Fabián García es villeguense y sacerdote. Hizo su escuela secundaria en la Escuela Nº17 y la secundaria en la Escuela Técnica, donde se recibió de Maestro Mayor de Obra. Hoy, está en nuestra ciudad a cargo de la comunidad parroquial, en tanto arriba el nuevo cura enviado por el Obispado.
Si bien infancia y adolescencia transcurrió en Villegas, hace 35 años que Fabián está radicado en el sur.
«Me fui de acá a los 18 años, primero para hacer el servicio militar en Neuquén, cerca de Zapala y después a Trelew, para trabajar con un tío», manifestó en una conversación que mantuvo con Edgardo Bonetto, en su programa de FM Actualidad.
«En Trelew me puse a trabajar de albañil en una obra», afirmó. Actividad que hizo de chico, primero con el papá, en una casa que construyó frente a la cancha de Sportivo (ahora es Destouches).
«Esa cancha era nuestro lugar para jugar. Allí íbamos todos los chicos del barrio a jugar a la pelota. Tuvimos una infancia linda, feliz, muy sana», señaló.
Según Fabián, su decisión de convertirse en sacerdote «fue un discernimiento, porque lo venía pensando desde que vivía en Villegas, cuando estaba en el último año de secundario.»
En esa época, comenzó a ir a la catequesis y lo atrapó mucho la figura del Padre José Rosell (un español que estuvo alrededor de diez años en Villegas).
Para Fabián, «el discernimiento es poder pensar si es realmente un llamado, un entusiasmo o si uno está dispuesto a adoptar una vida como la del sacerdocio. A todo eso lo empecé a conversar con el Padre José.»
A los 22 años decidió ingresar al seminario. El primer año «lo hice en Comodoro Rivadavia y siguieron seis años más en Villa Devoto, Buenos Aires», dijo.
Su ordenación como Diácono se realizó en General Villegas, el 12 de diciembre de 1997, porque «quería estar cerca de mi gente, de mis amigos, vecinos, familia» y al año siguiente, el 6 de noviembre de 1998, fue ordenado sacerdote en Comodoro Rivadavia, lugar al que «pudieron viajar mis padres y la familia paterna que viven allá.»
Tras su ordenación como sacerdote, pasó 19 años en Trelew, «muchos años en la misma parroquia». Su nuevo destino coincidió con la pandemia «y hace dos años y medio, llegué a Comodoro, a la Parroquia Nuestra Señora de Luján, justo cuando comenzaba el confinamiento.»
La parroquia tiene cuatro comunidades, de las cuales tres tienen capilla y una cuarta, de la que solo hay un terreno en el que hay que construir.
El primer año de pandemia por covid19 «tuvimos que cerrar la parroquia» y el segundo año fue «por temporadas», explicó.
Misa en pandemia
«Yo tuve que aprender sobre tecnología», aseguró el cura. Porque, si bien «ya había sacerdotes que transmitían la misa por facebook, nosotros tuvimos que aprender con la ayuda de los jóvenes, para poder hacer un vivo con el teléfono.»
«Era algo rarísimo, celebrar Misa solo frente a una cámara, era triste que la gente no pudiera participar,» recordó.
Después, se empezó a celebrar con diez personas pero a veces «caía la policía a contar, porque los vecinos denunciaban que había movimiento en la capilla; otras veces llegaban de la municipalidad y si eran doce, dos tenían que retirarse. Fue duro,» indicó.
«Estoy muy contento donde estoy, porque he puesto todo de mí», manifestó Fabián, quien además aseguró que «nunca dejé de construir, sigo levantando capillas cuando puedo» y «lo que aprendí en la escuela industrial lo aplico todo el tiempo y trato de enseñarlo a gente que no tiene un oficio.»
Sobre la ciudad en la que vive, manifestó que «Comodoro Rivadavia es una ciudad muy pujante y con muchos recursos y la gente es muy trabajadora, pero se encierra mucho por el clima» tan hostil.
Los regresos a Villegas
A Villegas «siempre volvía en enero, en vacaciones de invierno y en diciembre», pero este año volví al mes «porque papá estaba internado; falleció poco tiempo después, el 12 de febrero, por lo que me quedé unos quince días más.»
Según contó García, «normalmente me quedo una semana pero ahora también alargué mi estadía para colaborar en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, por la ida del sacerdote Rodrigo Di Pietro, pero volveré, imagino en uno dos o tres meses.»
El obispo le pidió que viniera «sin tiempo» para que se quedara en la comunidad «el tiempo que sea necesario, por el duelo que estamos viviendo. Yo necesitaba reencontrarme con mi familia.»
Si bien el Padre Rodrigo le pidió asistencia, creyó que era un deber hacia la comunidad en la que «tomé la Comunión, me confirmé, estuve como catequista».
«La gente me pidió que los acompañara en la Eucaristía de Ceferino y del Colegio por Mamá Antula y me hace feliz poder hacerlo», aseguró.
Fabián aclaró que «cada vez que vengo celebro misas diarias, porque como sacerdotes celebramos la misa donde podemos. Y cuando uno sale de vacaciones, sigue siendo sacerdote.»