Días atrás Actualidad publicó la nota «Historias inolvidables: El increíble día que Angel Clemente Rojas jugó para Villa Sauze» rememorando aquel día del año 1972 en el que «Rojitas» -ídolo absoluto de Boca Juniors- jugó para el equipo de Villa Sauze. Pero ahora, en OVACIÓN nos dimos el gusto de hablar con esta leyenda viviente del fútbol argentino.
La historia de Rojitas y el fútbol arranca a puro potrero, en Sarandí, cuna de cracks. Pero más allá de su talento natural y su sacrificio para llegar a primera, también hubo una enorme cuota de fortuna.
¿Cómo comenzó ese vínculo eterno entre Rojitas y el Xeneize?
«Acompañé a un amigo a probarse en Boca. Nos llevó mi padrino. Mi amigo duró media hora y lo sacaron, y mi padrino empezó a insistirle al ‘Nano’ Gandulla para que me pruebe. Lo convenció y Gandulla le dice ‘¿De qué juega?’, ‘De 9’, dijo mi padrino. Y me puso. Jugué con las zapatillas que llevé porque no tenía botines. Hice tres goles y quedé. El viaje de vuelta fue difícil porque mi amigo volvía triste y yo no lo podía creer», cuenta «Rojitas».
Con 12 años quedó en Boca y arrancó a escalar posiciones desde la novena hasta la primera división. Tan bueno era lo de «Rojitas» que lo convocaron para jugar con la tercera, con la reserva y luego con la primera… ¡Todo en la misma semana!
«Cuando empecé a entrenar con la primera no lo podía creer. A la noche me tenía que concentrar con los jugadores de la primera. Para mí era algo increíble», recordó.
Debutó en primera a los 18 años el 19 de mayo de 1963 ante Vélez Sársfield. El equipo ganó con 3 goles de Orestes Corbatta, pero «Rojitas» la rompió y sus gambetas quedaron grabadas en la retina del hincha xeneize.
En Boca estuvo desde el 63 al 72. Luego de un breve lapso en Deportivo Municipal de Perú regresó al club de la ribera en el 73. Ganó los siguientes títulos:
- Primera División 1964
- Primera División 1965
- Campeonato Nacional 1969
- Copa Argentina 1969
- Campeonato Nacional 1970
En su paso por Boca Juniors compartió plantel con grandes jugadores como Ernesto Grillo (quien brilló en Independiente), Corbatta, Roma, Marzolini, Rattín, entre otros. Además, jugó contra el Santos de Pelé, el crack brasileño con quien muchos lo compararon.
¿Querés jugar en Real Madrid? No
En una gira que hizo Boca, «Rojitas» le marcó dos goles al Real Madrid. Los «Merengues» querían sumar a ese crack a su plantilla.
«Estábamos en Casablanca, Marruecos. Me manda a llamar Don Armando (Alberto Armando, presidente de Boca) y me pregunta si quería jugar en Real Madrid. Le dije que no. ¡Cuando le conté a Rattín, él me quería matar! Pero yo no estoy arrepentido porque lo más grande que tuve en mi vida como jugador fue Boca», rememora.
Un amor para toda la vida
María Inés Banegas es su compañera, su amor de toda la vida. Hace 48 años que están juntos. «Mecha», como le dicen, es oriunda de Sansinena. Por eso era común ver al ídolo por esta zona.
«A ‘Mecha’ la conocí en Capital y todavía estamos juntos. Iba siempre a Sansinena, incluso jugando en la primera de Boca. Adoraba ir a Sansinena. Le había agarrado el gusto, primero porque estaba muy bien con ella y segundo por los muchachos de ahí. Yo me hacía el lesionado y me iba para allá», recuerda, entre risas, este eximio futbolista.
Sansinena, Villa Sauze y la gente sencilla de pueblo encajaban a la perfección con su bajísimo perfil. «Rojitas» no tenía problemas para prenderse en un picadito cuando lo invitaban. ¡Y nada de poner requisitos extravagantes por tratarse de un crack de todos los tiempos! Al contrario, se calzaba las zapatillas «Flecha» y a la cancha.
Reconocimiento en vida
«Rojitas» es un ídolo de la historia xeneize, tanto así que hasta tiene una estatua y un cargo vitalicio en el club.
«Mi vida en Boca fue muy importante. Nadie me regaló nada, me lo gané yo. Me doy cuenta lo que signifiqué para la gente porque cada vez que voy a alguna peña del club, siempre se llena», dice con humildad.
«Rojitas» es un ícono de nuestro fútbol. Y su magia es recordada por aquellos que se prendían a las transmisiones de radio para escuchar los partidos de Boca, por los que coleccionaban las tapas de El Gráfico y por quienes tuvieron la suerte de jugar junto a él, en el potrero, sin canilleras y con zapatillas «Flecha».