Del 1° al 12 de enero una treintena de misioneros visitaron Piedritas acompañados por dos seminaristas y a la orden del Padre Oscar Mercado (37). Provenientes de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar del barrio de Recoleta (Capital Federal), rápidamente se ganaron la confianza de propios y extraños.
Se alojaron en el Jardín N° 903 y utilizaron, cada vez que la situación lo ameritó, el predio de Santa Rita.
Mauro, uno de los jóvenes voceros, dijo: «Usamos las vacaciones para poder llevar a cabo esta tarea que nos apasiona tanto. A lo largo del año nos juntamos los viernes para rezar, para ir preparando el corazón y esto es como salir a la cancha», utilizando una frase bien futbolera.
Hubo rosarios y misas todos los días en distintos lugares.
Así el Altar de Campaña fue recorriendo la plazoleta que está frente a la Iglesia, la plaza principal, la plaza Piedras Chicas de la zona Sur, el Museo Centenario, el Cementerio, el Cuartel de Bomberos, entre otros lugares.
No faltaron encuentros con niños, jóvenes y adultos, ni fogones, guitarreadas y cenas a la canasta. Además, se festejó la llegada de los Reyes Magos.
El Padre Oscar manifestó: «Estamos muy contentos con la propuesta que estamos desarrollando. Hemos encontrado una gran calidez humana en este pueblo, nos sentimos muy bien recibidos. Hay una experiencia de Iglesia muy linda, hemos tenido un encuentro de adultos donde compartimos la fe que sostiene a la localidad en las adversidades, como esta pandemia que nos toca vivir. Nos alegra muchísimo encontrarnos con los niños, teniendo una buena respuesta. No hemos podido entrar en las casas, pero al menos desde la puerta llevamos una palabra de aliento, un mensaje de esperanza en estos tiempos que corren y a la manera de Jesús: descubriendo que el Señor nos ama y nos viene a buscar, que es el lema de este año».
El grupo de misioneros Kerygma, con la Iglesia Nuestra Señora de Luján como anfitriona de la fe, deja Piedritas con sonrisas y anécdotas.
Ahí andan los hermanos Chira (Santi, Manuel y Marcelo) haciendo jueguito con lo que encuentran, fanáticos del fútbol, la «Negra» cantando una zamba, una chacarera o un rock.
Dejaron su huella, su impronta y su mensaje de fe y esperanza.