General Villegas no escapa a esta realidad. En el Hospital municipal de nuestra ciudad trabajan profesionales oriundos de Venezuela
La agencia de noticias DIB habla de una realidad que se da en diferentes municipios de la provincia de Buenos Aires, refiriéndose en este caso específico a la localidad del Timote, del Partido de Carlos Tejedor.
Textualmente, publicó:
«En Timote, un pequeño pueblo del interior bonaerense, un generalista oriundo del Gran Caracas busca desde hace un mes concientizar a los pocos habitantes del lugar sobre la importancia de la prevención en la salud y de realizar consultas periódicas.
Se trata de Omar Contreras, uno de los más 800 médicos venezolanos que llegaron al país durante los últimos años y que de a poco, después de trabajar en otras actividades, comenzaron a convalidar sus títulos para ingresar al sistema de salud nacional.
«Acá las personas son muy amables y están contentas. Aparentemente hacía falta un médico», le dijo a DIB Contreras, quien en Venezuela vivía y trabajaba en la localidad de Guatire, del estado de Miranda, ubicada en las afueras de la capital venezolana.
Las diferencias entre el Gran Caracas y Timote, situado en el distrito de Carlos Tejedor, son abismales. El pueblo rural bonaerense tiene apenas 526 habitantes, según el censo del año 2010, contra las más de 6 millones de personas que viven en el conglomerado venezolano.
«El contraste es lo más fuerte. Es un pueblo pequeño y la gente casi no sale. Pero ni modo, es una oportunidad», señaló Contreras. Y agregó: «En Timote la mayoría de las personas acostumbran a venir a consultar después de las 16 horas porque la siesta aquí es sagrada. Estoy buscando que realicen medicina preventiva, pero eso va a llevar su tiempo».
La llegada de los médicos venezolanos a Argentina se da en el marco de una crisis social, política y económica en su país, y (paradójicamente) surge como una posibilidad para emparchar una deuda histórica de la provincia: la falta de generalistas en pueblos del interior profundo.
Así, además de Contreras, ya hay otros profesionales compatriotas suyos dispersos por distintas localidades, y algunos tantos a la espera de una confirmación de cargo. Atilio Del Mar, por ejemplo, clínico y cardiólogo, oriundo del estado Tachira, podría comenzar a trabajar el próximo mes en General Villegas.
«La idea siempre es ayudar y colaborar con el sistema de salud en cualquier lugar en el que uno pueda estar, pero hay que aclarar acá que nosotros no venimos a salvar el sistema. Venimos a poner nuestra parte y si hacemos las cosas bien el paciente se beneficia», le dijo a DIB el profesional, radicado hoy en Capital Federal.
Del Mar, quien conoce la medicina argentina desde hace bastantes años y describe su nivel en cardiología como «superlativo», desdramatizó la idea de mudarse al interior: «Tengo expectativas de aplicar el conocimiento científico de la medicina. No importa la magnitud de las ciudades, la idea es ayudar y colaborar».
En lo personal, los profesionales extranjeros también hicieron referencia al choque cultural. «Desde que llegué, me están invitando a asados. Uno de vez en cuando está bien, pero me tengo que cuidar por el colesterol y los triglicéridos», bromeó Contreras.
También en el conurbano
En Venezuela, Yang Álvarez vivía en el estado de Falcón y trabajaba en el hospital central de Santa Ana de Coro, la capital de ese distrito, de unos 284.266 habitantes. Acá se desempeña desde agosto pasado en el área de guardia de adultos del hospital municipal de Moreno. «Mi experiencia acá es excelente. La mayoría de mis compañeros son argentinos y ecuatorianos y han sido como una gran familia», le contó a DIB.
Yang es también coordinador de Relaciones Institucionales de la Asociación de Médicos Venezolanos en Argentina (AMVA) y trabaja para que sus colegas coterráneos encuentren posibilidades de trabajo. «La verdad es que a nosotros como profesionales acá se nos ha hecho muy fácil la integración ya que la medicina es la misma en todas partes y los colegas argentinos han sido bastante receptivos» explicó.
Desperdigados por La Pampa
En los últimos tres años 114.557 venezolanos se radicaron en argentina. Entre ellos, según la AMVA, se contabilizan 864 médicos. De ese total, 543 son generalistas, 64 pediatras, 41 ginecólogos y 34 anestesiólogos, entre otras especialidades; mientras que el 75% se encuentra en Capital Federal o provincia de Buenos Aires.
En enero de 2017, como Argentina no tenía convenio de reciprocidad con Venezuela, el Gobierno nacional sacó una resolución para facilitar la posibilidad de convalidar títulos. En este marco, se comenzó a fomentar la radicación de médicos venezolanos en hospitales de distintas provincias como Jujuy, Salta, Córdoba, Río Negro, San Juan, San Luis, Entre Ríos y Catamarca.
En la provincia de Buenos Aires, además del ingreso a nosocomios provinciales, en los últimos meses algunos clínicos comenzaron a desempeñarse en dependencias municipales. Esta iniciativa es impulsada por la diputada bonaerense de Cambiemos, Vanesa Zuccari. «No todo el mundo quiere afincarse en las localidades del interior y estos profesionales están altamente calificados. Esto viene a solucionarnos un gran problema», aseguró la legisladora en diálogo con esta agencia.
Además de Tejedor y Villegas, ya cuentan con médicos venezolanos Salliqueló y Pellegrini, y podrían arribar otros a Rivadavia, General Viamonte, Trenque Lauquen, Lincoln, Bragado, Florentino Ameghino, Chivilcoy, Alberti y Villarino. «A medida que se va divulgando va creciendo la demanda», agregó Zuccari.