Antes de abrazar el arbitraje con pasión y marcar un antes y un después de esta profesión en Villegas, Oscar «Loba» Delgado fue futbolista. Y de los bravos, de esos que eran terror de… los árbitros.
Supo defender la camiseta de Eclipse y tuvo un paso por Italó junto con Jorge «Libro» Castaños y Oscar «Macho» Insausti. «Acá no jugué en primera, salvo algún partido de suplente. Era bastante amargo», acepta, resignado.
Partido de segunda. Sí, antes la previa a la primera se llamaba así. Atlético y Eclipse en cancha del primero. Duelo encarnizado entre la Loba y Horacio «Panza» Del Valle, por entonces prometedor delantero académico. «Nos ganaban siempre y había que anularlos de alguna forma. Buscamos todas las tretas posibles», recuerda Delgado entre risas.
Época donde las canchas no tenían alambrado olímpico. En una de esas escaramuzas, Francisco Del Valle, presidente del club local y padre de Horacio, harto de la situación, entró a la cancha y se llevó al díscolo delantero a patadas en el trasero. El «Zorro» Draperi, DT de Eclipse, sacó a La Loba. El árbitro, bien gracias.
La cosa no terminó ahí. Del Valle, algunos años menor a su marcador, estuvo varios meses sin salir por temor a las amenazas recibidas por su rival. Hoy, casi medio siglo después, se respetan y se ríen. La causa prescribió.
Y hay otro Loba Delgado, el que vino después, el que le marcó el camino a muchos árbitros de la zona. Primero dirigiendo y luego en la docencia y la organización de la escuela que lleva su nombre.
«No tengo dudas que nuestros árbitros están a la altura de los que vienen de afuera. Pero pasó antes y pasa ahora: el de acá es más resistido, porque es de Eclipse, porque es de Atlético o porque es de Sportivo… pero no es así. Prueba está que cuando se jugó con todos árbitros de Villegas no salió campeón ninguno de acá», se mete de lleno en la arena del arbitraje.
Para Delgado hay al menos «7 u 8 árbitros locales en condiciones de dirigir en primera, que incluyen alguno con chances de ascender. Los hemos probado en América y en Huinca y los nuevos no defraudaron. Si se juega con árbitros locales quizás se repitan mucho, pero se puede completar con los de América y Trenque Lauquen, que no están tan lejos. Y así se abaratan costos en relación a traerlos de Guaminí u otros lugares más alejados».
Sobre los criterios arbitrales, tan discutidos por los hinchas y la prensa especializada, argumentó que «no todos tenemos la misma visión de la misma jugada. Tenés un par de segundos para decidir sobre una jugada. A veces hay distintas visiones hasta en la misma terna, ya que están en distintas posiciones.»
De permisivos e intransigentes también trató la charla con OVACIÓN. De los que se bancan la mano en el hombro y de los que no aceptan ni el diálogo. De los que cobran un penal al minuto y los del siga, siga. De los que advierten y los que tarjetean.
Para los tiempos pos cuarentena Delgado es optimista. Cree posible la vuelta a las canchas antes de fin de año. «Todo depende de lo que quieran hacer los clubes. Nuestros árbitros están corriendo desde hace dos meses. Y por ejemplo Clauser, que es árbitro nacional, está teniendo videoconferencias con Pezzotta, Trucco y Pompei. Y fueron a su casa varios muchachos a presenciarlas. Están bien, con ganas de volver a dirigir pronto», aseguró.
Oscar Delgado. La Loba para todos. Un defensor áspero. Un árbitro respetado. Ayer y hoy, un hombre del fútbol.