En Santa Regina se incendió una casa que funcionaba como depósito. Mientras esperaban la ayuda de Bomberos de Charlone y Cañada, los vecinos y los brigadistas locales tuvieron que mantener el fuego a raya usando baldes de agua porque no tienen autobomba. Además, todavía esperan que se destrabe el trámite de la personería jurídica para poder funcionar como un Cuartel de Bomberos.
El hecho ocurrió el pasado lunes, aproximadamente a las 13.40 horas, se prendió fuego una casa utilizada como depósito en Santa Regina. El inmueble es propiedad de un hombre apellidado Ramos. En la vivienda había alrededor de 30 cubiertas de camiones, muebles, tirantes de pinotea, herramientas de mano (taladros y amoladoras) y otros elementos. Las llamas y el denso humo alertaron a los vecinos y a los brigadistas locales, quienes atacaron el foco ígneo a fuerza de baldes de agua. También colaboraron los Bomberos de Coronel Charlone y Cañada Seca. La rápida acción de todos ellos evitaron que el daño material sea peor de lo que en verdad fue.
El fuego quemó las aberturas, los tirantes y el cielorraso de madera, pero no alcanzó a afectar la integridad estructural de las paredes. No obstante, y más allá de lo anecdótico del siniestro que pudo ser sofocado sin tener que lamentar víctimas, este episodio puso en evidencia una carencia y una necesidad: los brigadistas de Santa Regina todavía no logran conseguir la personería jurídica que les permita funcionar como Bomberos Voluntarios y, lo que es peor, no cuentan con una autobomba para poder acudir a los incendios.
Cada vez que se produce un siniestro dependen de la colaboración de Bomberos de Charlone, Cañada Seca o Bunge, que se encuentran a 23, 24 y 30 kilómetros, respectivamente, y por camino de tierra (que cuando llueve mucho se vuelve intransitable para una autobomba).
Cada vez que se produce un incendio, la ayuda tarda 30 o 40 minutos en llegar. Sin mencionar que los Bomberos de Charlone, Cañada Seca o Bunge deben dejar desprotegidos a sus pueblos para ayudar a Santa Regina.
Sobre lo sucedido reflexionó Fabio Andrés, jefe del Cuartel de Bomberos de Charlone, quien prestó colaboración para controlar las llamas. «Tenemos 23 kilómetros de tierra con un camón cargado con agua, no es fácil ni rápido llegar. Cuando llegamos lo habían sofocado bastante los vecinos, todo a fuerza de baldes. Fueron sacando el agua de una pileta del vecino que tiene la casa lindera a la que se incendió. También llegó el regador, los brigadistas de Santa Regina y una dotación de Bomberos de Cañada Seca. Había alrededor de 30 cubiertas de camiones. Si agarraban todas las cubiertas se destruía todo», comentó Andrés.
Y añadió: «Los brigadistas de Santa Regina se están preparando en Charlone. Vienen todas las semanas a capacitarse, pero no tienen nada para echar agua. Tienen toda la voluntad y el conocimiento para trabajar, pero les faltan las herramientas. Si ellos tuviesen una autobomba podrían trabajar, aunque sea desde afuera hasta que lleguemos nosotros o de Cañada Seca. Si ellos tuviesen una autobomba yo podría irme en una camioneta y no precisaría sacar una unidad pesada, arriesgándome a romperla en un camino de tierra de 23 km. Alguien tendría que darles una mano para que ellos puedan tener una unidad ahí. ¿Qué hubiese pasado si era una casa de familia? La familia se queda en la calle porque hasta que llegamos nosotros, que tenemos media hora para llegar, el fuego ya destruyó todo. En un incendio de una casa el tiempo es oro: no es lo mismo 5, 6 o 10 minutos que 30 o 40. Es primordial que Santa Regina pueda tener algo ahí, porque sino estamos a la deriva, estamos como en el 1800: apagando con baldes».
El periodista de FM San José de Santa Regina, Jorge Leani, también se hizo eco de este reclamo y publicó en su cuenta de Facebook: «Con sólo pensar que bomberos de Charlone o Cañada Seca tienen que hacer 24 km para llegar a extinguir el incendio y no contar todavía con algo para ir ayudando a apagarlo, da mucha impotencia. De una vez por todas a quien corresponda: basta de burocracia y ayuden a Bomberos de Santa Regina con lo mínimo e indispensable para empezar y no tener que esperar a la bendita personería jurídica. Gracias a Dios fueron daños materiales y no hubo que lamentar víctimas».