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lunes, diciembre 9, 2024
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Como en General Villegas, los pequeños productores de alimentos ya tienen su ordenanza en Junín

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Fue aprobada en forma unánime por el Concejo Deliberante. Apunta a fortalecer y formalizar a un sector económico, al mismo tiempo que servirá para cuidar la salud de la población. En nuestra ciudad ya se había hecho lo propio en noviembre de 2020, con la aprobación del Registro de Cocinas Domiciliarias. «La gente se va a acercando», dijo el secretario de Producción y Medio Ambiente local.

 

Junín ya tiene su ordenanza para impulsar a las Pequeñas Unidades Productivas Alimenticias. El Concejo Deliberante votó de modo unánime el marco regulatorio para el funcionamiento de las PUPAs, el cual apunta a fortalecer y formalizar a un sector económico que tiene muchísimo para dar, al mismo tiempo que servirá para cuidar la salud de la población.

La iniciativa fue presentada por el Bloque del Frente de Todos como respuesta a la inquietud planteada por la Mesa de Economía Social y Agricultura Familiar y Campesina, cuyo trabajo articula continuamente la experiencia práctica de los productores con los aportes que hacen las distintas disciplinas para una mejor y más potente organización.

Junín necesitaba este andamiaje legal que ayudará a desplegar todo el potencial de los emprendedores en un distrito que ofrece oportunidades muy superiores al promedio provincial. El trabajo de los concejales del Frente de Todos se inició redactando un proyecto con el que interpelar a los distintos actores que pudieran aportar desde sus lugares.

UNNOBA, el Instituto 20 de Formación Docente, los Centros de Formación Profesional se embarcaron en la discusión sumando observaciones útiles y comprometiendo su participación para cuando esto se ponga en marcha.

Coincidentemente, desde la dirección General de Zoonosis y Bromatología del Municipio se trabajaba en un proyecto similar, el cual fue acercado por el bloque oficialista de Cambiemos. Y desde la Secretaría del Concejo se hizo un aporte imprescindible en el ordenamiento y la redacción.

La ordenanza permite que los productores de alimentos con bajo riesgo sanitario (dulces, alfajores, panificados, cervezas y licores, golosinas, etc) obtengan su Registro PUPA en el municipio, el cual les permitirá producir y comercializar de modo legal tanto en sus establecimientos como en ferias y otras instancias habilitadas para esos fines.

Una de las novedades más interesantes es que una PUPA puede ser habilitada en un domicilio particular, de modo absolutamente gratuito, siempre que cumpla con todos los requisitos de habilitación. El municipio asume así una función de regulación para garantizar la inocuidad de los alimentos producidos por pequeños productores.

Pero la ordenanza le otorga al municipio otras posibilidades y obligaciones, además de las de regulación. El fomento de instancias de comercialización, la capacitación en cuestiones técnicas y administrativas de los productores, la posibilidad de que el estado local compre en forma directa al PUPA, son algunas de las cuestiones que desde ahora regirán en el distrito.

El trabajo, tal como lo conocieron las generaciones menos jóvenes, está cambiando aceleradamente. El emprendedurismo, el autoempleo, el cuentapropismo son a veces una vocación, pero también han crecido mucho como respuesta a este crítico cambio de paradigma. El Estado debe reconocer la nueva configuración y potenciar a estos emergentes, para que sean cada vez más estables y productivos.

En General Villegas, como en otros municipios como antecedente

El Concejo Deliberante de General Villegas aprobó en noviembre de 2020 un proyecto de ordenanza que intentar regular una actividad que experimentó un boom durante la pandemia: la venta de comida elaborada en domicilios particulares.

La proliferación de esta actividad trajo aparejada la necesidad y obligación, por parte del Estado municipal, de regularla. Son varios los motivos que se pueden enumerar. En primer lugar, el descontento de los comerciantes locales que cumplen con las exigencias de la normativa vigente y se quejan de la competencia desleal con aquellas personas que elaboran sus productos en sus viviendas, sin ningún tipo de control ni registro.

Por otro lado, resulta necesario garantizar la higiene y seguridad de los alimentos para que esa comida casera que se comercializa no afecte la salud de quienes la consumen.

Por ese motivo, desde el Departamento Ejecutivo se elaboró un proyecto de ordenanza que, tras sufrir algunas modificaciones aportadas por los ediles, finalmente fue aprobado de manera unánime. Los legisladores dejaron bien en claro que el objetivo no es complicarles la vida a los microemprendimientos culinarios surgidos en plena cuarentena, sino establecer algunas pautas y criterios para ordenar la actividad.

El proyecto propone crear el «Registro Municipal de Cocinas Domiciliarias». La meta última es que reúnan las condiciones bromatológicas aptas para poder producir y vender. A aquellas que cumplan con los requisitos se les otorgará un certificado para poder trabajar.

«La gente se va acercando. Como en todas las cosas, algunos lo rechazan y otros se acercan espontáneamente. En muchas ciudades hay ordenanzas y en otros lugares le llaman PUPA. La finalidad es la misma, que se cumpla con cuestiones mínimas de higiene y seguridad», le dijo a ACTUALIDAD el secretario de Producción y Medio Ambiente del municipio local, Federico Gonella.

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