La primera columna del ciclo Tecnología al Paso, a cargo del ingeniero Gustavo González, dejó una certeza difícil de discutir: el teléfono celular ya no es un teléfono. Es una cámara, una billetera, una agenda, un mapa, una linterna, una radio, un reloj, un centro de operaciones, una llave, y hasta una oficina en el bolsillo. “Llamarlo teléfono ya pasó de moda, sería como llamarlo linterna”, resumió González con humor en diálogo con Actualidad.
El encuentro, que se emitió este martes en la mañana de De qué se habla, inauguró una serie de charlas en las que el profesional —hijo del recordado “Flaco” Héctor González, referente histórico del básquet de Eclipse Villegas y parte fundamental de la pionera Villegas Televisora Color— reflexionará sobre cómo la tecnología transforma la vida cotidiana. Con más de 25 años de experiencia en el área, un magíster en Administración de Empresas por la UBA y su actual trabajo en la empresa internacional Oracle, Gustavo se propone traducir el mundo digital a un lenguaje cotidiano, cercano y útil.
Del reloj al GPS, del Walkman a la billetera digital
“Este dispositivo nos acompaña desde que nos levantamos hasta que nos acostamos… y a veces, también a mitad de la noche”, ironizó González. Su análisis parte de una simple pero poderosa observación: la cantidad de objetos que el celular reemplazó. Durante la charla enumeró más de 40 elementos que hoy caben dentro de ese rectángulo luminoso que todos llevamos en la mano.
Entre los más evidentes, mencionó la cámara de fotos, el reloj despertador, la agenda, el bloc de notas, la calculadora, el grabador de voz, el reproductor de música y la radio. También el GPS, los mapas de papel, las guías de calles, el control remoto, la linterna y hasta el escáner. En materia de finanzas, agregó, “el teléfono reemplazó la billetera: hoy hacemos pagos digitales, cargamos tarjetas, usamos el DNI y la licencia de conducir desde la aplicación Mi Argentina”.
Incluso las llaves quedaron atrás: “En muchos hoteles y aeropuertos ya no tenés interacción con mostradores. Hacés el check-in desde el teléfono, y el celular se convierte en tu llave por tecnología NFC. Te acercás a la puerta y se abre”, explicó.
La seguridad digital y los nuevos hábitos
La comodidad, sin embargo, trae consigo nuevos desafíos. “El teléfono también concentra información sensible. Por eso hay que protegerlo con contraseñas seguras, huella digital o reconocimiento facial”, recomendó el ingeniero.
A su vez, destacó la importancia de los sistemas de doble autenticación y la gestión responsable de contraseñas. “Tenemos decenas de claves en la cabeza, y a veces las anotamos en un papel o las olvidamos. Es fundamental aprender a manejarlas con criterio”, insistió.
Esa dependencia llevó a otro concepto clave: la nomofobia, el miedo irracional a quedarse sin celular. “La palabra viene del inglés no mobile phone fobia. Es esa sensación de vacío, de estar desnudo, cuando uno no encuentra el teléfono. Y es más común de lo que creemos”, comentó González entre risas, aunque con un trasfondo serio: la dependencia digital es una de las marcas culturales de nuestra época.
Entre la brecha digital y la inteligencia artificial
Durante la charla también se abordó la brecha generacional. Hay quienes adoptaron la tecnología con naturalidad y quienes quedaron a mitad de camino. “Antes un lavarropas traía un manual de 48 páginas; hoy un teléfono no trae manual. Se busca que sea intuitivo, pero eso también deja afuera a quienes no nacieron en la era digital”, explicó.
El cierre de la columna se centró en el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la vida cotidiana. “Antes, cuando no sabías algo, lo googleabas. Hoy, directamente se lo preguntás a la inteligencia artificial. Ya está entre nosotros, aunque a veces no lo notemos”, señaló.
González, que comenzó a estudiar sistemas en 1989 —inspirado por sus primeros cursos de programación en Villegas—, remarcó que la irrupción de la IA cambió por completo el panorama profesional. “Hoy se habla de prompt engineering: ya no se programa tanto, sino que se formulan instrucciones a la inteligencia artificial para que lo haga. El 70% del código lo puede generar la máquina, aunque aún necesita la supervisión humana.”
Controlar la tecnología antes de que ella nos controle
El ciclo Tecnología al Paso propone justamente eso: detenerse unos minutos a reflexionar sobre el vínculo con lo digital. Cada martes, a las 10 de la mañana, Gustavo González traerá una nueva entrega, con temas que irán desde la seguridad en línea y la IA hasta las nuevas formas de trabajo remoto y la educación digital.
En esta primera charla, dejó una reflexión que sintetiza el espíritu de su columna: “La tecnología es maravillosa. Yo soy un apasionado. Pero cuando no la controlamos nosotros, ella nos controla. Cada vez que estamos en una charla con nuestra familia o nuestros amigos, el teléfono puede esperar.”
Una frase simple, pero que invita a repensar una verdad de estos tiempos: el celular no solo transformó nuestras rutinas, sino también nuestras relaciones, nuestras costumbres y nuestra forma de mirar el mundo. Y tal vez, el primer paso para convivir mejor con él sea, de vez en cuando, dejarlo descansar sobre la mesa.
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