Lautaro Bergonzi es de Banderaló pero actualmente vive en Capital Federal, en el barrio del Abasto. Cuando sale de su departamento para hacer la compra en el supermercado se encuentra con un paisaje impensado: la Av. Corrientes, cuna de la vida nocturna, la bohemia, el tango y el teatro, completamente desierta. Una postal de la cuarentena que vivimos.
Lautaro es editor audiovisual. La empresa para la que trabaja decretó el «home office» (trabajo desde casa o trabajo remoto) hace ya dos semanas, por lo tanto el banderolense baja solamente para ir al supermercado. «Cuando lo hago me encuentro con una avenida Corrientes prácticamente vacía, muy pocos autos circulan, en su mayoría taxis. Tampoco circula gente en las veredas. Cuando uno llega al supermercado tiene que esperar un tiempo prudencial en la fila para poder ingresar ya que no permiten más de 10 personas adentro, lo cual está bien para preservar la distancia», explica.
«En el edificio no escucho a los ascensores moviéndose tan frecuentemente como antes. Eso denota que el vecino está respetando la cuarentena», remarca.
Su mensaje final para toda la gente del distrito de General Villegas es una frase que ya conocemos todos, pero que bien vale la pena repetir: «Yo me quedo en casa».