Ante el alerta por el aumento de fallecimientos que se pueden producir por enfermedad cardiovascular, en el marco de la cuarentena que nos cuida del Coronavirus, la médica cardióloga arrojó números que ya son importantes. «La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo; y en nuestro país representa 100.000 muertes anuales. Estamos hablando de 280 pacientes por día», dijo.
«Alertan que la cuarentena va a incrementar las muertes por enfermedades cardiovasculares no tratadas». Así titulaban los medios capitalinos esta semana un problema que se está previendo ocurrirá en Argentina, en el marco de la cuarentena instalada debido al COVID-19, teniendo en cuenta además lo que ya está pasando en otros países del mundo.
Los datos que se dieron a conocer dicen que un informe elaborado por el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires proyecta unos 10.000 casos fatales que serían evitables; y que podrían producirse por falta de consultas o de tratamientos.
La enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en nuestro país y en el mundo. Ya hubo un aumento en este sentido en las cifras de Europa y quieren evitar que lo mismo ocurra en Argentina.
La médica villeguense especialista en cardiología, Alejandra Avalos, volvió esta semana a sus tareas de consultorio, teniendo en cuenta la demanda diaria de sus pacientes a través del teléfono.
«En nuestro caso particular volvimos a trabajar con todo el protocolo instaurado y las medidas de protección, no sólo para cuidar a los pacientes y que se sientan protegidos, sino también para cuidarnos nosotros», le dijo a ACTUALIDAD.
Al hablar específicamente de la información difundida por los medios capitalinos, reconoció que «esta es una tendencia que empezó a verse en los países donde el COVID-19 está. Obviamente donde el virus se ha instalado se han puesto en marcha ciertas medidas de aislamiento, de reducción de consultas y el cierre de actividad laboral, que fueron muy efectivas para evitar la propagación, pero están apareciendo algunos daños colaterales».
«Hay muchas enfermedades preexistentes, o personas susceptibles a sufrir enfermedades, que se han visto afectadas por esto. El hecho de la postergación de los procedimientos médicos y las muertes en otros países del mundo, es una tendencia que prendió las luces de alerta en Argentina», agregó.
La médica cardióloga hizo hincapié en que «la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo; y en nuestro país representa 100.000 muertes anuales. Estamos hablando de 280 pacientes por día. Si no contenemos este número habitual, se desordena mucho todo lo que tiene que ver con esto».
Es por eso que «la Fundación Cardiológica Argentina propuso a las autoridades sanitarias argentinas hacer un protocolo donde se establezcan algunas medidas para los pacientes específicamente cardiovasculares crónicos. Lo que se estableció, junto con la Sociedad Argentina de Cardiología, es el compromiso de generar un protocolo para ver cómo hacemos para que los pacientes accedan a un control adecuado, con todas las medidas para evitar un contagio de COVID y, a su vez, para proteger a los médicos que tienen que accionar en los estudios, ya sea invasivos o no invasivos. Está todo parado y realmente esto está teniendo una repercusión en los números», dijo.
«Esto nos pareció muy interesante, porque es una manera de zanjar la preocupación que está teniendo el mundo por el aumento de la mortalidad debido a eventos cardiovasculares», sostuvo Avalos.
Factores de riesgo
Pero además, el COVID no dejó de lado la hipertensión, los síncopes, las palpitaciones, las arritmias o la insuficiencia cardíaca. «Todo eso siguió pasando durante estos meses y todos esos pacientes requirieron, tal vez no una consulta en urgencia o guardia, pero sí poder tratar estas cuestiones que los desarmonizan orgánicamente y requieren la atención médica», consideró la cardióloga.
En este sentido comentó que en su consultorio en particular «las primeras dos semanas de cuarentena la respetamos y hacíamos contención de manera telefónica. Y después a través de la apertura empezamos con atención directa, porque hay muchísimos pacientes que la necesitan. No se puede hacer tele-medicina, mucho menos en cardiología. Con todas las medidas y protocolos de seguridad, empezamos a atender y contener esta demanda, que además genera mucha angustia por no poder resolver un problema».
