Franco Borda tiene 39 años y desde hace unos días a cargo de la Dirección de la Escuela Especial Nº 501 de General Villegas.
Los primeros en dar la bienvenida en su nuevo cargo, fue la comunidad de la escuela: los chicos, los padres y los compañeros de trabajo. Seguramente fue el amor que tiene por ese lugar en el que lleva trabajando quince años, que siente como su segunda casa.
Franco dice que fue durante la pandemia cuando comenzó a replantearse la posibilidad de «un cambio en mi vida» pero había que conversarlo, porque «se necesita el acompañamiento de la familia para poder invertir ese tiempo en en tu escuela.»
Paralelamente a eso, se dio «esta posibilidad de estudiar para presentarme a rendir y fue así que tomé la decisión», asegura Franco, quien sabe que «el desafío no es fácil.»
Después de prepararse durante meses y rendir bien el examen para acceder al cargo, el joven docente se encuentra «muy emocionado. Es una cosa de mucho sentimiento que quizá no puedo mostrar. Pero realmente estoy muy, muy feliz y con muchas ganas.»
«Es como renovar energías y también siento esa misma energía renovada en muchas personas dentro de la escuela», manifiesta Franco.
El nuevo director cuenta que «cuando tomé la decisión, lo compartí con algunas compañeras y después se hizo masivo, inclusive entre los chicos que me alentaban, me arengaban para que hiciera.»
«Ahora se trata de construir juntos, porque si se cuenta con el aval, uno se siente más seguro. El trabajo en equipo equipo, es muy importante», afirma Borda, quien explica además que hasta que se cubran los cargos que quedan vacantes al asumir la dirección, seguirá con sus grupos hasta que salgan las suplencias.
Hasta el nombramiento, Franco tenía a su cargo cuatro horas en la mañana, en el área pedagógica del grupo CFI (Centro de Formación Integral), que abarca a chicos de 14 a 22 años en matemática, práctica del lenguaje, sociales, naturales, construcción de la ciudadanía, educación sexual y tecnología de la información y la comunicación.
Por la tarde estaba al frente del taller de servicio, orientado a la provisión de la alimentación. Luego de la pandemia se hizo un cambio y lo que se produce se consume en la escuela. A su vez, se trabaja en paralelo en cuestiones pedagógicas relacionadas a ese tema.
«A mí me gusta enseñar. Me apasiona. Me gusta dedicarle tiempo en mi casa e invertir el tiempo y poder diagramar diferentes estrategias porque justamente, nuestros alumnos necesitan de variada estrategia para poder acceder al conocimiento. Tenía miedo de no poder congeniar ambas cosas», pero según dice Franco, «encontré la respuesta de que sí, porque cuando uno puede trabajar con otro docente, también puede planificar clases como pareja pedagógica.»
Está claro que este joven docente decidió que «no me voy a encerrar en la dirección» y agrega que «siento ahora que nosotros somos un equipo, el equipo de conducción que también está integrado por la vicedirectora, que es Patricia Jaime, quien también tuvo que rendir para tomar ese cargo; Andrea Varas, que es la secretaria y Clarisa Monti, que es la prosecretaria.»
«Si nosotros cuatro estamos unidos y podemos formar un equipo sólido, esto se hace mucho más sencillo. Esa es la clave para mí», afirma el nuevo director.
Por qué Educación Especial
Franco asegura que le gusta mucho enseñar, pero por alguna razón eligió la educación especial y lo explica diciendo que «cuando estudié en la Escuela Técnica, y lo que más aprendí en ese momento fue dibujar, algo que también me apasionaba.»
«En ese momento, as posibilidades económicas en casa no eran las óptimas como para seguir estudiando arquitectura», pero dentro de las posibilidades que había «en la ciudad más cercana que era Lincoln, estaba esta posibilidad. Había otros profesorados, pero esta posibilidad estaba y hubo una persona de Villegas que me contagió su pasión», relata.
«Ahí descubrí que en la formación, uno vaga generando cierta emoción en su carrera. Así que cuando me recibí, trabajé un tiempo en Lincoln y después me vine acá. Entré en la escuela y nunca más salí», afirma.
«No sé lo que cree la gente sobre lo que pasa dentro de la escuela, pero hay que tener las emociones muy a flor de piel, porque las cuestiones que pasan ahí adentro te rozan continuamente. Te tocan, te movilizan, te hacen pensar, te hacen actuar. A veces te dejan estático. Muchas veces», dice Franco muy conmovido.
Enseñar y formar
La Escuela Especial Nº 501 cuenta con una matrícula de 65 alumnos. pero hay más de 130 chicos incluidos en diferentes niveles.
Borda explica que «la Escuela Especial enseña y forma en función del chico. Pensamos en función lo que es mejor para él y qué actores intervienen para que se desarrolle integralmente.»
«En mi presentación ante todo el personal, dije que íbamos a construir sobre la base de aquello que construyeron la escuela, porque pasó mucha gente y no podemos destruir nada de lo que alguien construyó. Sí, podemos mejorar, profundizar, continuar», apunta.
El director refirió que el mes de agosto será de muchos festejos, porque el 9 es el Día de la Educación especial y además, «los últimos días de cada mes tenemos planeados festejos de cumpleaños, porque muchos no tienen esa posibilidad del regalo, del canto, de la unión de los amigos, de los docentes. Y se suman los alumnos, los docentes, el personal auxiliar. Este un momento muy emotivo», asegura.
Por último, menciona a la Cooperadora, porque «la escuela necesita mucho de las cooperadoras. Con ellos estamos trabajando bastante trabajando fuertemente para mejorar la escuela.»