Del 1° al 7 de agosto tiene lugar la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Año a año la concientización acerca de los bondades de la leche y la lactancia materna va ganando terreno. Cada vez hay más información disponible sobre los beneficios que implica el acto de amamantar, tanto para los bebés como para las madres.
Valeria Pennacino, licenciada en Nutrición, y Nair Coria, licenciada en Obstetricia, visitaron los estudios de FM Actualidad para fomentar y remarcar la importancia que tiene darle la leche materna a nuestros hijos.
«Tiene beneficios a corto y largo plazo, tanto para la mamá como para el bebé. Es el único alimento que se va transformando a medida que va pasando el tiempo: desde que el bebé es un recién nacido hasta que cumple meses y años. La leche va cambiando. Hay un mito que dice que la leche no alimenta o que no alcanza, que a medida que el bebé se alimenta la leche es aguada, que no lo nutre. La realidad es que sí, que a medida que va pasando el tiempo la leche se va modificando para los requerimientos de ese bebé», comentó Coria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna se extiende hasta los 2 años. Los primeros 6 meses es de lactancia exclusiva, y luego se empieza a introducir la alimentación complementaria.
«A veces suele pasar que hay bebés que no agarran bien el pecho o que no están creciendo bien y entonces se necesita darles un suplemento. Pero siempre debemos priorizar la lactancia materna. Se le sugiere a la mamá que siempre continúe con la lactancia materna, que no pierda ese vínculo. Muchas veces pasa que esos suplementos se dan solamente por un período corto y luego la mamá logra seguir con la lactancia materna», señaló Pennacino.
La importancia del acceso a la información para preparar a la madre
«La información antes de tener el bebé es súper importante. En el momento que nace el bebé el personal debe estar capacitado para acompañar a la mamá, para evaluar la succión, el acople. Muchas veces eso es lo que hace fracasar la lactancia materna», sostuvo Coria.
«A veces nos encontramos con mamás que no fueron preparadas y les cuesta poner al bebé en la mama, o tienen pezones invertido. Hay que prepararlas y enseñarles cómo se trabaja eso, porque es algo que se puede corregir. A veces te encontras con mamás primerizas que no fueron preparadas y no saben qué hacer cuando les entregan el bebé», completó Pennacino.
¿Cada cuánto se debe amamantar?
No existen horarios ni fórmulas exactas. Las profesionales dejaron en claro que la lactancia es a demanda de los requerimientos del bebé.
«Cuando el bebé nace tiene dos reflejos: el de succión y el de búsqueda de alimento y tiene que reclamar a través del llanto y de distintas señales que uno va conociendo a medida que pasan los días y construye una relación con el bebé. Reclama cada una, cada dos, cada tres horas», expuso Coria.
«Es importante enseñarle a la madre a evaluar el pecho: tiene que quedar un pecho totalmente vacío y el otro lleno. En la siguiente toma empezas por el pecho que está lleno y así se va completando el llenado y vaciado de las mamas», agregó Pennacino.
¿Cuáles son los beneficios de la leche materna?
«La leche materna es la única que tiene anticuerpos para reforzar el sistema inmune del bebé. La primera toma del bebé es el calostro, que es como si fuera una leche de transición. Eso es lo más importante que debería recibir el bebé: ese calostro está lleno de anticuerpos, de inmunoglobulinas. Es como una primera vacuna. Además hay otros beneficios y todos comprobados: a largo plazo a la mamá la previene del cáncer de mama y del cáncer de ovario; y en el bebé aumenta la capacidad cognitiva», explicó Coria.
«Este año el lema es ‘Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable’. La lactancia materna no necesita gasto de energía eléctrica ni de gas para calentarla porque está siempre lista a la temperatura que el bebé necesita. A la leche materna no hay que prepararla, calentarla, ni esterilizarla. Tampoco necesitas ningún frasco para transportarla. Además, los bebés alimentados a pecho tienen menos riesgo de infecciones respiratorias e infecciones intestinales, lo que implica menos gasto en antibióticos e internaciones. Ninguna leche de fórmula iguala a la leche materna porque ninguna tiene anticuerpos», subrayó Pennacino.
¿Por qué es importante no interrumpir el acto de amamantar?
«La leche materna no tiene todo el tiempo la misma concentración de nutrientes. A lo largo de la toma va cambiando su contenido. En un principio tiene un poco más de agua, después tiene un poco de proteínas y termina con gran cantidad de grasa. En cambio en los suplementos o leche maternizada es la misma concentración todo el tiempo», remarcó Pennacino.
«Si nosotros cortamos ese proceso de las fases que tiene la leche dentro de una toma por lo general llevamos el bebé a la pediatra y nos encontramos con que no aumentó de peso. Ahí incurrimos en el mito de que la leche materna no lo está alimentando como corresponde. Si nosotros dejamos que el bebé esté 10, 15, 20 o 25 minutos en el pecho el bebé tomaría todas las fases de la leche y ahí aumentaría como corresponde. Por lo general los bebés que se alimentan con leche materna van a aumentar un poquito menos de peso por el desgaste energético que tienen en succionar. A los bebés que les damos mamadera simplemente les baja la leche y no hacen gran esfuerzo», completó Coria.
No condenar, ni juzgar
«La mamá que no puede dar la teta no se tiene que sentir culpable por eso. Incluso en muchas ocasiones es decisión de la madre no dar la teta y eso se apoya, porque es su derecho. No deberíamos juzgar a la madre que no quiere amamantar, deberíamos acompañarla en ese proceso de no querer amamantar. En cuanto al vínculo entre la madre y el bebé es muy particular, es el vínculo que uno tiene con su hijo ya sea dando la teta o no», concluyó Coria.