De la tragedia educativa al horizonte de posibilidades
La doctora, escritora y experta en educación Ana Lamas dio a conocer en el programa radial Dementes, emitido por FM Villegas, la nueva señal de Actualidad, su concepción acerca de la implicancia del inicio de clases en el contexto actual de la vuelta a la presencialidad y se sumó al debate acerca de la llamada tragedia educativa.
El reclamo de varias personalidades de la cultura argentina como el ex rector de la Universidad de Buenos Aires, Jaim Etcheverry; y la docente e investigadora Diana Cohen abrió la polémica sobre las consecuencias que dejaron las medidas de simplificación de contenidos en las instituciones educativas.
De esta forma la especialista se refirió a la dualidad y complejidad que conlleva esta problemática, que involucra tanto la relación de poderes como la degradación de los valores familiares: «El problema de la falta de comprensión de texto es un problema que tiene su origen no en el aprendizaje en sí mismo, sino en el quiebre en la vinculación familia/escuela y en la relación de distribución de poderes. Antes la familia se educaba en el respeto, en los valores en el cumplimiento de las tareas, porque la escuela reprodujo de alguna manera esos valores y los principios de la familia y de la sociedad en general. Hoy todo es igual porque tampoco hay sanción -que no es lo mismo que castigo- pero hay un quiebre en la relación familia/escuela».
Así Ana Lamas enfatizó en el análisis del estado cultural de la sociedad y su reflejo en las instituciones educativas, lo que ayuda a comprender la actual tragedia educativa en términos de Etcheverry.
Al mismo tiempo la doctora retomó la importancia de la necesidad de educar atendiendo a la relevancia de la certificación de los aprendizajes, pero sin perder de vista el lugar de las instituciones, de los docentes, de las familias y de la comunidad en búsqueda por alcanzar este objetivo. Y agregó: «Educar no es solamente transmitir conocimientos. Es educar en contenido, de manera crítica y comprensiva, atendiendo también a las relaciones de poder. Los chicos hoy tienen más poder que los adultos -por ejemplo en el manejo de la tecnología-, entonces son capaces de reírse de los maestros y reírse de los adultos. Antes el poder era vertical, partía de arriba hacia abajo. Hoy el poder es rotativo, porque a veces los chicos tienen más poder que los padres. La cuestión está en atender que no en todo momento los chicos tienen ese poder, sean alumnos o hijos».
De esta manera volvió sobre el debate respecto de la puesta de límites y el horizonte de legalidades, donde el interrogante sondea en ¿hasta qué punto es correcto aplicarlos y de qué manera?, destacando que la norma, el límite, deben existir para la conformación de la identidad nacional y la puesta en valores. Y destacó que «no vivimos en un mundo anómico, uno tiene que educar a los hijos en el respeto, la honestidad, la simpatía, en los valores, por lo que el quiebre está en recuperar el contrato ‘familia/escuela’, que si bien no está escrito existe, por lo que hay que reescribir este contrato, ponernos de acuerdo en cómo vamos a colaborar en establecer relación con otras instituciones: con la familia, con los clubes deportivos, con la escuela, por lo que debe de haber dialogo permanente y reconstructivo, lo que hace que no sea tan fácil enseñar como antes».
La reconocida educadora, que actualmente dirige la carrera de Periodismo de la Universidad Maimónides, insistió en reelaborar el contrato social al que muchos conciben en crisis, para configurar a partir de allí espacios posibles que habiliten una eficiente relación entre enseñanza-aprendizaje, sin dejar de atender al ámbito situado en el que se inscriben. «Hay que garantizar la formación a partir del paradigma histórico de la época. En el modelo de educación de un Estado hay ciertas líneas que son generales pero también hoy ya se reconoce una apertura a las distintas diversidades. Ya no estamos en el paradigma de la homogeneidad como era antes, donde había que construir identidad nacional. Hoy hay muchas identidades colectivas», subrayó.
Concluyó así en destacar la importancia de un contrato local, que ponga atención en las necesidades dentro de la comunidad de General Villegas, ya que estas difieren de las observadas en otras zonas urbanas más pobladas, lo que hace que los problemas en el ámbito educativo no sean los mismos en un lugar que en otro. Y enfatizó la relevancia por retomar y preservar ciertas cuestiones tradicionales, sin dejar de dar lugar a la diversidad, lo que no significa desentenderse completamente del pasado, de los valores, de la identidad, de aquello que nos otorga sentido de unidad.
Sobre Ana Lamas
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación. Directora de la carrera Licenciatura en Periodismo (a distancia) de la Universidad de Maimónides, Titular de la Maestría en Gestión y Gobierno de la Educación en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
A su vez ha realizado diversas publicaciones en revistas especializadas de educación, siendo autora de varios libros como: Educando en tiempos de avatar (2011), Educación y Nuevas Tecnologías (2012), Educación 3D. Respuestas a preguntas en clave de web (2013) y Padres Analógicos Hijos Digitales (2017) entre otros.