El ex director del Hospital municipal habló con ACTUALIDAD de distintos aspectos relacionados a la pandemia. Entre otros temas, sostuvo que el hecho de que la edad de las personas infectadas haya bajado, «nos está queriendo decir que la vacunación es buena, porque hoy estamos internando a jóvenes, que eran los que no estaban vacunados». Entre los aprendizajes que este contexto nos tiene que dejar, expresó: «la libertad y la salud, los vínculos y los afectos, es lo que tenemos que ponderar todos a la hora de poner en su justo lugar cada cosa que tenemos como prioritaria en nuestra vida. Si esto no nos enseñó eso, no aprendimos nada. Y volveremos a tener otra pandemia en cualquier momento».
El doctor Carlos Palombo estuvo a cargo de la dirección del Hospital municipal de General Villegas entre 2007 y 2014, director ahora desde julio de 2020 del Hospital René Favaloro en La Matanza, Buenos Aires, analizó en ACTUALIDAD la situación del coronavirus y sus diferentes aspectos.
Doctor Palombo, tuvo también un breve paso por la gestión del intendente Campana como asesor de Salud.
Siempre estoy a disposición de Villegas, que tiene todo mi afecto y lo tendrá siempre; y mi compromiso de brindar ayuda en lo que se necesite desde mi función, como para devolverle a Villegas lo que me dio. Así como creo que le di mucho, a mí me dio muchísimo. Mis hijos continúan viviendo ahí. En esta última situación, cuando fui convocado para dar una mano nunca lo dudé, pero al director del Hospital no le pareció oportuna mi presencia, no la consideraba necesaria y por supuesto uno no va a estar donde no quieren que esté; uno no quiere incomodar en una gestión. Por eso me retiré. Pero siempre a disposición y muy conectado e informado. Estoy en conocimiento de todo lo que va ocurriendo.
De hecho algunos trabajadores de la salud siguen en contacto con usted.
Sí, la realidad es que uno ha dejado muy buenos vínculos y amigos. Siempre dando la mirada que uno cree más conveniente en función de las cosas que van ocurriendo y también de todo lo que quedó en Villegas sin desarrollar, de todas las ideas que quedaron en su momento, más allá de la puesta en funcionamiento de la terapia intensiva, a la que por suerte hoy los villeguenses pueden acceder sin necesidad de moverse del distrito. Yo me pongo a imaginar a veces qué ocurriría hoy si Villegas no hubiese tenido la terapia intensiva. Creo hubiese sido más catastrófico. Por suerte hoy tienen esa posibilidad y eso no es menor.
¿Cómo se ve desde la distancia la situación que estamos atravesando en General Villegas respecto al Covid y el número que tenemos de muertos en el municipio?
Ahí hay que desglosar varias cosas. Primero, a la hora de analizar mortalidad hay varios ítems a tener en cuenta. Uno tiene que ver con la cuestión demográfica, con qué sociedad estamos analizando; además tiene que ver mucho con el impacto socio ambiental, socio cultural y socio económico que tiene una comunidad. Eso también hace a los índices de mortalidad. Por otro lado, el Covid tiene una tasa de letalidad muy alta, fundamentalmente en los pacientes que llegan a un respirador artificial es altísima; la mortalidad promedio en el país es del 65 por ciento, aproximadamente. Lo que ha ocurrido en General Villegas, en relación a otros distritos de la región, es que tuvieron una situación muy similar a la de Italia del Norte, donde hubo muchos casos juntos en un corto plazo. Eso llevó a una máxima atención al sistema, sin duda; y tengo entendido que por un momento hubo que poner a funcionar más de 15 respiradores en el Hospital. Es más que lo que yo tenía originalmente en este Hospital (René Favoloro), con lo cual eso ha llevado seguramente a un desborde en la capacidad de respuesta y hace que la calidad pueda bajar. Esto no va en relación a la tarea directa de cada trabajador de la salud, ya que seguramente es indiscutible todo lo que hacen; sino que tiene que ver con esta situación de máxima tensión en el sistema en un corto plazo. Y eso genera peores respuestas. Hubo mucha cantidad de casos en un período muy corto; y un sistema que no puede responder a todo eso en tan corto plazo. Generalmente uno compra respiradores, pero eso requiere de un trabajador calificado, del médico, del kinesiólogo, del enfermero, todo lo que es el equipo de salud que va mucho más allá del médico solo. Un trabajo en salud es multidisciplinario, donde todos intervienen y opinan. El Covid nos está exponiendo a toda la comunidad científica a que todo el tiempo nos estamos desdiciendo de verdades que creíamos absolutamente reveladas, que después no lo fueron, empezando porque el barbijo no había que usarlo y después sí, el Ibuprofeno inhalado, la Ivermectina, todas las cosas que se postulan que son buenas que después no lo son. Esto tiene que ser un trabajo de todo un equipo multidisciplinario, para poder dar respuesta a algo claramente desconocido. La explicación más fácil que le encuentro es esa, una oleada de enfermos muy grande, en corto plazo, a la que no había forma de responderle de buena manera, sin duda.
