«Ya móntate en el rayo… para ir» (Luis Alberto Spinetta).
Con la proximidad del Campeonato Mundial, comienza a moverse la masa futbolera, generando oportunidades de negocios en diferentes ramas de la economía.
En otros tiempos menos globalizados, los precios de las pilas y de las radios se ponían candentes para beneplácito de los dueños de las antiguas casas de Artículos para el Hogar que tenían pocos o casi ningún televisor y muchas cocinas, estufas o ventiladores según la estación del año, algunos lavarropas, combinados (1), tocadiscos (2) y radios (desde la inamovible Siete Mares hasta la pequeña y portable Spica, pasando por la Noblex Carina); a través de estos dispositivos, la mayor parte de los hinchas se preparaba para «escuchar», lo que les habrían de contar los relatores preferidos de aquella época (José María Muñoz, Osvaldo Caffarelli, Horacio García Blanco, etc.).
Con el advenimiento de la televisión y la transmisión de casi todos o todos los partidos del torneo por ese medio, la adquisición de televisores de diferentes tecnologías – siempre nuevas y con aparición coincidente con el evento -, así como nuevas formas de financiación que permitían un acceso mas relajado a los cambios; la gente se preparaba para «mirar» (aunque cuando el relator de TV no era del agrado o se pretendía escuchar a determinado relator radial, se llevaba a cero el volumen del televisor y se reemplazaba al comentarista televisivo con el audio de la radio generando una experiencia combinada de escuchar el detallado – y a veces hasta exagerado -, relato radial y ver el partido).
Más cerca en el tiempo, cambió el paradigma y ya se pensaba en «ir» al Mundial, cosa que comenzó a ocurrir a partir de México ´86 (porque quedaba mas cerca y no teníamos inconvenientes idiomáticos aunque estuviéramos crocantes de secos); Italia ´90, E.E.U.U. ´94 y Francia ´98, tuvieron gran asistencia (en parte gracias al después vituperado 1 a 1); se complicó un poco en Corea – Japón 2002 (por la crisis económica de 2001 y la gran distancia) donde no pasamos la fase de grupos y nos volvimos después de tres partidos horribles; en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 hubo un leve repunte en la asistencia, como consecuencia del dólar barato de la «década ganada».
En Brasil 2014, con la ventaja de la cercanía geográfica (pensando que para la mayoría de los eventos, estamos más allá del c… del mundo) y luchando contra la devaluación cercana al 24% del mes de enero de ese año y la imposición de la tasa del 35% para gastos en el exterior con tarjeta de crédito o contrataciones de paquetes turísticos y otros servicios; hicimos un gran papel en lo deportivo llegando a la final.
La siguiente cita fue en Rusia 2018 con los resultados conocidos, jugamos con el subcampeón en el grupo y nos sacó el campeón, aunque no demostramos un juego destacado y sí algunos problemas internos.
Lo expuesto marca una evolución en la forma en que cada uno – de acuerdo con sus posibilidades -, decide vivir la experiencia mundialista; existen quienes todavía «escuchan», «miran» o «miran y escuchan».
Con el transcurrir del tiempo, los gobiernos que hemos sabido conseguir a través del voto, nos han empujado, así como en otros aspectos, a experiencias anteriores, mas nacionales y populares seguramente (en este caso; escuchar y/o mirar, estrategia ampliamente utilizada hasta 1982). Se da – como en otros casos -, la paradoja de «inclusión forzada en el nivel inferior»; es decir, no hay mas personas incluidas entre quienes pueden «ir» (verdadera significación de progreso), por el contrario quienes estaban «yendo», pasaron a engrosar la legión de «escuchadores» y «miradores por TV» (recordar en este aspecto, el despectivo canto de las hinchadas cuando dicen «… para pirulo que lo mira por TV»).
Pero no todo esta perdido, no queda ninguna duda que los barrabravas (3) van a «ir», como han ido a los mundiales mas recientes con el apoyo de la Asociación del Futbol, de los Clubes que los amparan y protegen a través de dirigentes y políticos corruptos. No se sabe aún si nuestro país ha proporcionado a la seguridad del país organizador, la lista de quienes tengan causas pendientes con la Justicia y no puedan asistir al evento, aunque esa circunstancia no va a constituir – aparentemente -, impedimento alguno. Tampoco parece ser un obstáculo para estos personajes el elevado costo de las entradas, los impuestos a los consumos en el exterior que llevan el dólar a los niveles de cotización del dólar libre, el costo de los pasajes aéreos, el hospedaje, el valor de los traslados y otros servicios necesarios requeridos.
Entonces queridos lectores, no queda más remedio que hacer el curso acelerado de barrabrava, dado el exiguo lapso de tiempo para poder presenciar el magno evento que nos ocupa; teniendo especialmente en cuenta que ni la Justicia, ni las fuerzas de seguridad del país anfitrión, funcionan como en nuestro país.
Glosario:
(1) Mueble que combinaba y agrupaba diferentes elementos para reproducir discos de vinilo o de pasta, en el cual también se podían escuchar emisiones de radio, ocupando generalmente un lugar preponderante en los hogares.
(2) Dispositivo que permitía reproducir discos (solamente), más manuable que el combinado, pudiendo ser transportado a diferentes lugares, incluyendo el pic-nic de la primavera.
(3) Personas sin el mas mínimo sentido de apego al Club que dicen tener en lo más profundo de su corazón.
*Omar Emin es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora con Actualidad en temas fiscales, laborales y económicos en general. Socio fundador de Echenique, Emin, Albín & Asociados, firma dedicada a trabajos profesionales de carácter administrativo, laboral, contable e impositivo. Se desempeñó en el ámbito educativo universitario, terciario y secundario, con algunas experiencias en educación a distancia en el nivel universitario.