Avalos habló de la importancia de la contención, «porque el corazón tiene una connotación diferente en todos nosotros. Uno piensa: ‘si el corazón falla, yo me muero’. Entonces genera una carga de angustia muy diferente a un dolor de rodilla, por poner un ejemplo. El impacto que tiene el sistema cardiovascular en nuestras emociones, es totalmente diferente. Por eso desde nuestro lugar hemos tratado de contener a los pacientes que tenían demandas y consultas, que requerían ser atendidos sin que sea una urgencia. Necesitamos atender pacientes a los que les siguen pasando cosas».
La salud ¿paralizada?
La profesional opinó que «el cierre de las actividades laborales ha surtido efecto y ha frenado mucho la propagación del virus. Ahora, con respecto al cierre absoluto, a la cancelación de consultas y procedimientos médicos, creo que deberían implementarse nuevas medidas, porque si no modificamos algo en el área de salud, podrían complicarse otras patologías. Por eso se necesitan determinados protocolos de asistencia, para poder contener esta demanda».
De hecho, se refirió a la flexibilización de las medidas a partir del 20 de abril, pudiéndose abrir los consultorios con toda la seguridad correspondiente, para poder atender a los pacientes que lo requieran, ya que ya se vio que el cierre absoluto de determinadas áreas de salud están llevando a un daño colateral.
«Creo que el respeto a la medida sanitaria está porque fue eficiente, pero hoy la situación es otra y hay necesidad de flexibilizar, para poder contener otros problemas de salud que también van a provocar mucho daño si no generamos protocolos de acción en las diferentes áreas, para poder contener y atender a los pacientes», añadió.
Avalos sostuvo que «la propuesta desde cardiología fue aceptada, motivo por el que las salas de hemodinamia están funcionando; y los pacientes que tienen que ser operados se van a operar. Aquellos que tienen insuficiencia cardíaca se estaban descompensado por no poder hacer tratamiento en tiempo y forma, no poder salir, no tener un traslado seguro, sobre todo en los lugares donde hay circulación del COVID-19. En lugares como el nuestro, donde estamos libres de coronavirus, todo es mucho más simple».
«Pero a nivel nacional, y sobre todo en Capital, hay muchas dificultades de los pacientes cardiovasculares. La mayoría de ellos tienen enfermedades complejas y son personas añosas, que tienen otras limitaciones. Moverse y exponerse se transforma a veces en toda una odisea», agregó.
Corazones abrumados
Ese es el título del libro que tiene como autora a Alejandra Avalos, que iba a ser presentado a fines de marzo en General Villegas, acontecimiento que quedó postergado debido a la cuarentena obligatoria.
«Corazones abrumados» está disponible hace dos meses y se consigue en General Villegas. «Ojalá podamos presentarlo en algún momento como a mí me gustaría, para que todos lo puedan conocer», dijo.
Al referirse a la lectura de sus páginas, mencionó que «tiene que ver con cómo nuestras emociones, nuestro sistema psiconeuroinmuneendócrino impacta en nuestro organismo, particularmente sobre nuestro corazón o nuestro sistema cardiovascular. Los estudios evidencian esto. El impacto que tiene no sólo en lo orgánico, sino en nuestra manera de vivir, en la calidad de vida».
«Deberíamos ser más respetuosos con nuestras emociones y estar más atentos. Creo este tiempo de cuarentena nos hizo acercarnos más a eso. Hacerse cargo de lo que nos pasa no es fácil, porque encontramos cosas que nos gustan y otras que no, pero nos da el permiso para poder trabajarlas», manifestó la cardióloga.
