Natalia González es una joven docente de nuestra ciudad que este fin de semana pasó por una desagradable situación, cuando intentaron usurpar un terreno de su propiedad ubicado en la calle Matheu al 230.
Alertada por los vecinos de lo que estaba ocurriendo, se acercó al lugar, habló con los usurpadores y se comunicó con la policía, además de radicar la denuncia en la comisaría local.
«Un sabor amargo, una situación de mucha impotencia porque no se puede hacer nada ante estas cosas, ya que la policía depende de una orden de Fiscalía para sacar a alguien que se apropia de lo que es de uno. Fue un fin de semana bastante triste», le dijo Natalia a ACTUALIDAD.
La joven relató que uno de sus vecinos «le avisó a mi hermano lo que estaba pasando, me avisaron a mí, fui hasta el terreno y hablé con la gente que estaba allí. Me dijeron que no se iban a ir porque en el terreno no se construía nada desde hace mucho tiempo. Llamé a la policía, que habló con ellos; y a mí me dijeron que haga la denuncia correspondiente».
«Más tarde la policía me llamó para preguntarme si yo había vuelto y había cerrado con candado, cosa que no había hecho. Entonces me acerqué, saqué el candado que habían puesto y lo aseguré con uno mío», agregó.
Natalia comentó que su terreno está rodeado de tapial, además de la medianera con otro vecino; y en el frente tiene un portón, que no estaba asegurado. «En el interior hay un galpón con ventanas y una puerta. Es precario, no para vivir, pero por lo que esta gente me dijo, actualmente viven en una construcción de chapas», manifestó.
La villeguense manifestó que una joven era la que tenía intenciones de usurpar; mientras que otra la había acompañado. Ésta, a su vez, estaba con su papá y menores de edad. «Eran varios, como seis o siete personas», expresó.
Por otro lado, agradeció a los vecinos que le advirtieron sobre lo que estaba ocurriendo. «Siempre están presentes y atentos a lo que ocurre en el barrio», dijo.
Natalia destacó que no ha construido porque no ha podido hacer frente a eso económicamente. «No quiero ir a pedir, porque trabajo y quiero hacerlo con mi esfuerzo. Pero es tremenda la impunidad de que se puedan apropiar de todo; mientras que uno, que trabaja y hace el esfuerzo, tenga que estar esperando a que la justicia actúe. Lamentablemente uno no está tranquilo», sostuvo.
Por último comentó que, por lo que le dijeron las protagonistas del intento de usurpación, «una de las chicas trabaja en el Hospital, pero no se quiénes son. Sí se que son de Cuenca y desde hace un tiempo viven acá»; y lamentó que «hayan llevado a sus hijos a vivir esa situación de delincuencia».