Un virus que va sorprendiendo a los profesionales en su comportamiento, los síntomas que van cambiando, al igual que las consecuencias en los enfermos. Van apareciendo distintas cepas, nos hablan de mutaciones y de que los jóvenes ahora son más afectados que las personas mayores.
Los cambios de cepas son reales. Lo que se está viendo ahora es una tasa de virulencia mayor, de contagiosidad mayor, pero la experiencia en este Hospital es que no hemos tenido pacientes que hayan estado vacunados. A lo mejor sí con una dosis, que no hayan llegado a hacer ningún tipo de anticuerpos. Pero no hemos tenido hasta ahora (han pasado más de 700 pacientes) alguien que haya estado vacunado, con una dosis completa y en el tiempo adecuado para generar los anticuerpos, y haya estado internado. No tenemos esa experiencia. Sí estamos viendo que ha bajado el grupo de edad promedio, en nuestro Hospital es de aproximadamente 51 años, con una mortalidad aproximada en terapia intensiva del 50 por ciento. Pero eso también habla bien de la vacunación, porque el que hoy esté afectando a los más jóvenes tiene que ver con que la población mayor de 60/65 años ya está en su mayoría vacunada. Esto nos está queriendo decir que la vacunación es buena, porque hoy estamos internando a jóvenes, que eran los que no estaban vacunados. Tenemos que estar muy atentos a que no siga bajando la edad, para seguir avanzando en nuestra vacunación. Las estrategias tienen que ir en ese sentido, en lograr cada vez un mayor porcentaje de cobertura, que es lo que nos han mostrado otros países. La baja en la edad está mostrando que la vacunación es efectiva, por lo menos para proteger los casos graves en terapia intensiva. Si se contagia o no es otra discusión; lo más importante es evitar las internaciones y las muertes. Eso parece que todas las vacunas lo estarían logrando muy bien, inclusive con esta nueva variante, la Delta.
La vacunación estaría en el primer lugar en esta lucha. Ahora, uno llega a un Hospital, necesita tratarse por Covid y obviamente quiere recuperarse, ¿contamos con los insumos necesarios?
Es otro tema que es materia de trabajo permanente y que, por supuesto, a los que tenemos responsabilidades nos desvela permanentemente, más aún en esta situación, con un aumento excesivo de consumo que ha generado que haya faltantes en el mercado. La realidad es que conformando redes con otros distritos, con otros hospitales y autoridades, uno logra la respuesta. No es una cosa sencilla, hay que estar detrás todo el tiempo gestionando. Las autoridades tenemos que estar detrás de esto, porque excede al común del trabajador hospitalario, no de rango. Es gestión de autoridades, porque obviamente hay crisis de insumos. Nosotros siempre las hemos podido ir paliando adelantándonos a muchas cosas en este sentido, pero no quiere decir que no es una preocupación y que estamos siempre detrás de esas cosas, en permanente contacto con otros para tener una red conformada, porque uno solo no lo puede solucionar. Todo eso tiene que estar previsto y conformado en los Comité de Crisis, de Bioética, de Farmacia Clínica que también debe tener un Hospital, para que el farmaceútico cumpla hoy un rol trascendental. Tiene que estar sentado en la mesa de decisiones todos los días, opinando sobre las cuestiones que tienen que ver con el uso apropiado y racional de los medicamentos, más en esta crisis.