Aclaró que el libro no es netamente médico, «sino que también está atravesado por la filosofía a través de distintos autores; y la psicología o la psiquiatría. Es una mirada diferente para poder abordar al paciente no sólo desde el punto de vista orgánico, sino desde la contención más amplia, que abarca lo sociológico, antropológico y existencial. Todos tenemos temas existenciales que nos atraviesan, que nos duelen, que nos enferman y que, muchas veces, tienen una expresión sintomática, pero no encontramos nada orgánico que le de respuesta».
«¿Qué hacemos con los pacientes sanos sintomáticos, que no tienen síntomas? Y si no hacemos nada, ¿lo funcional se transforma en orgánico? Claro que sí. La cardio psicofilosofía es una mirada diferente, que la planteo y la pongo sobre la mesa. Primero como una curiosidad; segundo como una forma de trabajo; y tercero como una manera de compartir el mundo emocional de todos, el mío también. Para aprender de las emociones», añadió.
Corazón y mujer
Por otro lado, Avalos habló del proyecto de una charla en nuestra ciudad que también se vio postergada por la cuarentena obligatoria.
Estaba programada para el próximo 8 de mayo. «Se trata de una serie de charlas que organizó el área Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología, en la que he estado trabajando. De hecho, llegamos a hacer una en Junín, la otra estaba programada en General Villegas y la tercera en Capital Federal, con una más en Junín preparada para septiembre. Espero que esa sí se pueda realizar», dijo Avalos.
Y explicó que el motivo de esas jornadas es «llevar la cardiología hacia la gente. Siempre digo que lo que muchas veces tenemos es desinformación, porque a la gente no le interesa leer de enfermedad y menos del corazón en ningún lugar; la verdad que lo que quiere es entretenerse. Para comunicar a veces no tenemos el tiempo en el consultorio; y creo que tenemos que acercar la comunicación a las personas, sobre todo a las mujeres».
Al detenerse en esto último, explicó que en «la enfermedad cardiovascular las mujeres necesitamos un capítulo aparte. Nuestro corazón, nuestras tareas, nuestra sobrecarga y nuestras patologías vasculares son diferentes. Tenemos sindromes cardiovasculares que son propios de nuestro género, que tienen que ver con las características de nuestras arterias, con nuestra sobrecarga laboral, nuestra demanda familiar y con que somos cuidadoras».
«Allí nos pone todavía la historia y muchas veces, a mitad de nuestra edad, nos encontramos cuidando a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestro esposo o pareja; y en algún momento eso requiere un capítulo aparte. Por este motivo se iba a ofrecer una charla para las mujeres de Villegas», agregó.
La idea sigue en pie y será reprogramada, «porque quiero tenerla. Cada uno desde su lugar tiene la responsabilidad de encender pequeños ‘fueguitos’ y quiero que desde mi pequeño lugar, siendo la mujer cardióloga de esta región, conozcan lo que más se pueda de salud cardiovascular, cómo cuidarse, cómo poder delegar, cómo proteger y protegerse», manifestó.
«Cuando uno se protege también enseña a los más chiquitos a que se protejan. Si en casa se hace actividad física, se come sano y se lleva una vida ordenada, ya estamos enseñando; no se necesita decir nada. Entonces, hay determinadas conductas que debemos trabajar. No digo que sea fácil, sino que es necesario, para poder transmitir de una manera más orgánica al resto de las generaciones: qué es lo que mejor dio resultado para poder seguir adelante de una manera más sana», añadió.
La médica cardióloga cerró con un planteo que nos lleva a la reflexión: «La tecnología nos ha permitido vivir más, se ha prolongado la vida. Vivimos más, pero ¿vivimos mejor?. Entonces ahora viene una nueva fase, que es trabajar, cómo hacer para que este tiempo que hemos ganado con la tecnología en nuestras vidas, sea un tiempo de calidad, digno, que merezca ser vivido como tenemos ganas, con todos los recursos y con todas las posibilidades. ¿Es fácil?. No, es un trabajo que hay que hacer conjuntamente con toda la gente que pueda colaborar en este proceso».