La secretaria general de UDOCBA, Griselda Galli, habló con ACTUALIDAD de la situación que atraviesa la educación en nuestro distrito, en el marco de emergencia sanitaria debido al rebrote de casos de COVID.
«La presencialidad comenzó muy organizada y las escuelas estaban funcionando bien con sus burbujas (grupo de 10 alumnos). General Villegas empezó a tener una suba vertiginosa de casos positivos y lamentablemente estamos pagando muy caro los momentos de relajo que hemos tenido. Y ahora, que comenzaron a subir los casos, empezaron nuestros problemas en educación», sostuvo Galli.
La realidad es que «no estamos teniendo presencialidad», agregó la dirigente; al tiempo que manifestó que el planteo fue realizado a las autoridades educativas, tanto la Inspectora Jefe Distrital como el Inspector Regional y los inspectores de los diferentes niveles educativos. «Los docentes van a dar clases, pero los chicos no van a la escuela», dijo.
En este sentido, añadió que en algunos casos «por decisión de los padres de no mandarlos; y en otros porque están aislados. Sobre todo entre adolescentes hubo varios chicos que fueron COVID positivo. La conclusión es que se fue acelerando ese proceso de ausentismo y llegamos a la mitad de la semana pasada con burbujas con dos chicos. El aprendizaje entonces no es fructífero ni interesante. Nos quedaron las aulas vacías».
Por este motivo, hubo una reunión con los gremios que integran el Frente Gremial Docente. «Conversando con todos los directores de todos los niveles, de todos los pueblos del Partido, nos contaban que en aquellos lugares que está habiendo casos de COVID positivo, con muchas familias aisladas, los padres han decidido no mandar a sus hijos a las escuelas», expresó.
En este contexto -continuó- «si bien los dispositivos no estaban armados para la virtualidad, la presencialidad es mentirosa. Por ejemplo, en la Escuela Primaria 17 que tiene un turno con 400 alumnos, había 6 chicos; o en cualquiera de Secundaria no había más de 10 chicos, cuando en realidad no hay menos de entre 200 y 400 alumnos por turno. No existía ningún acto pedagógico de parte del docente, que terminaba enviándoles las tareas de manera virtual para que no se atrasaran».
«Las escuelas están vacías, no hay nadie. Entonces, qué sentido tiene que haya un docente adentro de la escuela, cumpliendo un horario», añadió; al tiempo que manifestó que este jueves se llevará a cabo una jornada «para conocer cuáles son las normativas y la información oficial. Aparentemente el lunes estaríamos dejando la presencialidad en algunas escuelas y en otras no. En Charlone, por ejemplo, están trabajando muy bien, sin casos y prefieren seguir yendo a la escuela. Esto fue planteado».
A: ¿Era el momento de volver a la escuela?
G: Creo que políticamente la presión social fue muy alta. Lo tendrían que haber sectorizado desde la Provincia. Para mí se cometió un gran error, porque no se le dio autonomía a los inspectores de área y a los directivos de una escuela, junto con el protocolo que es muy claro, para suspender la clase o no. El tema es que cambian las normas todos los días. Así como decimos que no le cierren la escuela a Villa Saboya, que tiene una presencialidad del 100% porque son pocos chicos, el establecimiento es impecable, grande, con buenos espacios en los que se puede trabajar muy bien, es muy segura y además no hay casos de COVID; en otros casos se tuvo, por ejemplo, entre el 20 y el 30% de docentes y chicos contagiados; entonces ahí hay que cerrar el turno. Pero le quitaron esa autonomía al municipio, cuando en realidad el que más conoce la situación de la escuela es el que está todo el día ahí adentro, directivos y docentes. Todo se podría haber hecho más fácil y dinámico, porque ahora se produce otra incongruencia: estamos en Fase 2, que viene acompañada por la suspensión de clases; y esto no sucedió en Villegas. Estamos esperando que nos digan qué vamos a hacer.
A: ¿La medida llegaría tarde?
G: Es un sin sentido, por eso los padres no mandan a los chicos a la escuela. Si tenemos un director del Hospital que está diciendo que no hay más camas, hay una sociedad que está escuchando eso y decide no enviar a sus hijos a la escuela, para evitar contagios. Algunos padres nos avisan, pero no todos. Cuando el municipio retrocedió de Fase, lo más lógico hubiera sido suspender las clases desde ese día. Nos parece un despropósito lo que están haciendo, que todo el pueblo esté guardado y que los chicos estén adentro de la escuela. Los padres respondieron y decidieron, no nosotros. La presencialidad es ficticia.