Plasma, suero equino, son tratamientos que se dan una vez que el paciente llega a los Centros de Salud. ¿Qué pasa con la Ivermectina?.
La Ivermectina está en estudio. Lo que podemos decir por evidencia de datos concretos es que todavía no es un tratamiento avalado, no está aprobado. Sí está en estudio. Se habla de cierto beneficio que tendría a dosis de 0,6 miligramos/kilos en los pacientes con Covid, pero es un estudio chico que todavía no está avalado para el uso masivo y como una indicación concreta de hacerlo. Lo mismo pasa con plasma y suero equino, donde las indicaciones son muy chiquititas, para muy pocos pacientes y con beneficios relativos, donde el riesgo/beneficio de utilizarlos también es controversial. Esta es una de las principales cosas que nos está dejando esta pandemia. Nos está enseñando a los trabajadores de la salud que no podemos relajar, porque no sabemos ni sabíamos todo, seguimos equivocándonos y suponiendo cosas que después la realidad nos demuestra que son otras, así que hay que ser muy prudente en esto. No podemos avalar el uso indiscriminado de cierta farmacoterapia que también tiene efectos adversos, sin evidencia científica que lo respalde.
¿Qué enseñanza nos debe dejar esta pandemia?
A los trabajadores de la salud y a los gobernantes a empoderar los sistemas de salud y los trabajadores. La clave es el recurso humano; y esto es algo que no se consigue ni se forma de un día para el otro. Habrá que dar un real debate sobre el recurso humano en salud de la Argentina, dónde está, cómo está, qué es lo que se necesita. En General Villegas se conoce muy bien la dificultad para conseguir recurso humano calificado para que se instale allí y, de esa manera, lograr un distrito de equidad respecto a las grandes ciudades; o cómo conformar una red, en el caso de Villegas cuando se vio desbordado, para que esas personas fueran atendidas en otros distritos. La famosa conformación de las redes sanitarias, tanto en salud pública como privada, es una discusión que hay que dar. Lamentablemente creo que pasada la pandemia la comunidad, los distintos actores que hacen a los gobiernos, se van a olvidar. Esto nos tiene que enseñar que debemos priorizar la salud en su sentido más integral, el estado de salud entendiendo la salud biopsicosocial (dónde vivo, cómo vivo, cómo me siento, cómo estoy con respecto a mis pares, en qué condiciones de vida vivo). Creo la comunidad debe empezar a ponderar esto, recordando lo que era sentirse libre, poder decidir con quién me junto, si abrazo a mi papá, a mi mamá, a mi pareja, a mi amigo; si le puedo dar un beso, si me voy o no de viaje, si salgo o no a comer, si invito gente a mi casa, si me quedo o no en casa… El sentido de la libertad y la salud, los vínculos y los afectos, creo que es lo que tenemos que ponderar todos a la hora de poner en su justo lugar cada cosa que tenemos como prioritaria en nuestra vida. Si esto no nos enseñó eso, no aprendimos nada. Y volveremos a tener otra pandemia en cualquier momento.
¿Llega la nueva normalidad en dos meses, como informan algunos medios?
