Se cumplió el 5° aniversario del deceso de Pedro Satragno. «Con Pedro aprendimos a mirar, volvimos a creer que la política es una herramienta para garantizar derechos, entendimos qué el compromiso militante no tiene otra finalidad que la de incluir a todos», lo recordaron sus amigos y compañeros de senda política.
Un 13 de junio de 2016 se conocía la triste noticia de la muerte de Pedro Satragno, el banderolense que por entonces era concejal y máximo referente de la agrupación política KOLINA en nuestro distrito.
Satragno se encontraba se encontraba en Junín, en una reunión política. Luego de sufrir una descompensación fue trasladado a la Clínica Centro, donde falleció a los pocos minutos.
La Agrupación Pedro Satragno, integrada por compañeros de militancia del banderolense, emitieron un emotivo comunicado para recordar al político fallecido hace 5 años:
«¡Tenemos reunión urgente!, decía Pedro y allá acudíamos todos, prestos, listos para escuchar lo que prontamente teníamos que definir o saber. Él casi siempre llegaba después. Los minutos pasaban y la novedad se hacía esperar. Mientras tanto nos enredábamos en debates acalorados donde se mezclaban el transporte urbano, la cooperativa textil, la de construcción de viviendas, los programas de desarrollo, las carreras de galgos, el fútbol femenino, economía, inflación y mucho más. Pedro escuchaba, intervenía, preguntaba, provocaba, para que la cosa trascendiera lo singular, el ego y abarcara lo colectivo, lo común, como dice Francisco. Pedro observaba distinto. Siempre hay quienes hablan más y mejor y otros más tímidos, inseguros, casi arrinconados, invisibles. Pedro los rescataba del silencio: ¿Y vos Juan qué opinás? La pregunta era cuidadosa, se preocupaba por sonar cálido, cercano, se preocupaba por sonreír y ser suave para no intimidar o exponer sino para abrir un hueco, el espacio cerrado, para que saliera la voz, para que confiara y se animara.
Al final de muchas reuniones nos dábamos cuenta que no había novedad de último momento. Con el tiempo nos dimos cuenta que lo urgente para Pedro era escucharnos. Su cabeza bullía con ideas y proyectos, pero sólo podía darles forma a partir de esas voces, esos encuentros de compañeros de militancia, de todos y cada uno. Tomaba de todos cada palabra, cada gesto. No lo asustaba la polémica con tono alto. La virtud de escuchar la voz más elocuente y la más tímida. Esa sensibilidad de alguien que se construye con otros, siempre con otros. Lo buscó y lo promovió.
Con Pedro aprendimos a mirar, volvimos a creer que la política es una herramienta para garantizar derechos, entendimos qué el compromiso militante no tiene otra finalidad que la de incluir a todos».