Tras la salida de Carina López, asumió el charlonense que era el último de la lista. Si se produjera otra baja (de los consejeros electos en el 2019), Juntos por el Cambio perdería un consejero escolar a manos del Frente de Todos. Nunca visto. ¿Falta de compromiso? ¿Mal armado de listas?
Envuelto en un clima enrarecido y tenso, el convulsionado Consejo Escolar de General Villegas fue noticia por duplicado en el día de ayer. Primero por la asunción de Diego Samiguel, quien reemplazó a Carina López luego de que ésta presentara la renuncia; e inmediatamente después de eso por la dimisión de la presidente del cuerpo: hastiada de las renuncias, de la falta de compromiso ante la función pública, de la falta de apoyo, de la visión personalista de la política y del «ninguneo», Silvia Yglesias pegó el portazo.
Llama mucho la atención lo que está sucediendo en el Consejo Escolar. Los problemas no dejan de sucederse desde que los consejeros electos en las elecciones del año pasado asumieron en diciembre de 2019. De entrada nomás, Sandra Heredia (la primera candidata en la lista) ni siquiera asumió su cargo y se quedó en la Dirección de Deportes. Sin eufemismos: una candidatura testimonial.
Luego uno a uno fueron cayendo los soldados de la lista.
Carlos Goicochea y Juliana Rojas fueron los que asumieron, pero no tardaron en decir adiós. Los siguieron Damián Gutiérrez y Carina López. Gutiérrez (procedente de la lista de Gilberto Alegre) fue el único en sostenerse en el cargo; mientras que López dimitió recientemente, dejándole su lugar a Diego Samiguel.
Es preocupante que, en tan pocos meses, se produzcan tantas bajas. La lista del oficialismo ya se quedó sin suplentes: si Damián Gutiérrez o Diego Samiguel renunciaran, Juntos por el Cambio perdería un consejero escolar y asumiría uno del Frente de Todos. Inaudito.
Esto habla de falta de la compromiso de las personas que aceptan ser parte de una lista y postularse para un cargo político, así como también de la falta de idoneidad en el armado de esas listas y la mala conducción política para no poder encauzar y contener un Consejo Escolar que se desangra desde hace meses. Se dejaron pasar las señales de alerta y hoy el cuerpo de consejeros es un polvorín.
El nuevo consejero escolar: Diego Samiguel
Es docente, delegado gremial, charlonense y acaba de asumir tras la renuncia de Carina López.
«Es un gran honor y una gran responsabilidad porque es un cargo electivo. La gente ha depositado la confianza en una lista. Por más que yo haya ido en el último lugar. no deja de ser un cargo público y uno se tiene que dar por completo, más en el ámbito educativo en el cual uno se viene desarrollando hace muchos años. Es un gran desafío», dijo Samiguel, minutos después de asumir.
En cuanto a la sucesión de renuncias, Samiguel manifestó: «Es una realidad política que se viene dando hace décadas en la Argentina. A nadie le es ajena la idea de las candidaturas testimoniales. En el plano nacional y provincial vemos funcionarios que están dos años y se pasan de un Ministerio a otro. Con esto pasa lo mismo: cuando se arma la lista debe haber un compromiso y debe haber una idoneidad. Si a mi se me convocara para ser director de salud, por más que sea bueno el sueldo o una oportunidad política, diría que no. Se toma como algo normal las candidaturas testimoniales. Eso denigra la actividad política. Uno cuando asume un cargo electivo no se debe a la persona que lo llevó a formar la lista, ni se debe al partido político. Por más que uno tenga su ideario, uno representa al distrito de General Villegas en el ámbito educativo, desde Santa Eleodora al vecino de General Villegas. Es una responsabilidad pública que no se toma de esta manera».
En lo que respecta a su función como consejero escolar, Samiguel expresó cuáles son sus expectativas: «Es la primera vez que cumplo con una función pública. Lo hago con muchas ganas. Lo primero es acoplarme a la tarea que ya viene haciendo el Consejo Escolar. Eso es lo correcto: tratar de sostener lo que está bien y tratar de mejorar lo que hay que mejorar. El trabajo del Consejo es constante. Más allá de tener un fuerte trabajo administrativo, que la gente no ve, es un desafío muy interesante porque no hay un techo de bienestar en lo que corresponde a la atención de las escuelas del distrito».
«Quiero que la gente del ámbito educativo vea en uno a una persona receptiva de las demandas y los reclamos de las cuestiones que aquejan a las escuelas. Eso va a hacer que el Consejo funcione bien», concluyó.