El otro aprendizaje es que también hay que diferenciar pandemia de cuarentena. La pandemia todavía no terminó; las cuarentenas son administradas por cada gobierno, tanto locales como regionales y nacionales. Hay que saber diferenciar eso. Otra enseñanza que nos deja es que no se pueden tomar decisiones globales para un país tan heterogéneo como el nuestro. Yo no puedo tomar decisiones de qué se debería hacer en General Villegas desde un sillón en La Matanza, porque la realidad puede ser muy distinta. En ese sentido ha habido cosas que se pudieron administrar de manera diferente. Creo que ahora es lo que se está tendiendo a hacer. Seguramente todos los pagos chicos son mucho más controlables que en lugares como el Conurbano, donde es mucho más difícil controlar qué hace la gente. Siempre vamos viendo como en la película de atrás, que nos permite saber qué nos puede venir. En la mayoría de los países del Hemisferio Norte ya están empezando a habilitar el no uso del barbijo en la calle, la utilización de los espacios abiertos, las reuniones sociales, el aforo en los estadios deportivos y demás cuestiones que uno cree nos debería tocar a nosotros en los próximos meses, cuando lleguen las temperaturas más cálidas. También es cierto que podemos llegar a una tercer ola si no avanzamos en nuestro nivel de vacunación. Todos estos escenarios nos pueden llegar, por eso creo que la estrategia ahora cambiará a completar esquemas de vacunación. Hay que seguir avanzando en más población vacunada, para reforzar lo que sería la eventual llegada de la cepa Delta.
Habló de control, un tema que por General Villegas estuvo en debate. ¿Nos deben controlar; o cada uno es responsable de lo que hace?
Los males siempre son culpa del otro. Me parece que las comunidades están para acatar las normativas y los gobiernos para controlarlas. Por supuesto que es utópico controlar qué es lo que el vecino hace en su casa; y eso ni siquiera sería muy democrático. Pero la realidad es que todos los gobiernos están para hacer cumplir las normas, no hay discusión en eso. Cada uno debe cumplir su rol. A la comunidad le toca cumplir la normativa y a los Estados velar por que se cumplan. También esto tiene que ver con esa conciencia ciudadana que, por supuesto, no es rol del Estado, pero sí un rol educativo para que la comunidad asuma su responsabilidad social. No corro a la comunidad de esta responsabilidad, pero tampoco se puede correr el gobierno de la de controlar.
¿Y qué rol le cabe al Estado con este video que se ha viralizado, en el que el intendente participa de un brindis?
Cuando uno asume responsabilidades o funciones públicas, ya no está representándose a uno mismo sino a una institución; y cuando es así debe guardar algunas formas que a veces no guardaría cuando es comunidad general. Hay que cuidar mucho eso. En este caso en particular, la verdad que no estuvo para nada oportuno. La situación debió haberse evitado y no estuvo bueno. Por supuesto que no.
Más allá del Covid, la salud es clave doctor…
No tenemos que ocuparnos exclusivamente del Covid, porque la salud es un estado mucho más amplio. El estado de salud biopsicosocial es clave en cualquier individuo. Por supuesto que lo prioritario hoy es el Covid, que es lo que está matando a la gente, pero también hay otro tipo de situaciones de salud que debemos atender. De hecho nosotros en este Hospital lo hacemos. Trabajamos con un equipo interdisciplinario que permanentemente está atento a situaciones que van mucho más allá del Covid. Atender a familiar en crisis psicosocial y que tiene encima a la persona internada. El trabajador social, el equipo de salud mental, enfermería, los médicos, hacen la recorrida de todos los pacientes y se comenta, más allá de la necesidad de oxígeno, todo lo que le está atravesando a esa familia en particular. También hemos hecho protocolos para que, de alguna manera, los familiares puedan ver a su familiar en terapia, poniendo barreras sanitarias para que puedan visualizarlo, porque no verlo era una cuestión de muchas crisis. Los partes dejaron de ser telefónicos. Se generó un protocolo para darlos de manera personalizada, con la seguridad adecuada; también para que le puedan dar el último adiós al fallecido y que la familia lo pueda ver. Me parece que hay que darle mucho valor a eso y trabajar no sólo en el paciente internado y su Covid, sino en toda la coyuntura que esto genera.