María Escude, licenciada en fonoaudiología, trabaja desde hace 10 años en ADERID. Su formación está basada en la comunicación adaptada a las necesidades de los pacientes.
La comunicación bimodal es una de las mejores y más utilizadas herramientas que genera grandes beneficios en la inclusión social de quienes concurren a la institución.
«Es importante saber que la comunicación no es lo mismo que el lenguaje; que la comunicación incluye el lenguaje; y que muchas veces nos encontramos con niños que, más allá de sus patologías, tienen dificultades en el acceso al lenguaje. Nuestro objetivo, en todas las áreas de desarrollo, es que ellos logren habilidades comunicativas. Luego vendrán diferentes posibilidades de desarrollar el lenguaje, a través de diferentes herramientas. Ese es el objetivo, que ese niño o adolescente pueda comunicarse de alguna manera», sostuvo Escude.
«Desde todas las áreas buscamos eso y es lo que nos hace fuertes. No es fácil a veces acceder al lenguaje. Hay niños que tienen un desarrollo muy natural, pero cuando nos encontramos con otros con dificultades aparecen muchos desórdenes en su conducta, su pensamiento, su comprensión. Entonces, es muy importante poder abordarlo», agregó.
¿Cómo es la evaluación en este sentido?
En ADERID contamos con médicos, se hace una evaluación inicial; luego nosotras, principalmente desde el área de fonoaudiología, con la comunicación y el lenguaje. En primera instancia es con una hora de juego y después, de acuerdo a las características de ese paciente, se evalúa con alguna herramienta específica, que puede ser con comunicación bimodal u otra, para ver qué herramientas se ajustan mejor al paciente. No siempre bimodal es para todos. En ADERID usamos todas las herramientas; y eso hace más rica la evaluación de ese paciente, que lo podamos mirar desde diferentes perspectivas.
¿Qué es la comunicación bimodal?
Es complementaria al lenguaje oral, es signar el habla. Mientras vamos hablando, vamos signando mediante gestos y esto lo que hace es darle más potencia al estímulo verbal. Los adultos decimos 180 palabras por minuto, hablamos mucho y muy rápido; entonces el lenguaje se desvanece rápidamente. Pensando en un niño que tiene dificultades, al brindarle comunicación bimodal estamos potenciando ese lenguaje con un gesto. Eso va dejando una huella mental en su cerebro, la va etiquetando y, a su vez, la tiene que comprender. Después de ese proceso, la va a poder decir. Son muy lindos los resultados. Muchas familias tienen la posibilidad de tener esta comunicación, que es muy útil para sostener el lenguaje, más que nada para aquellos niños que tienen dificultades en sostenerlo.
Es muy importante el rol de la familia…
Sumamente importante. Y rápidamente se engancha cuando ve los resultados. Si la comunicación bimodal no se realiza con la familia, la verdad es que no tiene éxito. Los papás ven el trabajo, ven lo que hacen sus hijos y cuáles son los gestos que hay que darle nuevamente en la casa. Nosotros no le damos todo junto, vamos proponiéndonos objetivos; y para empezar le damos cuatro o cinco señas al paciente. Vale aclarar que no es lenguaje de señas, el objetivo es otro.
Un conjunto que permite la inclusión social y la vida independiente…
Justamente «Vida Independiente» es uno de los equipos en los que estoy. En todas nuestras sesiones se trabaja mucho con imágenes. Tenemos una rutina, una agenda diaria, donde vamos anticipando lo que vamos a hacer en el transcurso de la jornada. Y eso es muy importante para aquellos jóvenes que no tienen lenguaje oral, les permite organizarse conductualmente a muchos. Es muy importante que las familias estén al tanto de los dispositivos que hay y que los puedan usar en otros contextos. Esto es lo más difícil y es en lo que hay que seguir trabajando. Es una tarea diaria.
«La comunicación no es lo mismo que el lenguaje», dijiste al principio.
Sí, porque además el lenguaje tiene una función compleja en su construcción y nos da un alcance muy amplio en lo que genera en los seres humanos, que somos los únicos capaces de hablar y entender. Por eso lo importante de apostar, ponernos en este objetivo y pensar en la comunicación. En ADERID muchas veces quedan bebés y tenemos que trabajar para que contacten visualmente con nosotras, con sus mamás, que sonrían a los tres meses de vida, que a los ocho meses tenga atención conjunta. Todos éstos son pre requisitos que necesitamos para el lenguaje oral. Hay que estar alertas si el niño no tiene intención comunicativa, no contacta visualmente o no usa gestos para pedir. En esos casos que se acerquen a ADERID. Es muy importante estar atentos para cambiarle la vida las personas, tal como es nuestro lema.