el valor del metro cúbico de agua. Según Mariano Lovelli, funcionario de ABSA, la empresa busca una visión distinta, alejada de la mercantil, donde no se pretende generar rentabilidad, sino perseguir el bien común.
A pesar de estos esfuerzos, las críticas hacia ABSA en diversos municipios bonaerenses resaltan la necesidad de una planificación más efectiva y una mayor inversión en infraestructura para garantizar el acceso universal a servicios de agua potable y saneamiento de calidad.
