En un accidente de tránsito, en su clásica bicicleta con carrito, a los 70 años de edad, murió Carlitos Cambiasso.
Un amigazo, que nunca olvidó su momento de gloria cuando en el Cine Teatro Español, en enero de 1972, ganó el Concurso de Aficionados organizado por LU 11 de Trenque Lauquen.
El premio mayor, actuar en los estudios de la misma y salir en vivo desde la emisora. La ruta 33 llegaba hasta Pradere. El resto, un tortuoso camino de tierra hasta Villegas. Un taxi venía a buscar al ganador.
El torneo se definía por aplausódromo. El público, en un Español colmado, todas las noches iba eliminando artistas.
El jueves de la final la taquilla fue récord. Algunos disturbios entre la multitud, dividida entre los dos finalistas: Carlos Eleuterio Cambiasso (apoyado por los más fervorosos y bullangueros) y Rafael «Chato» Aguilar (era el mejor, con un público más sosegado).
Una bomba de remate de 4 pulgadas, arrojada desde la fila 15, se deslizó encendida por el aceitado parquet y estalló abajo del piano de Carlitos «El Chifle» Martínez, que acompañaba a los artistas desde el teclado.
Anonadado el organizador, mientras llegaban los refuerzos policiales, le pide al ídolo, al Chato, que salga a pedir cordura a la multitud.
No gustó ese pedido de Rafael y el público lo castigó, ungiendo ganador indiscutido a Carlitos, por aclamación. Esa noche interpretó «El Rosal de las Palmeras y la Primavera»; y «El Balneario, tú», ambas de su autoría. Con ellas viajó a Trenque Lauquen y actuó en LU 11, al lado del Hotel El Faro.
Se nos fue Carlitos, intérprete de un Villegas inolvidable, el de los concursos de aficionados. Nunca se olvidó de su hinchada y así me lo hacía saber donde nos encontrásemos. ¡Te llora Villegas!
Desde tu enorme humildad fuiste un tipo feliz. ¿Sabés cuántas billeteras poderosas, que viajan en 4×4, añoran tu paz, tu andar sin prisa en la bicicleta, con el carrito? Y lo más importante: nunca podrían ganar un evento como el que vos ganaste un caluroso verano del 72 en el Español.
Mario Gómez Olivón