ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad o Asociación de Lucha Contra la Obesidad) se constituye como la institución de habla hispana más importante de lucha contra la obesidad y está reconocida por la OMS (Organización Mundial de la salud).
Fue fundado en 1967 por el doctor Alberto Cormillot. Son grupos de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver un problema y ayudar a otros a recuperarse.
Los diferentes grupos funcionan en coordinación con la Fundación ALCO, una ONG que no está afiliada a ninguna religión ni partido político, por lo que no interviene en controversias de ninguna índole.
El grupo formado en General Villegas, que figura entre los grupos presenciales en la página de la fundación https://fundacionalco.org/ cumplió tres años, con reuniones en la Casa de la Cultura, Moreno 846, los miércoles a las 19.30 horas.
Una de las iniciadoras del grupo es Franca Sastourné, quien dice que trabaja para superar algunos altibajos sin abandonar su meta: mantener los 35 kilos bajados.
En cada encuentro semanal, quienes acuden a ALCO se acompañan, se cuidan y en un acto individual, se controlan y se pesan, como en un ritual que les sirve para evaluar cómo transitaron esa semana.
La pandemia y el aumento de peso
Los argentinos engordaron bastante durante la cuarentena producto de la incertidumbre, aburrimiento, tensión nerviosa, y muchas otras razones.
Según el sondeo de IPSOS ( multinacional de investigación de mercados y consultoría), un 40% de los argentinos encuestados dice haber subido de peso durante la pandemia, superando el promedio mundial por 9 puntos (31%) y posicionándose como el quinto país con porcentaje más alto en este tópico, sólo superado por Brasil, Chile, Turquía y Sudáfrica. Por contraparte, sólo un 23% de los encuestados nacionales dice haber tenido una disminución en su peso durante el confinamiento.
En todos los países, el aumento de peso promedio declarado entre los que dijeron haber aumentado de peso durante la pandemia de COVID-19 fue de 6,1 kilogramos. Para Argentina, ese promedio fue de 7,5 kilos, quedando por debajo de México y Arabia Saudita únicamente.
El testimonio de Marisa
Marisa Del Vecchio, quien comenzó a participar del grupo en el mes de febrero, siempre fue una persona delgada, pero comenzó a subir de peso durante la pandemia.
El dejar de hacer actividad física, caminar y moverse, la llevó a probar recetas en la cocina. Mientras estuvo a cargo de las salitas del jardín de infantes, no había problemas, pero el tiempo que parecía haberse detenido y «el aburrimiento», la conectó con la comida.
«Su testimonio es importante porque deja en claro que ALCO no es solo para personas con sobrepeso u obesidad, sino también para quienes tienen alguna conducta adictiva con la comida o quieren aprender a comer mejor», afirma Franca.
Efectivamente, Marisa es una de las que ganó peso en confinamiento. Ella cuenta que «primero fueron 5 kilos y después fueron subiendo y no los podía bajar.»
Llegó a las reuniones a la Casa de la Cultura por medio de alguien que ya concurría y eso la decidió a acercarse. «No sé qué fue lo que pasó en pandemia, pero sé que comencé a canalizar todo lo que me pasaba a través de la comida y eso nunca había sido así. Realmente me ayudó un montón y ahora estoy próxima al peso que tengo que tener.»
«En las reuniones contamos nuestras experiencias, aprendemos que se puede comer muy variado, muy rico y muchas veces al día. Se trata de manejar la comida y apropiarse de los hábitos saludables. Poder ver qué comés, qué elegís y cómo lo combinás, se trata de eso», dice Marisa.
Gran parte de estos nuevos hábitos saludables, tienen que ver con la organización del día. «Antes, generalmente, no desayunaba -cuenta- siempre eran unos matecitos amargos y después bizcochos y después otra cosa. Ahora me siento. El sentarte a comer para ver qué estás comiendo es muy importante. Ser consciente de lo que se come.»
¿Se complica a la hora de cocinar?
«La organización comienza en el supermercado, el almacén o en la verdulería, cuando se compran los alimentos, porque eso es lo que vas a tener en la heladera y es con lo que se va a cocinar. No es más dificultoso cocinar, cambia la forma de hacerlo», afirma Marisa.
Franca Sastourné explica como en un trabalenguas muy simple de entender, que «el grupo está para respaldarnos cuando hacemos las cosas que supimos hacer bien durante mucho tiempo, que es hacer lo que nos hace mal. En la continuidad de las reuniones y de estar con la gente a la que le pasa exactamente lo mismo que a vos y que supera mesetas o caídas pero que supera y puede, es inspirador. Y entonces sabés que se puede, que solo hay que volver a intentarlo o continuar el trabajo.»
«La magia del grupo es mostramos que podemos. No es fácil, pero se puede. Sabemos muy bien hacer las cosas mal, porque lo hicimos durante mucho tiempo. En el grupo encontramos la contención y la experiencia para seguir en el camino», cierra Franca.