Ante el temporal, la jornada en conmemoración al «Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia» se reprogramó para este domingo 27 de marzo, con el mismo esquema de horarios.
Actualidad dialogó con el presidente de la «Comisión por la Memoria la Verdad y la Justicia» de General Villegas, Néstor Montoya, quien informó sobre las actividades que tendrán lugar el fin de semana y la reflexión que genera la fecha.
«Nosotros contemplamos lo que es la semana del 24 de marzo, por esta razón ya se comenzaron a realizar actividades en distintos ámbitos y lugares. Nos convocaron para dar charlas o acompañar en los actos educativos, siempre en el marco de la conmemoración a las víctimas de la dictadura. Desde nuestro espacio valoramos mucho la posibilidad que se nos da de acercamiento a los jóvenes que no han vivido esta etapa», dijo Montoya.
La dictadura cívico-militar inició el 24 de marzo de 1976 y se prolongó hasta el 10 de diciembre de 1983, año de retorno a la democracia con la presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín.
La etapa oscura de la historia argentina se vio envuelta en violencia, pérdida de libertades individuales, represión y desaparición forzada de personas. Los derechos civiles, políticos, sociales y culturales fueron suspendidos; y muchos argentinos debieron exiliarse en otros países ante la llegada de la dictadura militar, autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional».
«Recordemos que estaba prohibida la música, se circulaba con miedo ante la posibilidad de ser detenido, no se podían consumir determinados libros y obras de arte. Y se produjeron trágicas consecuencias que dejaron un registro de 30.000 desaparecidos», recordó Montoya.
En el marco de la conmemoración del 24 de Marzo los organizadores -Comisión de la Memoria y Consciencia Activa- tienen previsto la colocación de pasacalles alusivo a la fecha, la restauración de la ronda de pañuelos y actividades en la Plaza Principal.
«Todo va a ser a la misma hora. Nos vamos a encontrar en la plaza a las 16, vamos a estar escuchando música, se brindarán algunas palabras alusivas y se va a estar presentando Candombe en Flor. El domingo el pronóstico es favorable, por lo que le pedimos a la gente que se acerque y lleve su mate. Tratamos de recordar esta fecha no desde el horror, sino desde la esperanza, para que podamos reflexionar sobre lo que sucedió y luchar para que nunca más vuelva a ocurrir», enfatizó.
Por otra parte, Montoya destacó la importancia de buscar la verdad, en relación a la información que aún se desconoce sobre los hechos ocurridos en la última dictadura militar.
«Hay crímenes que no están esclarecidos, lo que hace que muchos responsables no hayan sido juzgados. Tampoco conocemos el destino de los casi 500 bebés apropiados por parte de la dictadura militar. Todos son hechos aberrantes de crímenes de lesa humanidad que no queremos que se vuelvan a repetir. Por esta razón insistimos en la búsqueda y que se haga justicia», expresó.
Recuerdos
Desde su experiencia, Montoya rememoró los años de dictadura y en dónde se encontraba al momento del estallido del golpe. Las sensaciones percibidas y los hechos que permanecen impresos en su memoria.
«Yo vivía en una casa que alquilábamos con un grupo de estudiantes. Cuando me levanté ese día uno de los chicos me dijo ‘dieron el golpe’; y después vino la cacería de personas. Todo aquel que militaba y pensara distinto era perseguido. En ese tiempo yo era estudiante de Agronomía y militaba políticamente en el Centro de Estudiantes de la facultad, por lo que estaba comprometido», recordó.
Asimismo, mencionó que no pudo seguir con sus estudios durante dos años por causa de los llamados «grupos de tareas», que hacían requisas en las universidades en búsqueda de personas consideradas sospechosas, por lo que «si estabas en la lista que ellos portaban, tenías un problema», sostuvo.
«En la facultad conocí gente de Villegas. Yo era compañero de Miguel Ángel Moussegne, con quien me encontré en muchas comisiones. Fue de casualidad que lo conocí, ya que éramos 400 alumnos y justo se sentaron al lado Moussegne y Gustavo Renatti. Charlamos el primer día y a lo largo de la carrera nos sentamos juntos. También conocí a Mario Bagger, que vivía con él», mencionó Montoya.
Miguel Ángel Moussegne y Mario Bagger fueron dos de los villeguenses desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. El Golpe de Estado fue un hecho que sospechaba la población civil, ya que desde antes del 24 de marzo el Ejército venía presionando al Gobierno para que entregase el poder.
«Memoria, Verdad y Justicia, el eje sigue siendo el mismo, jamás se habló de venganza. Por más evidencia que haya para condenar a alguien, siempre se lo llevó a la justicia. Esa línea es la que se mantuvo siempre y eso ha sido lo más valorable. Con los años uno va reflexionando y sumando nuevas cosas, algo que es muy personal. Por ejemplo el tema de la justicia, uno remite a lo que pasó pero también a lo que sucede hoy en día, en pos de que se cree una sociedad más justa», destacó.
Contexto histórico y actualidad
Asimismo, el presidente de la Comisión por la Memoria remitió al contexto histórico, social y económico que tenía lugar en la época de 1976.
«En ese momento no le debíamos al Fondo Monetario Internacional. Vino la dictadura militar y nos endeudamos en lo público y en lo privado; y antes de irse transfirió la deuda a manos del Estado. Los problemas de hoy vienen también de aquella época».
Al mismo tiempo, consultado si las organizaciones guerrilleras -ERP y Montoneros- también aportaron a deslegitimar el mandato a María Estela Martínez de Perón, dijo: «Esas organizaciones armadas cuando se da la llegada del gobierno militar no tenían ningún poder de fuego. Los dictadores eligieron el peor camino si es que eso era un problema, porque en esa misma época Italia tenía una organización como lo fueron las ‘brigadas rojas’, muy fuertes, pero con el camino de la justicia solucionó el problema.»
Y añadió: «Acá se cometieron crímenes con la excusa de detener a los grupos armados, pero también se persiguió intelectuales, civiles y poetas».
Montoya manifestó la elaboración de un plan premeditado de los militares para perseguir y asesinar personas, con la excusa de desarticular a los grupos guerrilleros.
A su vez, recordó episodios de la historia argentina y condenó el Indulto y el Punto Final: «Fue un retroceso y nos llevó a que todavía se continúen investigando los crímenes ocurridos en aquella época. Este último golpe no es aislado del que tuvo Hipólito Yrigoyen en 1930, también con persecución a radicales durante la ‘Década Infame’ y en ese momento no hubo acusados ni condena. Hechos aberrantes entre los que también se puede mencionar el bombardeo a plaza de mayo en el ’55′».
Montoya se refirió a aquella época como «un momento de la historia donde se tenía mucho miedo, sobre todo a la participación política, porque era algo peligroso. Hoy en día se opina libremente, por lo que deseamos que todo aquel que quiera se sume. Hay todavía muchas cosas por hacer».